Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 14

Capítulo 14

Carlos.

La no te muy rara, algo le pasaba a mi querida Ada.
Dobló con el auto la esquina y piso el acelerado para avanzar, al ser casi las 5 de la tarde no hay tanto tráfico. 

Hace un año y unos meses, que conocí a Ada y Ariel ambos forman parte de mi vida. Y lo único que quiero es que ambos estén bien. Y me preocupa Ada ya que algo le pasa, la conozco.

Llego a la empresa Villagrán es una empresa de cosméticos, dirán ¿Qué hace un hombre trabajando en algo así?

Pues la empresa la inicio mi madre Amanda con mi padre, ahora él se hace cargo de la parte económica, yo soy el que administra la empresa por ahora bajo la supervisión de mi padre, ya que todavía no termine la carrera de administración la estaría terminando en noviembre en 6 meses .Por fin podría trabajar si su supervisión.

Entro a la oficina, la recepcionista una mujer joven de uno 25 años, rubia me sonríe mostrando sus dientes blancos

-Buenos días, señor Carlos –Me saluda ella con una cálida sonrisa.

-Buenos días –Le respondí con una  cordialidad. Camine hacia mi oficina.

Al entrar vi a mi padre de espalda mirando por la ventana. Estaba con su traje habitual de color gris, su cabello algo gris y bien corto dándole un estilo formal, pero no tan aburrido.

-Padre, buenos días  ¿Qué haces aquí? Pensé que vendrías dentro de una hora.-Le pregunte confundido.
Él se da  vuelta, por la cara que tiene creo que algo malo está pasando o está enojado lo percibo molesto.

-Carlos ¿Cómo es eso de que hace tres meses que vives con esa chica y ese bastardo?  - Pregunto enojado. Sus ojos tenían una rabia contenida.-Te das cuenta de que una vez más pones en deshonra el apellido Villagrán. Haces lo mismo que hizo tu hermana.-Eso ultimo lo dijo con repulsión, como si el  hecho de nombrarla le diera asco.
Me quede callado, lo que le paso a mi hermana fue un error, mi padre trato por todos los medios que nadie se enterara pero alguien hablo de más y dejo al descubierto uno de los secretos más grande de la familia.

-Papa con todo el respeto,  tú no tienes el derecho de venir y decirme que hacer con mi vida. Ella es la mujer que amo con mi vida  y él es mi hijo, si no tiene mi ADN pero es el padre es el que cuida y el que cría. Capaz que no es la familia que esperabas que tuviera, pero te  juro nadie me daría más amor que ellos dos.

El me miro como si fuera un asqueroso bicho (lo que no es cierto ya que soy súper hermoso)   como si lo que acabara de decir fuera una estupidez.

- Tu ¿Enamorado? Por favor Carlos, tienes 23 años no sabes lo que es amar, eres un niño jugando a ser grande. Aparté ese bastardo no es tu hijo y mucho menos un nieto mío, como lo cree tu madre.

Sus palabras son fuertes, él no sabe de qué está hablando.

- Tú no sabes que es  lo que yo siento. No tienes derecho a decirme que soy un niño. Yo no soy  el egoísta que esta separando la familia. Ni siquiera pasaste la navidad con nosotros, por tu maldito orgullo. Perdóname papa pero las cosas son así. – Dije todo lo que tenía guardado dese hace mucho tiempo.

-Tanto que aman a ese niño tú y tu madre. ¿Qué pasaría si el padre de Ariel volviera? Y buscara a tu noviecita y a su hijo.-Dijo con la vos fría.- Hijo, no la conoces tanto como para saber si ella es capaz de  dejarte  por él. Hijo no quiero que la reputación de la familia decaiga...

Sus palabras se clavaron en mi cabeza como agujas, no poda pensar. Necesito  estar solo.

-Papa déjame solo por un momento. Si necesito algo te llamo.-Dije mirándolo a los ojos. Tenía mis puños apretados, sentía como mis nudillos se ponían blancos de la presión que estaba haciendo.
Él no me dice nada solo asiente y sale de mi oficina.

 Golpeo mi escritorio con el puño. Me siento en mi silla y tiro de mi cabello, no puedo si quiera pensar que el padre de Ariel aparezca, no quiero que ellos se vayan de mi vida.
Porque sin querer queriendo ambos tanto Ada como Ariel son lo más importante para mí.
 

Ada

Julieta quedo alucinada con esto no se esperaba que le dijera que el padre de Ariel apareció.

-¿Él sabe de Ariel?- Pregunta.

-No, claro  que no. Solo me lo choque  e intento pedirme perdón por lo que paso. –Le dije mientras me mordía la uña.

- Que maldito imbécil. ¿Cómo se atreve a pedirte perdón  de una manera tan casual?- Dijo totalmente indignada.
-Es que fue una sorpresa para los dos. Pero espero no volver a cruzármelo nunca más.-Dije mientras miraba a mi bebe.

-Te entiendo amiga. Si te lio llegaras a cruzar frente a mí. Te juro lo mataría.-Dice ella cerrando su puño mientras le pega al aire.- ¿Le dijiste a Carlos?

- No le eh dicho nada. No quiero preocuparlo al vicio. Y tú tampoco le menciones nada.-Le digo a mi amiga. Ella toma mis manos y me mira compresiva.

-Te entiendo amiga, mi primo se preocuparía  muchísimo. Es mejor que no lo sepa.

 Amo como mi amiga me entiende y me ayuda. Miro el celular y veo  que ya es muy tarde y tendría que estar en la cafetería.

-Me podrías llevar a la cafetería quiero decirle  al jefe que renunciare.-Dije con una sonrisa de oreja a oreja.

-Vamos.-Dice ella animada.- Pero si renuncias no sería más tu jefe ¿Cómo se llama?-Pregunto curiosa.

-No lo sé.-Contesto, la verdad nunca no ha dicho su nombre. – Él simplemente nos dijo que lo llamemos “jefe”.

-Como siempre digo, a cada loco con su tema.-Dijo mi pelirroja amiga.

Las dos reímos.

-Bueno espérame cinco minutos que me voy a cambiar, cuida me  un segundo a Ariel.-Le digo a Julieta.

-Bueno apúrate amiga.

Camine hacia las habitaciones, por parte de los dos decidimos con Carlos que sea un departamento sin escaleras, recordamos lo que fue bajar la escalera con Ariel en brazos   y para nada fácil.




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