Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 29

Capítulo 29

 

Ada.

Unimos nuestras frentes mirándonos a los ojos, lo suyos tenían un brillo especial. Yo creo que si me mirara al espejo tendría la pablara “Cretina” tatuada en la frente.

- Ada- puso su mano en mi mejilla.

Se acercó a mí y me beso de nuevo en los labios .Me quede quita por unos segundo asimilando todo lo que acaba de pasar.

- Alexander tenemos que hablar.-Digo con la voz temblorosa.

El asintió. Arranca el auto y gira hacia otro lado.    

- ¿No íbamos a la empresa?- dije dudosa.

- No, vamos a ir a mi casa. Para hablar tranquilos.-Dijo concentrado en lo que hacía.

- ¿Y el trabajo?-Pregunte.

-Soy el hijo del jefe, tiene ciertas ventajas.-Dijo el con una sonrisa.

 

Me quede callada  trataba de poner en orden mis pensamientos. ¿Que estoy haciendo?
Me bese con Alexander y estoy de novia con Carlos. No tengo 15 años para andar jugando a que tengo dos novios.
Porque no me gusta jugar con los sentimientos de nadie. Pero estoy haciendo exactamente lo que odio.

Por un lado Carlos es dulce, bueno me apoyo  cuando más lo necesitaba y él es como el papa de mi hijo.

Pero con Alex tenemos una historia .Y un hijo.

¡Ariel!

No pensé en mi niño él será el que sufra por todo esto, porque yo siendo su madre no le doy estabilidad con mi pareja. Él va a crecer confundido.

Alexander manejaba serio, estoy segura de que ya sabe  que Ariel es su hijo. No me hubiera hecho tantas preguntas  y no me llevaría a su casa para hablar del tema.
Pero el necesita escucharlo de mi boca para confirmarlo. Sé que matare a mi abuela por contarle.

- Llegamos.-Anuncio él. Nos detuvimos frente a un edificio  de eso lujos

Él se  baja del auto y rápidamente cruza para abrir me la puerta. No puedo evitar sonrojarme, siempre hacia eso cuando éramos novios.

- Gracias.-Digo con un tono bajo.

El me condujo a un edificio saludamos al gerente y subidos por le ascensor.

Su departamento era gigante hermoso con un gran ventanal que da para la calle que esta iluminada por el sol del mediodía. La vista es fenomenal.

Lo miro a él quien estaba muy concentrado mirando me.

- ¿Te gusta?- Me pregunto.

- Si es muy linda la vista.-Dije volviendo mi vista la ciudad.

- A mi igual, me gusta la vista.-Eso ultimo lo dijo mirándome.

-  ¿Hablamos?- Pregunte incomoda.

- Si eso. Nos sentemos aquí.-Dijo señalando unos sillones  blancos cerca del ventanal.

- Bien sé que tengo que ser sincera.-Dije a penas me senté en el sillón.-Ariel es tu hijo. – El  me miro serio. -  Cuando me cambie de colegio a los pocos meses me entere que estaba embarazada.-Dije mientras recordaba.-Lo mantuve en secreto durante cuatro meses. Ata que mis padres se enteraron.

"Pero fue muy obvio la panza creció y con esos los problemas, mi madre me quiso obligar  abortar y mi padre me hecho de casa. Ellos querían saber quién era el padre y me negué  a decirle, por un aparte por que seguía enojada con vos y otra por que no quería que supieras, yo pensé que no tenías derecho a saberlo.- Tome aire, unas cuantas lagrimas caían por mis mejillas. – El secundario fu un calvario “La nueva embarazada” fue todo un escándalo. Mi abuela me recibió en sus casa  y si no hubiera sido por ella no hubiera terminado el secundario, luego comencé a trabajar en una cafetería. Cuando Ariel tenía unos tres meses fue cuando  conocí a Carlos.-Dije sonriendo mientras recordaba como lo había conocido.- El me ayudo muchísimo, fue el mejor compañero. Unos meses después ya éramos novios y ahora vivimos juntos. Carlos el que me motivo para estudiar y hacer el curso de secretaria y ya conoces el resto.

Lo mire por unos minutos  él estaba procesando todo lo que le había dicho. Sabía que iba a estar enojado por ocultarle de a su hijo. Solo rogaba para que no se enojara al extremo de decirme que me lo va a quitar.

Su mano toma la mía y me mira a los ojos.

- Estoy muy enojado ¿Cómo vas a ocultarme el hecho de que tengo un hijo?-Dijo furioso.-Pero por otro lado tengo ganas de matar a tus padres por a verte dejado sola. No tendrías que a ver estado sola.-Dijo en tono de reproche.-Yo hubiera estado para ti y lo sabes.-Ariel es mi hijo y quiero conocerlo y quiero estar en su vida como su padre.

- Yo no sabía si ibas a estar o no. Porque la persona que yo amaba en ese momento me había humillado de la forma más horrible de todas. Y yo no quería que estuvieras con el sí eras capaz de hacerme sufrir a mí, no quería que le hicieras eso a él.-Dije  excusando me de mi comportamiento. Capaz que él no lo entienda, pero tenía 18 años  y el chico del que estaba enamorada había hecho un video burlando se de mí.

-Pero yo si te amaba y aun te amo. Sé que fue una estupidez lo que paso, pero era un crio.-Dijo con seriedad.

-Y por esa  razón no debías asearlo.-Ataque.

-Pero es mi hijo y no de ese tal Carlos. Y aunque quieras que el fuera el padre, no  se puede ese niño  mío.-Dijo enojado.

Él tenía razón el hijo era de él y no de Carlos, pero ella lo amaba como si fuera su propio hijo.

-Lo se.-Dije sin poder mirarlo.-Pero él estaba cuando tu no estabas y no por eso es menos padre que vos.-Dije con la voz seca.

Alexander se levantó furioso y me grito enojado.

-Yo no estuve porque no me dejaste. No por decisión propia.-Dijo mientras se tiraba del cabello.-Ariel me llamo papa y vos tuviste la osadía de decirme que le dice así a todo el mundo. ¿Acaso a ese tipo lo llama así?-Pregunto enojado. Sus ojos azules ardían con llamas de enojo.

-No.-Conteste mirándolo. Me dolía saber que él tenía razón.

-Vez hasta Ariel lo sabía.-se volvió a sentarse en el sillón.-Por eso no me sorprendió cuando ese tal Carlos se enojó cuando te vio conmigo.




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