Mi hermosa princesa

Capítulo 34

Daniel: no me gusta sentir tus palabras como si fuera una despedida. Necesito que recuerdes que soy tu esposo y sobre todo hare que olvides esos pensamientos negativos.

Amelia: me exprese mal y lo lamento. Además, lo que trate de decir es algo demasiado sencillo y es que quiero estar contigo para siempre.

Él sonríe y se acerca a su esposa para poder besar su mejilla. Daniel toma la mano de Amelia para dirigirse a su auto, él suelta su mano cuando llega y la ayuda a subir para hacerlo el también y de esa manera ellos se dirigen a su destino

Daniel: antes de que lleguemos quiero que cierres tus ojos. Solamente te diré cuando quiero que lo hagas y por lo mientras puedes seguir viendo el hermoso paisaje de la ciudad.

Amelia: está bien, Daniel. Seguramente debe ser hermosa la sorpresa que me tienes preparada al pedirme que lo haga y te prometo no decirte ninguna palabra hasta que lleguemos.

Daniel: siempre voy a preferir escuchar tu voz. Ahora quisiera saber cómo te sientes, porque no pude preguntarte cuando tuve la oportunidad de hacerlo.

Amelia: estoy bien, pero si me hubiera sentido mal por supuesto que lo sabrías. Pienso que no debemos de hablar de este tema, aunque eres mi esposo no puedo evitar sentir vergüenza.

Daniel: lo que paso el día de ayer entre nosotros fue simplemente una demostración del inmenso amor que siento por ti, mi Amelia.

Amelia: eso lo sé perfectamente y me lo demostraste de la única manera en que lo sabes. Nada más que no debo de hablar de más y no lo pienso hacer.

Daniel: por supuesto que seguiremos hablando de esto y será en otro momento. Porque esta conversación no puede quedar así, además ya estamos a punto de llegar y quiero que hagas lo que te pedí, ahora necesito prometerte que te sorprenderé todavía mucho más y eso me recuerda que tendré toda la vida para seguir haciéndolo.

El estaciona el auto cuando llegan y esta sorpresa era especial. Daniel estaba seguro de que no se lo imaginaba, ella cierra sus ojos y no entendía porque la había traído a este lugar, si se suponía que la iba a llevar a la ciudad, el sale del auto y cuando lo hace el ayuda a su esposa a bajarse. Daniel le dice que abra sus ojos para después hacerlo

Amelia: porque me has traído precisamente a una casa. No me digas que esta es la sorpresa que me tenías, pero no entiendo que significa esto.

Daniel: eso muy pronto lo sabrás. Esta casa la compre para que pudiéramos iniciar nuestra vida de casados y acaso pensaste que siempre viviríamos con mis padres.

Amelia: no lo había pensado. Entonces a partir de este momento viviremos aquí, además me hubiera gustado saberlo para poder preparar nuestras maletas.

Daniel: quise que fuera una sorpresa, mi hermosa princesa. Mañana iremos por nuestras maletas con más tranquilidad y elegí esta casa por su hermoso jardín.

Amelia: tienes razón. Ahora si tendré la oportunidad de cuidarlo y de leer un poco en el jardín cuando estés trabajando, así que mi nana siempre me hará compañía para que te puedas ir tranquilo a trabajar.




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