Tras unos segundos por el shock de haber presenciado el golpe de aquel ciclope sobre el techo y que probablemente haya lastimado a Aka, me reincorporé rápidamente y corrí hacia fuera de la casa, esto con la intención de que aquella bestia me siguiera y dejara en paz al Goblin y a Rojo que aún seguía inconsciente. No podía ser tan simple y mi suerte tan alta… Aquella cosa no me prestó atención y prefirió seguir escuchando los aterrados gritos del Goblin que cada segundo eran más fuertes y asustados el ciclope decidido a volver a azotar la casa con otro golpe ahora completamente dirigido al Goblin levanto su brazo donde cargaba aquel enorme, astillado y pesado maso y lo impulso hacia abajo para dar otro golpe mortal.
Pude verlo todo en cámara lenta y por fortuna antes de que fuera demasiado tarde me di cuenta de algo importante: mi elemento es el hielo y ahora todo está cubierto de agua gracias a la lluvia, saque mi espada y me concentre tanto como pude, después la extendí hacia delante con una imagen en mi cabeza y el agua alrededor del ciclope comenzó a congelarse rápidamente deteniendo poco a poco su movimiento, logrando que el golpe final estuviera a escasos 5 centímetros alejado del Goblin que ahora gritaba más que nunca; controlando el hielo hice girar con dificultad al ciclope para que me viera y justo cuando su ojo se clavó en mi le lance varios pedazos de hielo congelado que lo único que hacían era rebotar en su dura piel, el ciclope ahora ignoro al Goblin y parecía decidido a acabar primero conmigo pues parecía ser que era una amenaza mayor, rugió fuertemente y en un movimiento aplicando toda la fuerza que su cuerpo era capaz de proveer rompió el hielo que cubría su cuerpo haciéndolo “explotar” en varios pedacitos y después camino hacia mí a una velocidad moderada agitando su mazo golpeando los pocos árboles que se encontraban a su alrededor. Yo comencé a correr hacia el otro lado pues quería alejarlo lo más que pudiera de aquella choza y en uno de mis pasos alcance a ver un plumaje negro con rojo que brillaba tenuemente gracias al reflejo de la luz de la luna en él, sin lugar a dudas era Aka… Estaba tirado entre varios escombros de la madera, ramas y hojas que habían salido desprendidos por el golpe completamente inmóvil… El simple hecho de verlo me dio la respuesta que no quería decir anteriormente… Ignorando que aquella bestia seguía persiguiéndome me detuve en seco y camine hacia donde se encontraba me arrodille y lo tome entre mis manos, mi corazón se comenzó a sentir frio y justo como antes mi espada empezó a congelar todo aquello que tocaba a una velocidad algo lenta, mis ojos lloraban cristales de hielo que salían de ellos y de pronto mi vista se vio comprometida, todo se volvió azul claro, ya no podía ver más colores que no fueran esos.
La historia se repetía una vez más, un amigo que gane tras perder a muchos más había sido herido de muerte y su hermano probablemente estaba en las mismas condiciones… El frio que mi cuerpo sentía se hizo tal que mi piel se comenzó a volver dura, mi corazón dejo de latir y toda mi piel comenzó a volverse blanca y en algunas partes cristalina, especialmente en las extremidades como los dedos u orejas. Ya no sentía nada, ni frio, calor o sentimientos… excepto uno, ira.
Deje a Aka en el suelo y me levante mirando de frente como aquella cosa de un solo ojo seguía caminando hacia donde yo me encontraba, simplemente lo observe acercarse a mí y al momento que intento golpearme en mi mano cree una lanza de hielo muy delgada con la cual le atravesé la mitad del cuerpo justo por donde se encontraba su corazón, el hielo absorbió su sangre y aquella lanza que salía de mi mano cambio su tonalidad a rojo ligeramente transparente y cuando la transparencia se acabó el cuerpo se aquel ciclope de desintegró por completo, regrese la mirada a mi pequeño amigo y lo volví a sostener en mis manos simplemente echándome en el suelo… Lo abracé fuertemente y mi corazón comenzó a latir una vez más pero algo sucedía, con cada latido que daba el cuerpo de aquel pequeño ganaba un poco de calor hasta que al final mi corazón dejo de volver a latir una vez más y aquel pequeñín abrió lentamente uno de sus ojos.
¿Le doy frio?, me cuestioné, me levante del suelo y con ayuda del agua del sitio hice un pequeño espejo para verme, todo mi cuerpo estaba completamente envuelto en hielo y mi piel se volvió blanca por completo y tenía cristales de hielo en algunas partes de la misma.
Entre la plática olvidamos por completo que en aquella casa de encontraba aun Rojo y al recordarlo tome rápidamente a Aka en mi mano y corrí de regreso hacia la choza, tras unos minutos corriendo Aka me obligo a soltarlo pues mi cuerpo lo congelaba por lo que mejor decidió volar por su cuenta detrás de mí, al llegar aquel Goblin se encontraba aun gritando desesperadamente y Rojo ahora un poco retirado de él, fuera de su alcance solo le decía frases con la esperanza de tranquilizarlo, al verme Rojo se asustó por completo, por un segundo no me reconoció hasta que vio entrar a Aka detrás de mí y fue cuando sospecho que era yo.