Amelia: lo pienso hacer, porque esta es una ocasión especial y no quiero que me lo impidas. Ahora me toca a mí sorprenderte y ser una buena esposa.
Él sonríe y camina unos cuantos pasos para tomar asiento al lado de ella. Daniel se acerca a su amada esposa para besar su mejilla y como siempre sus hermosos ojos lo cautivan
En la casa de la familia Johnson
Humberto: como el día de ayer se casó mi hermano, mañana tengo pensado casarme con Regina. Solamente que espere demasiado tiempo para hacerlo, ya que tenía que respetar la boda de Daniel.
Sebastián: te recuerdo que tu suegro jamás te permitirá hacer algo así, hijo. Necesitas pensar las cosas antes de actuar y eso es lo único que te pido.
Humberto: no puedo seguir esperando más tiempo. Estoy seguro de que no quieres que se vuelva a repetir la historia de ustedes o prefieres que hagas las cosas al revés con ella.
Catalina: sabía perfectamente que había sido un error contarles nuestra historia. No quiero que te atrevas a robártela y seguramente estas pensado hacerlo por su eterno enamorado.
Humberto: el no pierde ninguna oportunidad para estar cerca de ella y eso me molesta demasiado. Además, él sabe que muy pronto será mi esposa
Sebastián: debes de hacer las cosas bien si en verdad la quieres. No quiero que actúes como tu hermano, pero me doy cuenta de que eso es imposible y no puedo creer que mis dos hijos sean igual a mí en cuanto se refiere al estar enamorado.
Catalina: nuestros hijos heredaron tu carácter y cuando ellos se enamoraron lo hicieron de verdad. Seguramente por esa razón nunca han tenido ojos para nadie más.
Humberto: nunca en mi vida existió nadie que no sea ella. Solamente que no sabía si era correcto acercarme a ella y por eso siempre la observaba de lejos.
Sebastián: gracias a eso me di cuenta de que estabas enamorado. Jamás te ha gustado verla cerca de su amigo y eso se lo debes a tus celos.
Humberto: entonces mañana me casare con ella. No pienso cambiar de opinión y si no me quieren apoyar lo hare a mi manera, aunque nuestras familias no estén de acuerdo.
Sebastián: somos tus padres y por supuesto te apoyaremos. Nada más que será algo difícil hablar con tus suegros de los planes de adelantar la boda.
Humberto: me encargare de hablar con ellos. Estoy seguro de que no se negaran, ya que mis suegros son los más interesado en que me case con ella.
Él se despide de sus padres para ir a la casa de Regina, él se sube a su auto y cuando lo hace se dirige a su destino. Humberto sonríe al recordarla y en otra parte de la ciudad los recién casados se encontraban en su nueva casa
Amelia: ahora sí debo de levantarme del sillón para poder preparar nuestra comida. Porque necesito demostrarte que también se cocinar.