Mi hermoso ángel

Capitulo 2

CAPITULO 2 

 

Estoy en mi balcón tomándome un té antes de salir a llevar el cuadro del aniversario. La chica me envió una foto de sus padres el día de su boda donde se miran el uno al otro y creo que por fin pude reflejar ese amor tan bello del que ella me habla. La mañana está bastante fría porque nevo anoche, ya se siente el ambiente de navidad. Mi madre me llamo temprano para decirme que a la cena de nochebuena viene toda la familia. ¡Genial! ¡Yupi! ¡Qué alegría! Reunirme con mi familia en donde la mitad me miran con lastima y la otra mitad con asco.  

Escucho varios ladridos y me asomo por el balcón para ver un perro correr a toda velocidad y a un joven corriendo detrás 

—¡Milo! ¡Milo! ¡Detente!—Al llegar a la esquina el chico resbala cayendo en una pila de nieve, se levanta rápido y sigue corriendo detrás del perrito. Yo me destornillo de la risa al ver la escena, pero me siento un poco culpable al burlarme del pobre. Los pierdo de vista y termino mi té, llevo la taza a la cocina, es hora de llevar el pedido, normalmente los envío por mensajería, pero me retrasé por el bloqueo que tuve y debo entregarlo hoy mismo. Me pongo el buzo, tomo mi bolso y el cuadro, salgo del departamento y bajo cuidando no maltratar la pintura. Estoy cerrando la puerta de la entrada cuando una bola de pelos se mete entre mis piernas 

—¡Milo!—El perrito agacha la cabeza y gimotea—Si te sigues portando mal no te vuelvo a sacar a pasear—Miro al chico de mis sueños agachado frente a mí y no puedo evitar sonrojarme. Por un momento estoy viviendo un dejavu. Anoche soñé que él estaba arrodillado frente a mí con un anillo en sus manos. Me golpeo mentalmente y aterrizo de golpe. El chico le pone el collar al perro y se levanta 

—Hola hermosa ¿Cómo estás?  

—Bi... bien—Mi voz sale casi en un susurro 

—Me alegro mucho, vine a devolver el pantalón de tu hermano y aproveché para sacar a Milo a pasear—El cachorrito está sentado en sus patas traseras moviendo la colita. Me agacho para acariciarlo—Aunque fue una muy mala idea quitarle el collar 

—Eres una cosita hermosa ¿Quién es un niño lindo, quien?—Rasco detrás de sus orejas y el ladra complacido—Awwww eres muy tierno  

—De tierno solo tiene la carita, es un pillo que le encanta verme caer sobre la nieve—Me levanto y no puedo evitar reír al ver su chaqueta cubierta de nieve y su cabello mojado. Los reconozco y son los mismos que vi pasar hace un rato desde mi balcón. Recuerdo la caída y eso me hace reír mucho más—Tal parece que a Milo no es el único que le divierte mi desgracia—Me sonrojo y trato de calmarme 

—Lo siento, es que los vi desde mi balcón cuando... cuando—la risa no me deja seguir hablando. El cruza sus brazos y me mira con el ceño fruncido. Ya me duele la panza y por fin logro dejar de reír—En serio lo siento. Perdón—No sueno muy convincente, pero enserio me siento culpable por reírme de el

—No pareces muy arrepentida, pero te perdono solo porque tu risa es lo más bello que he escuchado—En mi estomago revolotean miles de mariposas—Y cuando te sonrojas te ves más hermosa—Ahora si me convertí en un charquito de nada, no sé qué decir, pero mi corazón está saltando de alegría en mi pecho—no había podido venir antes porque estaba trabajando. Aquí tienes—Me extiende una bolsa  

—Yo... yo...—Ya se me tostó el cerebro

—Oh lo siento ¿Vas de salida?  

—S.. Si, debo entregar esto  

—¿Vas muy lejos? ¿Te tardas mucho? 

—No creo, un par de horas tal vez 

—Puedo esperarte 

—¿Esperarme? ¿Por qué?—Se encoje de hombros 

—¿Por qué un hombre espera a una mujer? Para verla, tal vez hablarle 

—Pero no me conoces

—Eso se puede arreglar—Toma mi mano y deja un beso en el dorso—Mucho gusto hermosa, soy Jared—aun con los guantes puedo sentir la calidez de sus labios en mi mano 

—Soy Angelica—Me suelta y coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja provocándome mariposas en el estómago. En ese momento suena mi celular—Lo siento—Me alejo un poco y saco el celular del bolso, es un mensaje de la chica del cuadro preocupada porque no he llegado, le respondo que estoy en camino y guardo el aparato—Ya debo irme, me esperan—Me ubico en la acera para detener un taxi 

—Esta bien ¿Puedo volver más tarde?—Yo solo asiento y me subo al taxi dejando a Jared y a Milo en la acera y no puedo evitar sentir que una parte de mi se queda con ellos.  

Llego a la casa de mi clienta y no alcanzo a tocar la puerta cuando ella salta frente a mi 

—¡Oh por Dios! ¡Oh por Dios! Al fin estas aquí, estaba taaaan asustada, pensé que ya no llegarías—Se lleva las manos a su pecho—Pero ven no te quedes ahí parada, entra, entra, te vas a congelar—Me toma de la mano y me arrastra al interior de su casa—Ponte cómoda por favor ¿Deseas tomar algo? 

—Ehh, yoo

—Huy ya se, te daré chocolate caliente, es mi favorito en estos días—No me deja ni responder y sale disparada hacia lo que creo es la cocina y yo me quedo de pie en medio de su sala, ubico el cuadro sobre un grande y hermoso sofá y me quito los guantes. Miro alrededor y se nota que a esta chica le gusta la navidad, la chimenea tiene varios calcetines colgados, en los muebles hay cojines de santa, renos, arboles, osos y cualquier cosa que sea navideña. En una esquina un enorme árbol que llega hasta el techo con millones de luces y figuras navideñas de todas las formas, tamaños y colores. El pasamanos de la escalera está cubierto por una malla y adornado con moños. Esto es impresionante  




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