Amelia: siempre he sabido escucharla. Esta conversación fue especial que me llego directamente al corazón, porque ella solo quiere mi propio bien igual como yo lo quiero para ella y cuando llegue a esta casa te pido que la trates como si fuera mi madre.
Daniel: eso no tienes ni porque pedírmelo. Ella será tratada de esa manera y hare que todos lo hagan, aunque tu familia se puede llegar a molestar si se enteran.
Amelia: ellos ya no forman parte de mi nueva vida. Nada más que los únicos que estaremos seremos nosotros y sobre todo mi nana.
Daniel: me gustaría seguir conversando contigo, pero debemos de irnos. Porque bailar contigo por horas para sentir el ritmo de nuestros corazones con cada uno de nuestros bailes.
Amelia: yo no sé hacerlo y de una vez te lo digo. Presiento que esta será la última vez que saldremos y tampoco me ha llamado la atención aprender.
Daniel: no me importa si sabes o no. Solamente que entre mis brazos aprenderás y será un honor para mí enseñarte, mi hermosa princesa.
Ella no puede evitar sonreír y con cada detalle que tenía con ella su amor por el crecía más. Daniel toma su mano para bajar las escaleras y solo pasa unos cuantos minutos para que llegaran a la salida de su casa. Él ayuda a subir al auto a su esposa para hacerlo el también y de esa manera ellos llegan a su destino
Amelia: seguramente debe de ser lindo el lugar en donde vamos a entrar. Estoy lista para entrar de tu brazo y espero que no llamemos mucho la atención cuando entremos.
Daniel: por supuesto que lo haremos. Además, yo estaré contigo y no dejare que nadie se atreva a mirarte de otra manera, ya que eres mi esposa.
Amelia: ellos se darán cuenta de que lo soy, pero no se te olvide que nuestra boda fue anunciada por el periódico y también por las redes sociales.
Daniel: sabía que esa sería una buena idea y así que el causante de todo esto fui yo. Nada más que lo primero que haremos cuando entremos seria bailar.
El sale de su auto y ayuda a su princesa a salir. Daniel toma su mano para poder dirigirse directamente a la pista de baile, ellos cuando llegan empiezan hacerlo. Amelia no sabía que pasos seguir y por eso lo pisaba cada vez que intentaba hacerlo
Amelia: en verdad lo siento y te dije que esto iba a pasar. Será mejor que tomemos asiento, porque no quiero seguir pisándote los pies.
Daniel: no podemos irnos todavía hasta que haya cumplido mi propósito. Solamente te pido que te dejes llevar por el ritmo de la música que nos rodea.
Amelia: está bien, Daniel. Este será el último intento que haga y después quiero que nos sentemos, ya que no estoy acostumbrada a esto tipos de lugares.
Daniel: entiendo cómo te sientes. Debes de acostumbrarte a que pertenecemos a este mundo, quiero que conozcas todo lo que se te fue negado y que a mi lado lo tendrás, pero como siempre me conformare con hacerte feliz.