Daniel: no puedo evitar expresar como me siento en estos momentos que estamos juntos y la única causante de lo que me pasa eres tú, mi hermosa princesa.
Amelia: acaso me estás haciendo un reproche. Porque seguramente no quisiste nada de esto, pero tu subconsciente te acaba de delatar.
Daniel: jamás me arrepentiría de mis propios sentimientos. Debes de quitarte la costumbre de pensar de esa manera tan negativa sobre nosotros.
Amelia: siento que estoy viviendo un hermoso sueño donde muy pronto despertare y en mi vida solo serias un producto de mi imaginación.
Daniel: jamás lo he sido. Porque soy una persona real que te ama, además con un beso de amor verdadero te darás cuenta de que existo.
Él se acerca a su esposa para mirarla con ojos de amor. Daniel primero la besa con demasiada ternura para después hacerlo con pasión y él se separa de ella para volver a la realidad. Él toma la mano de Amelia para ayudarla a subir a su auto y él también lo hace y de esa manera se dirigen a su casa
Amelia: ese beso que me diste hace unos cuantos minutos me sorprendió como no tienes idea. Será porque sentí reflejado el amor que sentimos.
Daniel: seguramente eso fue lo que paso. Pero también yo mismo me sorprendí de mis propios sentimientos y no hare nada para cambiarlo.
Amelia: pienso que la fuerza del amor nos terminó uniendo para siempre y eso hizo precisamente que nos enamoráramos por primera vez.
Daniel: quiero que me consideres tu primer amor. Solamente que a ningún hombre le gusta saber que su mujer estuvo enamorada de alguien más.
Amelia: bien sabes que tú eres el único para mí. Eso sonó como una escena de celos y no me imagino como hubieras reaccionado si otro hombre estuviera interesado en mí, pero tu hermano no cuenta en este caso.
Daniel: me hubiera dado cuenta perfectamente. Estabas comprometida en matrimonio y todos saben que eso significa que eres prácticamente una mujer casada.
Amelia: en ese tiempo nadie lo sabía y de repente se me vino a la mente Nicolás. Él siempre fue amable y caballeroso conmigo, solo que no es nada de lo que estas pensado, nunca se me permitió relacionarme con nadie, sino con los hijos de los sirvientes y él era el hijo del jardinero, nada más te pido que no estés celoso de él, porque yo siempre lo vi como un hermano.
Daniel: menos mal que siempre lo viste de esa manera. Espero que él no siente otra clase de cariño por ti, ya que nadie tiene derecho a mirarte como mujer.
Amelia: fue un error hablarte de Nicolás. Ahora tengo que vivir con tus celos cada vez que vayamos a la casa de mis padres y no creo que eso pase.
Daniel: sabes que hablarme de él fue un error y por supuesto que no lo haremos. Solamente que a mí nunca se me va a olvidar todo lo que sufriste con ellos y si quieren verte tendrán que venir a nuestra casa.