Mi Hogar

Capítulo 6: Que mis ojos me engañen

Tras mucho tiempo corriendo llego un momento donde mis piernas no pudieron más, en el cielo aún se podía mirar aquel color carmesí y muy dentro de mí un gran sentimiento de impotencia me invadía, yo me encontraba demasiado lejos y no importa que tanto intentara correr o avanzar me seria completamente imposible llegar rápidamente…

Aquellas aves que me siguieron desde el bosque se mantuvieron cerca de mí y quiero pensar que por respeto y quizás algo de empatía y sensibilidad se mantuvieron en silencio y no dijeron una sola palabra, solo se quedaron a mi lado ofreciéndome la única compañía que podía yo obtener. Ni siquiera sabíamos lo que ocurría, pues como he mencionado antes era una distancia muy grande desde aquel lago hasta mi ciudad… Pero el cielo, los sonidos y mi propio corazón, mente y cuerpo me gritaban que algo muy horrible había ocurrido y aunque estaba seguro de la respuesta simplemente intente ignorarla y enfocarme en una pregunta que me hacia sentir un poco mejor: ¿Qué pasó?, era esa incertidumbre lo que me hacía pensar que quizás todo solo fue una ilusión de aquel humano y quería que yo lograra algo diferente, quizás manejar la magia que había dicho que yo poseía de tipo agua. Aunque si es el caso, es una forma horrible de intentar lograrlo, y si por mera casualidad la única forma de conseguir aquel poder es sufrir de este modo entonces simplemente ya no lo quiero.

  • Saben. – Dije a las dos aves que se encontraban en las ramas de un árbol donde yo me recargue a descansar un poco, pues aunque quisiera obligar a mi cuerpo a continuar avanzando este simplemente no podía obedecerme. – Todo esto es realmente extraño… A pesar de que mi cuerpo y todo mi ser siente que está sucediendo algo realmente grave en aquel sitio que es de donde provengo de alguna manera mi cerebro me intenta convencer de que es imposible para nosotros escucharlo.
  • Espera amigo… - Me interrumpió una de las aves, la más delgada. – Nosotros no escuchamos aquello de lo que hablas, de hecho ni siquiera sabemos que sucede simplemente vimos que comenzaste a correr y como estábamos solos, pensamos en acompañarte ya tras un tiempo vimos que estabas demasiado preocupado, pero en realidad no sabemos qué ocurre…
  • Oh… - Respondí secamente.

Esto solo me dejaba más dudas que respuestas, ¿si ellos no lo escuchan entonces esto esta meramente en mi imaginación y no es nada más que una simple ilusión?, pero no… Este sentimiento sé que es real, lo siento demasiado incrustado en mis pensamientos y en mi sentir… Aunque ellos no lo escuchen sé que esto no es una simple ilusión, es algo más.

Tras unos minutos de descanso me levante y comencé a caminar a un paso que fuera lo suficientemente rápido pero que tampoco me exigiera demasiado para con ello no volver a frenar al menos no hasta llegar a mi ciudad… Tengo que ver con mis propios ojos si todo esto no es más que una simple ilusión o si es algo más; pasamos mucho tiempo caminando la lluvia nos empapo en varias ocasiones y algunas otras tuvimos que huir de depredadores que salían por la luz de la luna sobre nosotros, afortunadamente esas aves era muy hábiles evadiendo todo tipo de peligros y gracias a la habilidad con la espada que poseemos los elfos lograr ahuyentar los peligros era realmente sencillo.

  • ¿Por qué no usas magia? – Preguntó el ave más gordinflona. – Recuerdo que aquel ¡estúpido! – Grito esta última palabra con coraje, se notaba que estaba realmente resentido con aquel anciano. – Humano… Te dijo que eras usuario de magia de tipo agua… ¿No sabes usarla? – Cuestionó.
  • No fue hasta que estuve con ese tipo, que supe que yo tenía capacidades mágicas… Nunca he hecho uso de ella y sin lugar a dudas no tengo ni la más mínima idea de que pensar o hacer para lograrlo, supuse que él me ayudaría a aprender pero mi sorpresa fue grande cuando simplemente se desvaneció y todo esto comenzó a ocurrir.
  • Le escuche decir alguna vez. – Comentó el ave delgada. – Que el truco de la magia es tan simple como pensar que es lo que quieres hacer, enfocarte en tu entorno y aquellas partículas elementales que se ajustan a tu tipo mágico. “Aunque no creo que sea tan sencillo” – Esta última frase balbuceándola en voz baja de modo que no pude escucharla por completo.

Sin dejar de caminar y pensando en lo que el ave dijo cerré los ojos y comencé a intentar sentir con mi cuerpo mi entorno, esto era parte del entrenamiento elfico con las armas para si por alguna razón perdíamos la vista, podíamos sentir hasta una distancia máxima de 3 metros nuestro alrededor y saber lo que nos rodea, nuestros oídos se enfocaban en todo y el eco nos regresaba la información de todo, por lo que sabíamos perfectamente donde estábamos y para dónde íbamos, pero… Dudo que en el caso de la magia sea algo como esto pues sospecho que los oídos no pueden detectar la magia, entonces tendría que ser algo más.

Me quede así por bastante tiempo pero por más que intentaba captar algo simplemente estaba sintiendo mi entorno y solamente eso… Sé que Rojo dijo que tenía que concentrarme en mi magia afín… pero aquí no hay agua son únicamente árboles, rocas, hojas y alguna otra cosa pero solamente eso. Me di por vencido porque era completamente imposible sentir el agua en un entorno donde no está presente y pensé en concentrarme únicamente en continuar caminando hasta llegar a mi destino. Con cada paso que dábamos aquellos rugidos se hacían más fuertes y el cielo carmesí se fue tornando de un color normal pero oscurecido, era como si una gigantesca nube estuviera posándose sobre nosotros tapando al sol pero curiosamente este se encontraba justo arriba de nosotros, otro día había pasado y no me di cuenta de ello estaba exactamente arriba y aun mirándolo todo se veía ligeramente oscuro, pero esto no era bueno… para nada bueno; a esta distancia mi ciudad natal ya podía ser vista a lo lejos y lo que mis ojos me mostraban hubiera deseado que no fuera más que una gran mentira, un dragón rojo sobrevolaba el cielo alrededor de la ciudad y escupía fuego hacia abajo, todo se veía completamente derrumbado y a esta distancia el olor a sangre y gente ardiendo era claramente perceptible… Y la historia no acababa simplemente allí, cualquiera pensaría que los elfos darían pelea pero por el suelo no se veía ni una sola flecha ascendiendo intentando impactar al dragón, todo era soledad y lo único que podía escucharse era a aquel dragón rugir con fuerza cada vez que escupía fuego hacia abajo.



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En el texto hay: elfos, magia, batallas de magia

Editado: 24.09.2021

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