Mi hermosa princesa

Capítulo 37

Daniel: quiero que entiendas que eso no hace falta para que yo te crea. Solamente que estaré encantado de comer todo lo que hagas para nosotros.

Amelia: necesitare saber si te gusto después de que terminemos. Aunque no te haya gustado quiero saber la verdad para ya no volver a intentarlo.

Daniel: por supuesto que te pienso decir la verdad. Pero yo te acompañare a la cocina a ver como preparas nuestra primera comida juntos.

Amelia: no voy a permitir que me ayudes. Porque te vas a dedicar a observarme, eso tú y yo sabemos que lo haces demasiado bien.

Daniel: eso siempre me ha gustado hacerlo y no te lo pienso negar. Además, sabes que eres mi adoración y, sobre todo, mi hermosa princesa.

Él se levanta de su asiento para ayudarla hacerlo, Daniel la acerca a él para poder darle un beso en la mejilla. Amelia se sonroja, porque eso no lo esperaba. Él toma la mano de su esposa y de esa manera ellos se dirigen rumbo a la cocina, nada más que tiempo después llegan

Amelia: espero encontrar algo sencillo que pueda cocinar en el refrigerador. Seguramente estás acostumbrado a comer otra clase de comida.

Daniel: estará bien con lo que hagas. Ahora necesito sentarme para poder observarte y así tú puedas empezar sin que este cerca de ti.

Amelia: tu sola presencia me hace sentir nerviosa. Eso nunca va a cambiar y con mucha más razón si estoy enamorada de mi amado esposo.

Daniel: precisamente ese soy yo. Solamente quisiera saber cuánto me amas, aunque se perfectamente que el amor es un sentimiento que no se puede medir.

Amelia: tiene razón, mi amado esposo. Porque no tendré otra opción que demostrártelo con un beso de verdadero amor para que te des cuenta de eso.

Ella se acerca a su esposo y cuando ella está a punto de hacerlo. Daniel se adelanta y la besa como diciéndole con eso que ella era lo que más quería en la vida. El termina el beso para después tomar asiento y ella se acerca al refrigerador para comenzar, Amelia empieza a sacar las cosas que encontraba para poder preparar la comida, ella empieza hacerla y a los quince minutos ya estaba servida la comida. Ella cuando termina de hacerlo toma asiento a su lado

Daniel: seguramente la persona que te enseño a cocinar fue tu nana. Sabes que esta sería una manera de conquistarme y me gusta que lo hagas.

Amelia: ella fue la que me enseño y gracias a mi nana también aprendí hacer labores del hogar sin que mis padres se enteraran. Porque hubiera sido mal visto para ellos, a pesar de que la mayoría de sus amistades no sabían que yo era su hija y solo los más cercanos a ellos lo sabían.

Daniel: así que tus padres siempre te trataron con demasiada indiferencia. Ahora eres mi esposa y eso se tiene que acabar, aunque tu padre te ha demostrado que te quiere.

Amelia: él siempre ha sido una persona demasiado fría conmigo. Nada más que me sorprendieron sus palabras cuando me despedí de él.




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