Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capitulo 5

Capitulo: 5

Ada

Entro de nuevo en la cafetería, no sé cómo me siento si muy contenta de que él no me haya juzgado, emocionada porque me haya invitado a salir o sorprendida de que me dejara llevar

a Ariel. Sin duda Carlos se ganó mi respeto.

-¡hey! bella durmiente despierta de tu sueño –me dice mi compañera de trabajo –Hay trabajo pendiente.

- Si –dije.

Me puse el delantal, tomé mi libreta y comencé a trabajar, entre cliente y cliente se me pasó volando la mañana.

Antes de que fueran la una de la tarde, recibo una llamada en mi celular.

-Hola –respondo mientras limpio una mesa, coloco el celular entre mi cuello y mi oído.

-Hola nena-dice la voz de mi amiga Julieta.

-Juli nena, ¿Todo bien?-dije pasando el trapo por otra mesa, recojo los papeles y los tiro en la basura.

-Si va eso creo ya sabes. Y el trabajo ¿Cómo anda?-me pregunta, la escucho un poco triste.

-Cansador ¿Cómo llevas el asunto? –dije.

-Mejor no hablemos de eso. Y es perfecto que este cansador tu trabajo, porque te tengo una sorpresa, tú, yo  y el pequeño Ariel los tres un día en el Spa el sábado ¿Qué te parece?

–me dice ella.

Un día en el spa suena genial, pero no poseo el dinero para eso.

-Lo siento amiga, no tengo suficiente dinero. –le digo puedo ser sincera con ella acerca de mi estado bancario.

-Tonta, yo te lo pago, es un regalo. Aparte me urge estar contigo amiga. –me dice.

-No Julieta no te...-me interrumpió antes de que dijera algo.

-Calla, es por todo el trabajo que haces cuidas de tu hijo y trabajas, lo necesitas y aparte tiene una guardería de bebés, para mujeres que van ahí con sus hijos.

-No lo sé...-Empiezo a dudar, sería genial un día de descanso, pero es mucho gasto.

-Y antes de que digas no, ya lo pague-me dice riendo se.

-Ogg eres una malvada –le digo, ella siempre se sale con la suya.

-Sí, malvada te invito a un Spa y soy mala. Aparte quiero un día sin para descansar con mi mejor a miga y mi ahijado. -me dice riéndose

-Sí, que amiga tan genial, tengo tuve suerte de encontrarte loca-Le dijo con una lágrima en mi ojo, me la limpio y empiezo a sacar la basura. Ella sin duda es la chica más fuerte y genial que conozco.

-owwww, me vas a hacer llorar, sabes que soy alérgica a la dulzura me da diabetes. –Me dice

-Amargada.-La regaño.

-Tú mucho más. –dice como una niña chiquita.

-Te tengo que decir algo...-Le confieso a mi amiga.

-¿Qué cosa? –dice impaciente, le encanta los chismeríos.

- Conocí a un chico en la Cafetería, se llama Carlos, él me invito a almorzar y lo mejor que lo hizo invitando también a Ariel.-confieso mientras muerdo mi labio. Si alguien me viera ahora se daría cuenta la cara de tonta que traigo.

Ella guardo silencio hasta que...

-GEEEEENIIIIIAAAAAL –Gritó dejándome sorda.

-Para me vas a dejar sorda.-Le digo riéndome.

-¿Qué estas gorda?-Dice ella riendo – Pero hablando enserio, te invitó a salir un chico y sabe que tienes un hijo... Es genial, eso quiere decir que le gustas enserio.

-Si como que, me sorprendió.-Confieso.

- ¿Y es lindo?-Dice risueña.

Carlos, es más lindo que el dulce de leche. Pero no tanto como Alexander.

Esas voces en mi cabeza, Dios que me hacen pensar tantas pavadas.

-Si es decente. –dije.

-O sea que es maravilloso.-Termina ella por mí.

Como me encanta que una persona me conozca tanto llegando el punto de que digo una frase y ella entiende todo.

-Sí, la verdad que sí. –Miro la hora 13: 05 –Te dejo me tengo que ir ya es hora de la cita.- digo con voz cantarina.

-Surte y que te la pases muy lindo. Te quiero y no te olvides del sábado.-Dice ella feliz.

-Te quiero muchísimo amiga, obviamente no me olvido, nos vemos. Un beso.

-Dos –dice ella y colgamos.

El jefe estaba cerrando la caja registradora y mis compañeros se preparaban para irse, me saco el delantal y me pongo mi campera.

Saludo a mi compañera y salgo afuera. Lo primero que veo es a Carlos en su auto esperándome, camino hacia él y lo saludo con un beso en la mejilla.

Subimos los dos al auto.

-Te llevo a tu casa, así buscamos a Ariel –me dice el saludándome con un beso.

-Bien –dije.

El camino, fue tranquilo y fuimos escuchando la música de la radio.

-¿Quieres entrar?-le pregunto cuando llegamos a mi casa.

-Bueno, si no es molestia. –Me dice el sonriendo, marcando su hermoso hoyuelo.

-Ninguna-dije sonriendo.

Bajamos los dos del auto antes de siquiera podamos entrar a mi casa mi abuela sale con una cuchara de madera en la mano, con cara de enojada.

-¿Quién carajos es este joven?-dice señalando con la cuchara de madera.

-Abuela tranquila, pareces Big Mama –Me quejo, ella me mira ahora a mí enojada.

-¿Acaso soy negra y un travesti?–dice indignada, miro a Carlos con cara de vergüenza pero él se está muriendo  de risa.

-Lo siento abuela. –dije, tenía que admitirlo que es algo cómica su cara.

-Hola mucho gusto soy Carlos Villagrán. –dice extendiendo su mano a mi abuela, ella lo mira y estrecha su mano.

-Un gusto Carlos, soy María, la abuela, de esta loca jovencita.

Dice pegándome en la cabeza  con la cuchara, como si hubiera hecho algo malo.

En eso escucho al bebe llorar, salgo corriendo y entro a la casa, estaba en su cochecito se le había caído el chupete, me acerco a él y lo beso.

-Hola amorcito mío. –digo besando su frente.

-Así que tú eres el famoso Ariel-dice Carlos mirándolo, sonreía como si fuera lo más lindo del mundo.

-Viste es muy lindo mi hijo-dije riendo orgullosa de mi Ariel.

-Demasiado –dice él sonrió de oreja a oreja él me mira-Pero...Están lindo que... ¿Segura es hijo tuyo? No te lo habrán cambiado...-dice riéndose.




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