Daniel: cada día será más difícil para mí dejarte. Siempre tratare de llegar temprano y por el momento de eso no me preocupo, porque estamos en nuestra luna de miel.
Amelia: te recuerdo que prácticamente no lo es. Solamente que si quieres ir a trabajar puedes hacerlo, yo no tengo ningún problema con eso.
Daniel: no pienso volver hasta que haya pasado un mes. Ese sería el tiempo correcto para que lo haga y tampoco debes de olvidar que estamos recién casados.
Amelia: ahora quisiera que me llevaras a conocer nuestra casa, por favor. Esto es demasiado emocionante y no puedo evitar imaginarme a nuestros futuros hijos.
Daniel: tener un hijo seria la complementación del amor que sentimos. Nada más que no solo tendremos uno, porque yo quiero más y de esa manera comenzaremos a formar nuestra propia familia.
Él toma la mano de su esposa para poder entrar a su casa. Ellos tiempo después llegan y lo primero que hace es presentarla ante todos los sirvientes como su esposa, pero cuando terminan de hacerlo los sirvientes se despiden de ellos y Daniel la lleva a recorrer la mayoría de la casa, ella estaba feliz ya que ellos tenían una casa propia como debe de ser
Amelia: me has hecho feliz con esta sorpresa, Daniel. Necesito decirte que extrañare a tus padres, porque ya me había acostumbrado a ellos y sobre todo a tu hermano también.
Daniel: iremos a visitarlos demasiado seguido y mis padres sabrán entender que nosotros tenemos que empezar nuestro matrimonio solos, igual como lo hicieron ellos cuando se casaron, así que solo sigo el ejemplo que me dieron mis padres. Seguramente se sentirán orgullosos de la decisión que tome y ellos todavía no lo saben.
Amelia: espero que se tomen demasiado bien tu decisión. Además, me gustaba convivir con tus padres y en el tiempo que viví en tu casa los llegué a querer, ellos se comportaron conmigo como si fueran mis padres verdaderos.
Daniel: lo que pasa es que siempre quisieron tener una hija. Aunque el destino nunca les concedió ese deseo y en cambio su sueño se hará realidad, solo que no de la manera que esperaron.
Amelia: seguramente te refieres a nosotras. Regina es una joven de buenos sentimientos y por esa razón tu hermano se enamoró de ella.
Daniel: nuestro padre nos conoce demasiado bien y por eso hizo todo lo posible para comprometerlo en matrimonio con ella, así que el no tuvo otra opción que aceptar casarse con el amor de su vida. Nada más que el único problema es que mi hermano es celoso y en ese sentido nos parecemos.
Amelia: no sabía que él era celoso. Porque el definitivamente no lo demuestra cómo lo haces tú y espero que ellos sean felices y sobre todo que las personas no la menosprecien por su discapacidad.
Daniel: no quiero que sigamos hablando de ellos, por favor. Solamente que este momento es únicamente de nosotros y de nadie más.
Amelia: tienes razón, Daniel. Ahora necesito tomar asiento y después de que hayamos descansado comeremos algo, pero será una comida preparada por mí.
Daniel: no hace falta que hagas nada de eso. Además, en nuestra casa hay sirvientes que estarán a tu servicio y no me gustaría verte en la cocina todos los días.