Dado que la noche estaba presente mirar al sol era imposible y aunque intentara encontrar la luna por la espesura del bosque era realmente complicado. Caminé intentando volver en mis pasos pero creo que eso resulto aun peor pues lo que había visto antes no pude volver a verlo, los arboles eran completamente diferentes y el camino lleno de raíces había desaparecido, ahora era todo solamente tierra parcialmente humedecida.
Avanzando más vi a lo lejos algo que parecía ser una luz, apresure un poco el paso y me acerque descubriendo que era una pequeña choza hecha completamente de ramas y hojas grandes de algunas arboles (curiosamente ninguno de los arboles alrededor compartía hojas iguales a las que vi en la choza) Al estar en la puerta principal toque con fuerza llamando a quien estuviera en su interior, unos pasos se comenzaron a escuchar y al abrirse no podía creer lo que mis ojos observaban.
Automáticamente todo lo que pensaba del hombre me hizo olvidarlo por aquello que dijo, ¿me ha llamado un mago elfo?
El sujeto se metió en la casa y camino hacia un armario del cual saco unos objetos extraños.
Eran solamente 5 objetos, uno de ellos era un diamante con una forma circular y de un tamaño aproximado de 3 centímetros de alto, al tomarlo este no hizo algo y el mago comento: “Parece ser que no eres un mago de tierra, bien. El que sigue” Ahora comprendía la razón de estos objetos, pero en realidad no era uno… Me quede pensando para mí mismo, el segundo de ellos era un extraño palo de madera que brillaba ocasionalmente de color rojo y amarillo al tomarlo este continuó brillando e hizo que mi mano me doliera era como si me hubiera quemado pues en mis dedos se veía chamuscado y oscurecido. “Tampoco lo eres de fuego… Y con esa reacción creo que se a que eres afín Jejeje.” Termino de decir y aproximo el último de los objetos que estaban en hilera hacia mí, este era un cristal turquesa, en cuanto mi mano entro en contacto con él, las líneas que poseía el cristal color azul marino comenzaron a moverse, asemejando el movimiento de las olas del mar, posteriormente por una de las esquinas caían pequeñas gotas de agua que se evaporaban al contacto con la tabla de la mesa y el hombrecillo dijo: “Lo sabía, eres un mago afín con el agua, jajaja. ¡Vaya día!, anda toma los demás objetos quizás puedas ser afín a otro tipo de magia” Seguía sin comprender que es lo que sucedía pero hice caso al ver que probablemente no mentía respecto a lo que decía, el siguiente objeto era un pedazo de papel arrugado al tomarlo este no hizo algo ni positivo ni negativo, simplemente se mantuvo justo como estaba… “Tampoco lo eres de viento…” Digo algo decepcionado, después tomo el papel y al hacerlo este se extendió por completo removiendo todas las arrugas que tenía y regresando al momento de soltarlo y tras esa pequeña demostración me incito a tomar el ultimo objeto, el cual era solamente un pequeño alambre de cobre de un largo de quizás 5 centímetros y muy delgado, al tomarlo este no hizo nada…
Lo cierto es que tras varios minutos no pude decir una sola palabra… ¡Era un humano!, y el parece ser que comprendió mi postura pues no intentó obligarme a hablar, simplemente se limitó a cocinar algo que saco de otro de sus cajones y se veía bastante mal… y olía aun peor.
Con todo lo que estaba sucediendo termine por tardarme más del tiempo necesario en procesarlo todo, yo era un mago, los humanos no están extintos… A estas alturas no me sorprendería que incluso cayera un cometa cargado de oro y me convierta en el Elfo más poderoso del mundo “¡Todo es posible a estas alturas de mi locura!”, dije sin querer en voz alta.