Por Anyibel Guzmán Toribio
Había una vez, en un hermoso pueblo una niña que soñaba con tocar la flauta, siempre hacía lindos dibujos de flautas que colocaba por toda su habitación.
Un día pidió a sus padres que les compraran una flauta, sin embargo, le dijeron que no, ya que estaban muy caras y en la casa había muchos gastos. La niña al escuchar eso se sintió un poco desanimada, pero pronto recordó algo que su madre le enseñó en alguna ocasión sobre el ahorro, entonces comenzó a ahorrar de su recreo para obtener la cantidad de dinero necesaria para comprar su tan anhelada flauta.
Los días y meses pasaban y la niña continuaba ahorrando hasta que lo logró, ya tenía el dinero suficiente. Toda llena de emoción salió a comprar una flauta, pero algo inesperado le sucedió mientras iba de camino a la tienda, tropezó y dejó caer el dinero en un charco de agua. Ella, al ver que el dinero se había mojado intentó tomarlo de inmediato al levantarlo vio que ya se había dañado. Regresó a casa y se fue a llorar a un rincón. Sus padres la vieron y le preguntaron qué le pasaba. Ella les explicó y sus padres idearon un plan, ahorraron y compraron la flauta. La niña los abrazó con mucha fuerza y les agradeció.
Después de varios meses de práctica, se convirtió en la mejor flautista de su región y vivieron felices por siempre.