Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 18

Capítulo 18

 

Ada

Había pasado una hora y el todavía no había vuelto.

Estaba media aburrida ya había programado sus citas de la semana y me había hecho un café eran las 13:30 de la tarde.
Mi horario de almuerzo es ahora. Decido bajar a la sala de descanso a tomar agua, hambre no tengo por ahora. Después del encuentro con Camila perdí el apetito.

Cuando llego había varios hombres viendo el partido entre River y Boca.
Unas mujeres comiendo ensalada toda parecen tener una buena figura aunque algunas ya superan los 30 años.

Camino hasta la máquina con latas de gaseosas y aprieto un botón en donde dice Coca Cola. Saco la lata, le doy un sorbo largo y refrescante.
Me siento en un sillón a mirar el partido.

Mi celular suena era Carlos.

Amor: Candy ¿Cómo va el primer día?

Horrible, por donde empiezo… Mi jefe es el papa de Ariel, sigue siendo un idiota y para rematar su novia es la misma chica que me molestaba en el secundario. En vez de escribirle eso.
Yo: Todo perfecto.

Respondí, me estoy haciendo perfeccionistas en las mentiras.

Suena de vuelta mi celular era una imagen más un texto.

Amor: Hoy llegue temprano a casa. Y pasamos tiempo de calidad con Ariel.

Era una foto en donde salía el acostado en el suelo con Ariel arriba de su cabeza dándole un beso. Son tan  bellos los dos juntos.

 Yo: HERMOSOS 😘

En ese momento una mujer se sentó a mi lado, era algo regordeta con el pelo atado en un moño,  tenía un traje color crema combinado con una camisa  blanca lisa y unas perlas en el cuello.

- Hola querida buenas tardes.-Me saluda la mujer. – Tú debes ser Ada. Encanta de conocerte.

- Hola mucho gusto. ¿Usted es?

-Soy Amalia, la secretaria del señor Ambroni viejo.-Dijo riendo se.

También me río.- Un placer conocerla, Amalia.-Dije cordial, ella parecía agradable.

- El gusto es mío. ¿Gustas un poco?-Me pregunta ofreciendo me la mitad de su sándwich de milanesa con huevo, jamón, queso, y muchos aderezos.

- Esta bien muchas gracias. –La verdad es que al ver el sándwich me dio mucha hambre y como resistirme a esa delicia.

- Toma, Ada.

 Fui a buscar dos latas de gaseosa para compartirle a Amalia.
Empezamos a charlar de la empresa cuáles son los romances ocultos por ahí. Y como la curiosidad, mato al gato pregunte por Alexander y la plástica de Camila.

- El niño Alex lo conozco desde que era pequeño, pero cuando su mama murió él era un joven de 15 y bueno como cualquier chico que crece con un padre amante de las mujeres.-Dice mientras rueda los ojos.- Siguió sus mismos pasos. Una vez hace dos años más o menos recuerdo que se enamoró de una chica. – Parece que intenta recordar el nombre de esa chica.- No me acuerdo todavía su nombre. Pero él estaba contento cuando venía a saludar a su padre me contaba siempre que ella era muy inteligente y era graciosa y le encantaba leer... – Sentí  un nudo en la panza ¿Estará hablando de mí?- Pero un día fue a mi casa  imagine usted la sorpresa que me lleve cuando lo vi llorando.  Me conto  que por un error muy estúpido la había perdido y jamás la volvió a ver. Estuvo un año deprimido, pero el padre lo obligaba que estudiara publicidad le falta unos dos años para terminar la carrera y hacerse cargo de la empresa pero trabaja aquí lo mismo como cualquier empleado. Lo peor que bueno como lo viste Ada volvió a estar con Camila ella es la hija de uno de los socios del señor Ambroni no me sorprende que algún día se casen por intereses económicos.

No sabía que pensar, en verdad Alexander sufrió por lo que me hizo me niego a creerlo.
Me siento mal pero lo que paso hoy no se me va a olvidar no soy tonta el ya no me ama ni yo a él.

- Que dolorosa y trágica   es la historia de Alexander.-Dije algo confundida. No termino de procesar lo que Amalia me conto.

- Sí  es verdad el sufrió mucho.-Dice ella con pena.- Ada ¿Qué  te llevo a unirte a  la gran -familia de publicidad Sur?

-Hice un curso de secretariado y ellos me recomendaron. La verdad nunca pensé ser secretaria pero este trabajo  es una muy buena oportunidad. –Respondo a su pregunta con sinceridad.

-Me alegro que sea así Ada. Si le pones voluntad y esfuerzo seguro llegaras lejos.-Dice ella con una sonrisa.

-Mire el reloj eran las 14: 45 de la tarde mi horario del almuerzo ya había acabado.
Me despedí de Amalia y le prometí que mañana traía la comida yo.

Volví a mi oficina  pensando en todo lo que me había contado Amalia.

¿Sera verdad que él  se enamoró de mí? ¿Sufrió por lo que paso?

No puedo creerlo sinceramente, no puedo. Yo recuerdo ese video y me duele el corazón.

Me siento la silla y veo que tengo una nota pegada en mi escritorio.
Ada, cuando leas esta nota. Por favor ven a mi oficina. Tengo que hablar contigo de algo muy importante.

Alexander.

Mire la puerta de su despacho me sentía asustada. ¿De qué quiere hablar?




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