En la mañana siguiente
Daniel: mi hermosa princesa, será mejor que te despiertes. Porque necesitamos levantarnos y seguramente tu familia va a querer despedirse de ti, aunque digan todo lo contrario.
Amelia: estoy despierta. Nada más que no se te debe de olvidar que yo siempre lo hago a la misma hora por más cansada que me encuentre.
Daniel: si no quieres despedirte de ellos por mí, no hay ningún problema. Además, la decisión la tienes tú, si lo quieres hacer y prometo respetarla.
Amelia: necesito hacerlo para sentirme en paz conmigo misma. Solamente que ellos serán bienvenidos a nuestra casa, si quieren venir a visitarme, pero eso lo dudo y en ese sentido los conozco perfectamente bien.
Él se levanta de su cama para poder darle la bata de dormir de ella y él se las da en sus propias manos. Amelia se la pone sintiendo vergüenza ante él y cuando termina Daniel ayuda a su esposa a levantarse, solo que sus miradas se entrelazaron para después sonreír. Ella se va directamente al baño y cuando llega se empieza a bañar para después terminar, Amelia sale del baño y se acerca al tocador para tomar el peine y de esa manera se empieza a desenredarse su cabello con mucho cuidado y como era su costumbre se hace una trenza. Ella camina unos pasos para acercarse a su clóset, así que toma la ropa que se iba a poner y así lo hace, ahora tenía que esperarlo y sabía que no iba a tardar en hacerlo, ella no se equivocó porque a los pocos minutos él había entrado a su recámara
Daniel: ahora sí ya nuestras familias nos están esperando para que bajemos a desayunar. Solamente me falta preguntarte a dónde quieres que te lleve de luna de miel.
Amelia: no quiero que me lleves a ningún lado, por favor. Nada más que me gustaría que lo hiciéramos cuando cumpliéramos nuestro primer aniversario de bodas.
Daniel: estás segura que quieres que lo hagamos de esa manera. Además, tienes todo el día para que puedas cambiar de opinión y te pido que lo pienses bien.
Amelia: eso ya lo decidí, Daniel. Porque no es necesario que salgamos de viaje en este momento y lo único que debemos de hacer es simplemente amarnos.
Daniel: tienes razón. Entonces como no tendremos luna de miel saldrás conmigo todas las noches a conocer la ciudad donde crecí, pero también donde lo harán nuestros hijos.
Amelia: hemos tenido citas, solo que no es lo mismo que conocerla y cuando crezcan nuestros futuros hijos me gustaría poder contarles cómo empezó nuestra historia de amor.
Daniel: se las diremos juntos. Ellos merecen conocerla y también quiero que se den cuenta de que lo más importante siempre será el verdadero amor.
Amelia: ellos serán felices. Porque tendrán la posibilidad de escuchar su corazón, ahora necesito que me des un beso para que podamos bajar a desayunar y será mejor que lo hagas después sino se nos hará más tarde, eso es lo único que no quiero que pase.
Daniel: siempre tendré todo el tiempo del mundo para poder darte un beso. Estoy completamente seguro que a ellos no les molestara esperarnos.