Comencé la enseñanza Básica en un colegio en Santiago, estuve 2 años ahí, mis Compañeros siempre fueron amables al igual que mis Profesores.Cada año al término del año escolar era partir al Hospital para nuevas operaciones.
Les comenté que vivíamos de allegados, bueno a mis casi 8 años con mis Padres nos fuimos a un pueblo cerca de la Capital, un cambio radical, conocer nuevas personas, rodearnos de gente usando baños y lavaderos comunes, fueron muchos años así, pero lo mejor de todo que cree excelentes lazos de Amistad que han perdurado por todos estos años.
Lamentablemente no todo es perfecto ni bonito, comenzó el año escolar y con ello mi peor tormento, mis más tristes momentos, por mis quemaduras usaba prótesis una de las cuales era visible, abarcaba mi cuello se cruzaban elásticos por mi cabeza, por lo tanto, se burlaban de mi diciéndome caballo, yegua e infinidad de otros apodos, me tiraban los elásticos, me agredian física y mentalmente. Llegó un momento en que ya no di más y me defendí, golpee a más de algún compañero, cómo niña y en esos años hasta los Profesores te golpeaban, anda a saber yo q me lleve varios coscorrones, paso el tiempo, me fueron aceptando hasta llegó un momento que me respetaban ya no me molestaban mis compañeros y me defendían de los otros niños del colegio.
Siempre me he sentido acomplejada, mis quemaduras abarcan partes importantes de mi cuerpo y para una mujer el autoestima es nivel 0, por lo mismo siempre fui gorda, mi refugio a mi cuerpo al bullying era comer, pensaba que como gorda nadie se fijaría en mi, era pasar desapercibida lo más posible, pronto pasaron los años y llegó la Bendita Juventud...