Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capitulo 2

Capitulo: 2

Ada

La alarma suena y me despierta, la apago antes de que Ariel la escuche, no quiero que llore de nuevo.

Me levanto con cuidado para no molestarlo coloco otra fortaleza de almohadones a su otro costado y lo vuelvo a tapar. Es un ángel cuando duerme

Entro al baño y prendo la ducha espero que se aclimate y me meto adentro de ella para bañarme. Qué lindo es cuando el agua caliente pasa por tus músculos adoloridos y fatigados.

Salgo de la ducha con una toalla en mi pelo y otra en mi cuerpo.

Limpio el espejo del baño que se llenó de vapor, contemplo mi reflejo, tengo ojeras mis ojos verdes resaltan con mis pestañas, observo que luzco cansada, con patas de gallos y con ojeras. Luzco como una madre.

Salgo del baño y me empiezo a cambiar, me pongo ropa interior negra lisa, un jeans azul apretado, una remera de tirantes lisa y arriba la camisa que dice "Café de Familia " que es marrón con blanco y una taza de café al medio.

Me seco el pelo con secador y me lo ato en una cola de caballo alta, con corrector de ojeras corrijo las mías me pongo un poco de rímel, estoy lista.

Tomo a Ariel en brazos, camino hasta su cuarto, le cambio el pañal le pongo talco lo visto con un pantalón marrón y una remera verde con animalitos una camperita blanca y su rico perfume de bebe. Aunque tiene tres meses y medio. Es muy hermoso tranquilo solo que a veces llora mucho (Últimamente todas las noches).

Salgo de su cuarto y camino hasta la cocina, en donde mi abuela puso la pava para cebar el mate y hacer un mate cocido para mí.

Pongo a Ariel en la sillita de bebe, y me dispongo a hacerle la leche, en fórmula ya que no pude amamantar bien. Eso fue un desafío me sentí mal porque ¿Qué clase de madre no le puede dar de amamantar a su hijo? Pero estas son cosas que pasa y lo importante es que él se alimente bien.

-Hola abuelita. Buenos días –dije entrando a la cocina.

-Buenos días. Ada ¿has dormido algo?-me preguntó llenando el termo de agua caliente.

- Si –mentí no quiero se preocupe, ya hizo bastante por mi dejándome quedar en su casa.

-Bien- Algo en su voz sonó raro-Ayer me llamó tu mamá –dice de golpe.

Wow que sorpresa desde que se enteró que estoy embarazada ella y mi padre me echaron de mi casa y la abuela me aceptó. Me quedé sola, con unos meses de embarazo y pocas semanas para terminar el colegio.

-¿Qué te dijo, que me tires a la calle a mí y a mi hijo? –dije sarcástica.

Ella me pego un codazo, algo molesta.

-No, dice que quiere conocer a su nieto –dice ella, me paré en seco con la mamadera en la mano mientras en la otra tenía la formula especial para que tomara él bebe.

- No lo va a hacer-sentencie mientras ponía las cantidades justas de formula y agua caliente y movía. Ella me abandono cuando más la necesitaba.

-Pero hija, ella tiene el derecho de conocer a su nieto.- me replicó mi abuela.

- No lo tiene abuela, ella me dijo que si le hubiera dicho antes me lo hubiera sacado, ahora tengo que echarte y eso hizo –dije mientras tomaba a mi bebe y le daba la leche .Recordé como mis padres me echaron de casa no entiendo como no tuvieron corazón y simplemente me echaron de la casa.

-Pero entiende a tu madre, se asustó al igual que tu padre.-Quiso excusarlos ella.

-¡¿Asustar?! ¿De qué? si yo fui la que tuvo al niño, la que lo cuidó durante nueve meses, ellos fueron como Pilatos, se lavaron  las manos y te dejaron a ti de responsable.- digo enojada.

Ella me miró y sonrió, le gusta cuando me expreso utilizando nombres bíblicos, lo malo es que se sigue quejando de que le puse Ariel, en vez de Simón o Jesús, pero no se puede complacer a todos.

-Bueno, pero dime que lo pensarás. -me suplica, cebando un mate.

-Si lo pensaré abuela –le digo. Pero no creo ceder hacia tal petición.

Ariel termino su leche, puse una toalla sobre mi hombro y lo coloqué de manera que su cabeza quedara sobre mi hombro le hice provechito, eructo.

-ohh que niño más lindo –le digo besando su frente.

-Sí es muy bello, pero no entiendo como tiene el pelo oscuro casi negro y tú tienes el pelo castaño.-Dice acariciando su cabecita.

-Genética abuela -le contesto

-Sí, de parte del padre –dice.

-Tal vez- dije esquivando el tema ya sabía para donde iba esta conversación.

- Ada dime ¿Quién es el padre?- me pregunta. Colocando sus manos en sus caderas y mirándome con gesto de enojada.

-No tiene padre –le dije, y no le  miento. Mi bebe no tiene padre.

-¿Y de dónde vino? – Entonces pone sus manos en su cabeza, yo me rio y coloco a Ariel en la sillita  y me hago el mate cocido.

-Del aire, abuela –le dijo sarcástica –de donde va a venir pues de mi panza –señalo a mi panza que esta algo abultada tendré que hacer gimnasio o quedare redonda sobre que aumenté unos 10 kilos o más, con el embarazo.




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