Narra Sade
Aún no puedo creer que el tiempo pase tan rápido desde que cargué por primera vez a mi sobrina Valentina.
Me viene a la mente un recuerdo de ella cuando era una bebé bonita. Lamentablemente, sus padres no quisieron hacerse cargo al descubrir que ella tenía una enfermedad rara pero
hasta cumplió cuatros años la dejaron en mi casa, quitando la carga de cuidarla. Y eso que no aparezcan, porque voy a enfrentarlos.
Desde ese día, la abandonaron y me convertí no solo en su tía, sino también en su segunda madre, al verla tan pequeña y con tanta inocencia, ajena a las maldades que hay en el mundo.
Bueno, en estos días he estado intentando hablar con Leonardo, pero no me ha contestado. Sin embargo, me ha mandado un mensaje ayer por la mañana
En este preciso instante, estoy ayudando a mi padre a terminar de decorar nuestra casa con globos y una tarta de cumpleaños con velas, mientras mi madre está con mi sobrina. De pronto, alguien toca el timbre, y en cuanto mi madre va a abrir la puerta, vemos a mi hermana con su marido. Enseguida, mi padre aparece furioso, pero mi móvil suena rápidamente le contesto la llamada, al parecer es Leonardo; al oír su voz, comienzo a hablar con él mientras veo a mi padre discutiendo con mi hermana.
Por lo tanto, mi madre se va a la habitación de Valentina, supongo que para que mi sobrina no oiga la discusión.
Ya claro que cada vez la discusión está mencionando a Valentina al parecer, quieren llevarla, sin perder el tiempo me meto en la conversación y olvido que estoy en el teléfono con Leonardo.
—No tenéis derecho a llevar a Valentina porque habéis perdido el derecho al abandonarla. Incluso no tenéis derecho a venir a reclamarla. — Ellos están furiosos, diciéndome que lucharán por la custodia de Valentina,
Pero oigo la voz de Leonardo, muy preocupado. Así me pide que le cuente lo que pasa, y yo le relato los detalles. Enseguida me dice que va a hablar con un buen abogado y que regresará para estar conmigo y con mis padres. Tras la llamada, veo cómo echan a mi hermana y a su marido, pero ellos se marchan con una advertencia.
Mi padre se sienta en el sofá, triste, mientras le explico lo que me había dicho Leonardo. Él me acaricia la mejilla, diciéndome:
—Leonardo es un regalo del cielo, es un gran hombre; sin embargo,
—Sí, papá es el mejor hombre del mundo, pero tengo una extraña sensación de que ellos han regresado por algo más. —Noto que él está llorando rápidamente; seca las lágrimas porque aparece mi madre con mi sobrina. Claro, Valentina se acerca a nosotros sin perder el tiempo y nos abraza, diciéndonos:
— Tía y abuelo, gracias por cuidarme. Ustedes son mi familia, igual que la abuela.
Por lo tanto, echo una mirada a mi madre, quien me mira como si estuviera diciéndome que Valentina sabe que los padres han regresado. En ese instante, Valentina me mira directamente a los ojos y me dice:
—Tía, eres la mejor tía del mundo y te agradezco mucho por haberte hecho cargo de mí junto con los abuelos. Por eso quiero preguntarte si puedo llamarte mamá, pero sé que mis padres han regresado por mí.
Sin embargo, siento en el fondo de mi corazón que eres mi madre de inmediato me llenan los ojos de lágrimas sin pensarlo dos veces le respondo a su pregunta diciendo que si me puede llamar mamá
Por supuesto, mi madre nos dice que no lloremos más porque hay que celebrar el cumpleaños de Valentina, así que nos secamos las lágrimas y nos levantamos del sofá para seguir decorando. Pero mi padre aún se ve triste y furioso. Aún así, finge una sonrisa delante de Valentina.
En cuanto terminamos de decorar, nos dimos cuenta de que ya habían llegado unos niños del vecindario con sus madres y mi madre va a abrirles la puerta.
Ellos entran y enseguida le dan regalos a Valentina, que se pone muy alegre al verla así, tan emocionada por primera vez abriendo los regalos pero alguien toca el timbre.
En cuanto abro la puerta y veo a Leonardo con bolsas de regalo para Valentina, lo invito a entrar. Enseguida, mi padre lo saluda amablemente. Valentina, al darse cuenta de que Leonardo está aquí, se acerca a él, mientras mi madre coloca la tarta con velas en la mesa con la ayuda de las demás madres. Leonardo le da las bolsas, y Valentina comienza a abrir cada una. En una de ellas encuentra una pulsera.
¡Claro, le encantaron los regalos! Además, fue un bonito detalle de Egan haberle regalado algo especial para ella.
También nos informan que algunos de los regalos son de mi familia y otros de la suya. Sin pensarlo dos veces, ella lo abraza.
Luego nos sentamos para comenzar a comer. Por lo tanto, Valentina comienza a hablar animadamente con los niños mientras seguimos comiendo la tarta. Hasta que mi madre pone un poco de música, comenzamos a bailar.
Durante el baile, Leonardo me susurra que tiene pruebas contra los padres de Valentina. Ya claro, no me sorprende nada; sin embargo, me sigue contando lo que le había dicho el abogado. Pero cambiamos de tema y seguimos bailando, mientras Valentina se divierte con los niños. Se ve muy feliz.
Por la noche nos despedimos de todos; por lo tanto, mis padres llevan a Valentina a su habitación, ya que notamos que estaba muy cansada. Leonardo me ayuda a recoger la casa hasta que terminamos. Le agradezco por venir.
—Mi reina, no me agradezcas —me dice, dándome un beso en la frente mientras me abraza, y me dice unas frases
"El amor no reconoce barreras. Salta obstáculos, brinca vallas, penetra paredes para llegar a su destino lleno de esperanza". Maya Angelou."
"El amor verdadero es cuando alguien acepta tu pasado sin juzgarte, tu presente sin cambiarte y tu futuro sin limitarte”. Henry David Thoreau
Editado: 08.09.2024