Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 15

 

Capítulo 15

 

Ada

El resto del día me lo pase con Julieta y Ariel en el centro comercial.

En donde me fui comprar algunos trajes para secretarias, los cuales los eligió Julieta.
Quien decía que mi estilo era muy sobrio y aburrido, ella me eligió trajes que según ella son como ella dice *profesionales y femeninos*.

Al principio no quise aceptar sus ideas, pero me los hizo probar me gustaban y  a quien más le gustaron fue Ariel que cada vez que salía con un traje elegido por  Julieta aplaudía y si era un traje que yo elegía no hacía nada se quedaba serio.

Aparte Julieta le compro una linda remera a Ariel una que decía *Yo soy de mi madrina, alejarse perras*.

Lo que causo mucha gracia. Pobre de mi hijo cuando tenga novias.

Cerca de las nueve de la noche llegue a casa, Carlos todavía no ha llegado.
Así que me bañe, junto a Ariel, lo cambié con la remera que le compro su madrina yo me puse un short azul y una remera de color azul de Carlos me quedaba grande.

Baje a hacer la comida, senté a Ariel en su sillita y le hice su comida, puré de calabaza y calabacín y jugo de manzana. Cuando le daba de comer hacia cara de asco.

-Vamos Ariel come este puré que te hizo tu mami.- Le digo haciendo puchero.

Él se retorcía para no comer a este niño no le gustan los vegetales.

-Come Ariel.-Dije molesta.

Acerque la cuchara a su cara y el la tiro enojado.

-Nop -Dice agregando un “p” al final.


-Avioncito.- Digo utilizando mi último recursos,  él se vuelve hacia mí y habré la boca, rápidamente le meto la cuchara en la boca

El mastica y sonríe.-Gatito gusta pescadito.-Dije sonriendo.
Le doy la cuchara y empieza a comer solo.

Me levanto a hacer la comida, cocinare ravioles  con salsa blanca. La comida favorita de Carlos.
Pongo a hervir el agua.

Busco la bolsa de ravioles de pollo. Luego de un rato de que ya hirvió el agua, pongo los ravioles a cocinar.  Empiezo a hacer la salsa. Un olor rico se siente en el ambiente.

Escucho que la puerta se abre seguido de un  “Llegue” proveniente de Carlos.    

-Estoy en la cocina amor.-Dije mientras  revolvía la olla.

El llego y saludo a Ariel quien lo recibió tirando le puré en la camisa blanca.


-Ariel.-Lo regaño él se ríe haciéndonos reír a ambos.-Lo siento estuvo difícil toda la tarde.

- Tranquila debió ser sin querer.-Dice el, mientras le revolvía el pelo.

- Nop -Dice Ariel. Mientras sigue comiendo.

- Hola amor. -me saluda con un beso en los labios. - ¿Qué cocinas?

 -Ravioles con salsa blanca.- Conteste. Me doy vuelta y beso sus labios.

- Mi comida favorita.- Me abraza como si fuera un osito.

- Ya lo sé. –Digo feliz y lo vuelvo a besar.

-Me voy a bañar me cambio y cenamos ¿Te parece?

 -Si date prisa que casi está listo.
Me doy vuelta para seguir cocinando cuando recibo una nalgada.

- ! Carlos ¡- Él se empezó a reír.

- Lo siento Candy, pero tienes un gran culo.- Dice él.

-Eres un payaso.- Le digo.

Termine de hacer la comida y la deje tapada para que no se enfriara.

-¿Ariel terminaste de comer? –Pregunto  dándome vuelta mientras me limpio las manos.
Lo veo y se había dormido sentado, tenía la boca llena de puré.Lo limpie y lo lleve a su cuarto, lo acomode en su cuna  y lo tape.

Cuando salía del cuarto de Ariel, salía del baño Carlos con una toalla. En su cintura y su abdomen al descubierto, tiene una gran tableta de chocolate que me gustaría morder.

El me mira y me sonríe se acerca a mí y me besa.

- El pequeño se ha quedado dormido. –Comento, pero no puedo despegar la vista de su abdomen.

El me miro con una sonrisa pícara y se fue a cambiar.

Yo por mi parte fui a preparar la mesa. Cuando termine, llego el con un short azul  y una remera de manga  larga gris.

Empezamos a comer en un  silencio muy cómodo.

- Sabes hoy estaba mi padre en la oficina, tuvimos una charla si le puede decir charla hablo más el que yo. –Comenta Carlos con enfado, limpiando con la servilleta y tomando un trajo de Coca- Cola.

- ¿Que paso?  Se enteró de que vivimos juntos...- Dije esperando que no fuera eso.

 - Exactamente fue eso. Se le escapó a mi mama.-Dijo  el mirando  a otro lado.

Estaba molesto. Extiendo mi mano esperando que él la tome.

- Deja me adivinar.-Dije haciendo me la pensativa.- No lo acepta quiere que te vallas y me dejes de mantener.- Le digo con cara de fastidio.-Déjalo que hable lo que quiera, ambos sabemos que no es así y eso es lo que importa.

El padre de Carlos me detesta a tal punto que se perdió cumpleaños y fiestas de navidad, solo porque yo estaba ahí.

-  Algo así me dijo…Pero no importa, u tienes razón. Que se joda.-Algo en su  voz me hizo pensar que no me estaba contando todo.

- ¿Qué más te dijo? Dime Carlos, sabes que cualquier cosa que haya dicho  no puede ser tan malo.

- Él dijo que  si llegara aparecer el padre se Ariel tal vez me dejes y te olvides de todo lo que vivimos.  Entonces el tendrá la razón de que no eres una buena mujer… Y eso es algo estúpido  porque sé que no pasara, aparte  si lo vieras me lo dirías.

El aprieta mi mano. Me sentí culpable, por no querer decirle pero es lo mejor no quiero que se preocupe demasiado por esto, ya que no planeo volver a ver a Alexander en mi vida.

-Claro amor, aparte desde terminamos en ese momento tan feo de mi vida jamás lo eh vuelto ver.-Digo mintiendo como la mejor.

Él me sonrió.

- Gracias, espero que nunca aparezca.

Yo tampoco  pensé




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