Amelia: sé que es muy pronto para hablar de mis sentimientos, pero lo amo. Él fue muy especial conmigo cuando nos conocimos y me trato con mucho respeto.
Catalina: mi hijo, ante todo siempre ha sido un caballero. Eso es una muestra de su educación y ahora será más atento contigo con el asunto de la boda.
Ellas tiempo después llegan y el chofer las ayuda a bajar del auto. Amelia sonríe al ver las tiendas de vestidos de novias, ella tenía que elegir un vestido bonito para ese día. Ellas entran y con su ayuda ven los vestidos, Amelia quería un vestido especial, porque sería la única vez que se iba a casar
Nana: encontraras tu hermoso vestido como tú quieres, mi niña. Nada más que necesitas buscarlo bien y además tenemos todo el día para hacerlo.
Amelia: muchas gracias, nana. Eso me recuerda que nunca tuviste ninguna necesidad de quedarte conmigo y estas aquí acompañándome como si fueras mi madre.
Nana: no tenía a donde ir y sobre todo me tenía que asegurar de que fueras feliz. Ahora puedo decir que me puedo morir en paz al verte de esa manera.
Amelia: todavía no puedes dejarme sola. Porque sé que eso algún día tiene que pasar y yo siempre te cuidare, solo te pido que no hablemos de esto, por favor.
Catalina: precisamente hemos venido a buscar un vestido. Además, no debemos de irnos con las manos vacías, eso a mi hijo no le gustara.
Ellas siguieron buscando hasta que al fin lo encontraron después de tanto tiempo. El que había elegido era realmente hermoso y por supuesto era de color blanco como lo marca la tradición en estos casos, pero también de mangas largas y de encaje, solo que tampoco debemos de olvidar el tocado. Catalina se lo paga a la vendedora y después de que lo hace salen con su vestido para posteriormente subirse al auto. El celular de su suegra empieza a sonar de repente y ella contesta para después pasarle el celular a la prometida de su hijo
Daniel: quiero que me digas que ya estás de vuelta en casa, mi hermosa princesa. No sabes cómo me preocupe al no tener noticias tuyas.
Amelia: estoy bien, Daniel. Apenas acabamos de salir y vamos en camino, eso significa que ya lo tengo, nada más que me lo vas a ver puesto hasta el día de la boda. Seguramente un día antes no me vas a poder ver hasta que estemos en la iglesia a punto de casarnos, así que tenemos estos días para seguir conociéndonos como lo tenías planeado y te voy a estar esperando en casa para que me lleves a nuestra cita.
Daniel: precisamente estaba a punto de salir de la empresa. Definitivamente no puedo estar mucho tiempo separado de ti, además termine a tiempo los asuntos pendientes que tenía.
Amelia: entonces no voy a tener tiempo para poder cambiarte de ropa. Solamente quería que una vez me vieras bonita para ti.
Daniel: tendrás el tiempo para hacerlo. Pero no necesitas verte bonita, porque para mí siempre lo has sido y cuando llegue tengo pensado regalarte una hermosa flor, ese obsequio significara que nunca te olvidare y sobre todo que te amo.
Amelia: nunca puedes evitar ser tan especial conmigo. Será mejor que cuelgue la llamada para darle su teléfono a tu madre, ya que ella debe de necesitarlo.