Mi Hogar

Capítulo 17: Hugrion

Sin algo más que hacer aquí salvo caminar, fui hacia la pared que se había abierto, lo cierto es que no sé cuánto tiempo habré caminado pero estoy seguro de que fue mucho tiempo y por un sitio que era únicamente roca con pequeñas líneas de agua que bajaban por la misma; espero que no me malentiendan, en este punto aún seguía demasiado preocupado por Rojo y Aka, pero me era imposible verlos y mucho menos saber si se encontraban bien, pero gracias al agua en la que me metí antes allá atrás, esta opresión sobre mi pecho se hizo mucho más llevadera y creo que esto fue para bien de lo contrario aun estaría allá tirado sin motivación o pensamientos de querer avanzar y terminar lo que quiera que sea esto en lo que estoy metido.

Hubo un momento cuando sentí algo extraño, por cada paso que daba me daba la impresión de avanzar como si fueran 10, regresaba y era como regresar igual 10 pasos, fue un sentimiento que me hacía pensar que la velocidad que llevaba no era la misma que veía, pues con cada paso todo se movía de acuerdo al avanzar mismo, sin embargo esa sensación no me era correcta y de hecho hizo que me mareara un poco y casi vomitara a causa de la desorientación que mi cuerpo estaba sintiendo; tras ese sentimiento llegue a lo que yo creo es el final de la cueva, aunque estaba dividida en dos caminos, supongo que es uno de esos momentos donde debes decidir… La cosa es que no importa cual elección obtenga el resultado me es incierto en ambas partes. Tome el camino de la izquierda sin pensar en lo que pudiera estar delante y justo cuando di algunos pasos escuche las voces de Aka y Rojo provenientes del otro pasillo, el de la derecha.

  • Sé que estas molesto. – Decía con calma Rojo. – Pero no debes estarlo.
  • ¿No? – Gritaba Aka. – Mira lo que nos hizo ese mago idiota… Tu y yo ahora somos unos monstruos que no pueden estar cerca de nada o nadie porque todo nos teme, si no hemos muerto a causa del hambre es porque quizás no debemos hacerlo… Pero si eso no nos mata te aseguro que aquellos humanos con antorchas que gritan que somos unas aberraciones lo harán…
  • Sabes que Sádarak nos ayudará. – Le comentó Rojo aun con esa tranquilidad.
  • ¡Nos ha abandonado!, ¡Entiéndelo ya! – Le gritaba demasiado molesto Aka, en la colonia de los Goblins cuando regresamos simplemente desapareció y cuando preguntamos todos nos querían ver muertos, diciendo que había asesinado a otros Goblins solo porque tenía ganas. – En este momento la voz de Aka se tornó un poco, entristecida y curiosa… - ¿Crees que alguien que mata por placer ayudara a seres como nosotros?
  • Pero… - Intento interrumpirle Rojo.
  • ¡Nada! – Se interpuso Aka subiendo más el tono. – Entiéndelo… El Elfo que conocimos desapareció.
  • ¡Sigo aquí! – Grite fuertemente, pero justo como pueden imaginar no fui escuchado…

Tras esto las voces desaparecieron y, no la pensé dos veces antes de regresarme en mis pasos e ir hacia aquel otro lado de la cueva que era de donde las voces provenían, corría tan rápido que mis piernas se tropezaban ocasionalmente entre ellas y casi me obligaban a caer y en otras ocasiones dada la muy baja visibilidad chocaba con algunas paredes, al final pude ver la luz y salí casi disparado dándome cuenta de que la velocidad que veía y la que tenía era evidentemente diferente, parecía ser que ese sitio tenía algún hechizo muy complicado y raro para aumentar la velocidad de movimiento estando dentro; como dije salí disparado del hueco y termine en lo que era la zona de los Orcos, el paisaje es muy fácilmente reconocible por ser una zona muy árida con animales peligrosos y feroces y el problema más grande de todos… En esta zona los avistamientos de dragones son más comunes que en cualquier otra, solo espero no toparme con ninguno de ellos pues aun con mis nuevas habilidades dudo que sea capaz de derrotar a alguno.

Intente mirar hacia todos lados intentando encontrar a Aka y Rojo, pero el sitio estaba completamente solo, no había nada o nadie por ningún sitio circundante y a lo lejos no podía ver rastros de alguna civilización, o al menos eso pensé, al regresar la cabeza para mirar la cueva por donde había salido esta había desaparecido y detrás de ella un Orco mayor me miraba fijamente, los Orcos son seres territoriales que no dudan en enfrentar cualquier enemigo da igual quien o que sea, pero este me miraba con algo que jamás creí ver en uno de ellos… Lágrimas en sus ojos.

  • ¿Qué sucede? – Pregunté manteniendo mi distancia.
  • … - El orco no me respondió, bajo la cabeza; algo que nuevamente ningún orco haría y después se arrodillo en el suelo mostrando su cuello, era evidente. Me estaba pidiendo que le arrebatara su vida.
  • Levántate. – Le pedí amablemente y al ver que no parecía ser una amenaza me acerque lentamente a él. – No pienso quitarle la vida a un ser inocente.
  • ¿Inocente? – Preguntó sin levantar la mirada y con una voz muy gruesa y ronca, pero que demostraba un gran sentimiento de culpa. – Los Orcos dejamos de ser inocentes cuando guiados por la ira destruimos y aniquilamos a los humanos… En este momento todos nosotros estamos buscando redención y descubrimos que la única forma de obtenerla es ofreciendo nuestras vidas a cambio de aquellas que quitamos, sabemos que esto no los traerá de regreso… Pero es el castigo que merecemos.

Al terminar de hablar hizo su mano hacia mí, tomo mi espada (algo que no pensé pudiera lograrse, pues no lo había logrado nadie) La saco y la puso frente de si con la empuñadora incitándome a agarrarla.

  • Ya te dije que no lo haré. – Le repetí. – ¿Conoces algún lugar donde haya hielo en esta zona? – Nada pierdo intentando saber si quizás ellos también tienen alguna maldición… No creo que sea coincidencia que haya llegado a este sitio, más bien sé que no es una casualidad.
  • ¿Cómo lo sabes? – Preguntó muy asombrado. – Cuando los Orcos intentaron salir de la ciudad a buscar su muerte todo se convirtió en hielo apresándolos allí, solo unos pocos logramos escapar por estar fuera de la misma…
  • ¿Dónde queda? – Lo suponía… Otra maldición ha sido impuesta a ellos y al haber sido aquel humano el que lo hizo no comprendo cómo es que en un desate de ira no los extermino… Estoy seguro que es capaz de algo así, aun en este momento no entiendo cómo piensa ese sujeto ni lo que pretende.



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En el texto hay: elfos, magia, batallas de magia

Editado: 24.09.2021

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