Amelia: me haces sonreír con tan sólo escuchar esa palabra. Solamente que yo lo hago de la misma manera o tal vez mucho más que tú.
Daniel: eso me recuerda que eres mi mujer. Porque nadie podrá separarme de ti, esa es la razón por la cual tuve que ser demasiado paciente para esperar este momento.
Amelia: deberías de ser más cuidadoso con tus palabras. Además, no estamos en nuestra casa para que te expresas de esa manera.
Daniel: tienes razón y es que se me olvida todo cuando estoy a tú lado. Precisamente ahora quisiera darte otro beso de amor verdadero.
Ellos estaban concentrados en su conversación que no se dieron cuenta de la presencia de su hermana, hasta que Amelia la regresa a ver
Esmeralda: lamento interrumpir un momento especial. Pero necesito hablar con mi hermana, porqué mañana me voy a ir temprano con nuestros padres.
Daniel: solo me iré si mi esposa se siente bien para hablar. Ella es la que debe de tomar la decisión de hacerlo y lo único que no quiero es que piense que le quiero imponer mi voluntad.
Amelia: pienso hablar con mi hermana, Daniel. Seguramente ella me quiere decir algo muy importante y será mejor que nos dejes solas.
Daniel: hare lo que me acabas de pedir, mi hermosa princesa. Nada más me alejare unos cuántos pasos y de esa manera voy a estar al pendiente de ti.
Él se levanta de su asiento para después alejarse lentamente. Daniel sentía que su hermana le iba a ser un mal comentario y él con tan sólo ver su mirada triste se acercaría a ellas para impedir sus intenciones, porqué la familia de su esposa la tenía que respetar y estaba seguro de que ya no volverían a verlos después de su boda. Solamente que él se encargaría de amarla y necesitaba demostrarle que su amor lo puede todo, él se levanta de su asiento para dejarlas solas y cuando lo hace Esmeralda toma asiento
Esmeralda: no entiendo cómo le hiciste para tener esta boda tan apresurada. Seguramente hiciste algo para que esto pasara, ya que él no puede estar enamorado de ti, pero jamás ha existido una comparación entre nosotras, yo soy demasiado perfecta y tú eres la imperfección en personal. Además, algo que nunca he soportado en esta vida es que seas feliz y espero que tu felicidad se termine demasiado pronto cuando él se aburra de ti, nada más que cuando eso pase volverás nuevamente a casa.
Amelia: no pienso negar que me duelen tus palabras. No hice absolutamente nada para que esto pasara, el me ama y sobre todo nuestro matrimonio es por amor y quiero que seas feliz. Eso es lo único que puedo desear para ti, jamás pensé que me tuvieras envidia, ahora entiendo la razón del porque siempre me tratabas de esa manera.
Esmeralda: por supuesto que no la tengo. Siempre he sido la hija perfecta de mis padres y nuestra madre me adora, pero es una lástima que no pude hacer nada para impedir este matrimonio absurdo, sino hubiera estado comprometida ahora la que estuviera casada con el seria yo.
Amelia: las cosas no salieron como tú quisiste. Él era mi prometido y pudo haberte elegido a ti desde el primer día en que nos conoció, solo que eso no paso porque el jamás puso sus ojos en ti.