Capítulo 32
Ada
Me desperté con el sonido de mi alarma. Como me es costumbre me doy vuelta para despertar a Carlos y no estaba, sentí un vacío en mi pecho.
Luego los recuerdos de la noche anterior me atacan.
A mi lado dormía Ariel .Me levante con cuidado para no despertar lo.
Pongo almohadas a sus costados para que no se caiga.
Y me busco la ropa de trabajo.
Tomo mi celular voy a llamar a mi abuela y le voy a decir que Ariel ira un poco más temprano. No sé cómo le voy a explicar lo que sucedió a mi abuela.
Al tomar mi celular noto que tengo mensajes de un número desconocido, que raro.
Los abro.
Hola Ada soy Alexander conseguí tu número gracias a recursos humanos.
Te escribí para decirte que lleves a Ariel al trabajo mi papa lo quiere conocer le hable de él .Y quiere conocer a su nieto.
Bien nos vemos en un tato Ada, un beso.
Lo que me faltaba, el tercer día de trabajo, el dueño de la empresa se entera que tiene un nieto de la secretaria de su hijo. Parece una película de comedia, falta que salga alguien bailando de mi ropero.
No te enamores de mi hijo. Fueron sus palabras.
Y no me quiero enamorar pero tengo sentimientos encontrados. Es decir los beso de ayer, desperraron cosas que creí dormidas. Pero no puedo dejar de pensar en Carlos.
Pero el tomo la decisión de irse enojada. Y espero que no sea porque ya no me quiere, sino que está confundido al igual que yo. Nunca me imaginé volver a ver a Alexander y tanto para Carlos y para mí, esto es algo que tenemos que pensar y meditar.
Me cambio con un pantalón color crema y una camisa blanca con botones rosas junto con un bléiser negro.
Camino hacia la cama y despierto a Ariel dándole besitos en la cara.
Y lo cambio le pongo un jeans blanco con unos agujeros en las rodillas y una remera negra con un elefante. Le pongo zapatillas negras.
Cuando está listo y bien cambiado lo bajo al suelo y el sale corriendo a buscar su peluche que le regalo Alexander.
Me puse las mismas sandalias de ayer y me peine esta ves alise mi pelo.
Lleve a la cocina a Ariel y le prepare su desayuno .Criollos con dulce de leche y leche con cacao. El desayunaba tranquilo y yo me prepare un café.
La cocina parecía gigante sin el acá, me duele saber que yo soy la causante de provocar la separación.
Sacudo la cabeza y corro eso pensamientos de mi cabeza, miro la hora, se me esta haciendo tarde para ir a trabajar.
Busque mi abrigo y el de Ariel. Cuando volvía a la cocina Ariel estaba desde su carita hasta su remera lleno de dulce.
- ¿Qué paso amorcito? Te ataco el monstruo del dulce de leche. –Dije seria, pero con una sonrisa.
El empezó a reírse moviendo sus manitos.
- No se mami.-Dijo con la voz más dulce de todas. Me morí de amor al escucharlo decir me mama, corrí hacia él y bese sus cachecitos llenos de dulce. El empezó a reírse al igual yo tenía que admitir que la situación era graciosa.
En tiempo record, fuimos al baño le lave la cara y lo deje limpio cambie su remera negra por otra gris con el logo Nike.
Cuando estuvimos listo llame un taxi y nos fuimos, desde el taxi le avise a mi abuela que no tendría que cuidar a Ariel esta mañana. Ella me dijo que cuando la necesitara la llamara.
Llegamos a la empresa y estaba muy nerviosa. Con Ariel de la mano y el sosteniendo a su osito favorito entramos.
Vieron ese momento incomodo cuando te sentís que todos te están mirando y que el mínimo movimiento provoca que hablen de ti. Pues exactamente es lo que me está pasando. Todos, absolutamente todos me están mirado, me siento como en la secundaria cuando todos veían mi vientre abultado.
Miraban a Ariel y murmuraban muchísimas cosas.
"Son muy parecidos"
"Tiene sus ojos"
"Alguien salió embarazada”
Al entrar en mi oficina, en mi silla estaba Alex y a su lado su padre.
- Ada - Me saludo Alex y alzó a Ariel para darle muchos besos. Me conmovió mucho ver a Alexander con Ariel abrazados.- Papa tú la conoces como Ada Smith, pero ella fue mi novia en el secundario y él es tu nieto, Ariel.
El padre de Alex, miro por un segundo a mi hijo y sonrío como si viera una de las 7 maravillas del mundo, también lloro y lo tomo en sus brazos.
- Pero si están parecido a ti.-Dijo abrazándolo. -Hijo tiene los ojos de la familia, sin duda es Ambroni.- Dijo con una sonrisa, la verdad me alegraba saber que uno de sus abuelos lo apreciaba. Luego me miro enojado. - Ada ¿Por qué no me dijiste que tenías un hijo? ¿Y lo más importante que era mi nieto?-Dijo en un tono molesto, era entendible.
- Señor cuando entre a trabajar a la empresa no sabía que usted era el padre de Alexander, ni mucho menos que él era mi jefe. Y en estos tres días sucedieron cosas que sinceramente no esperaba.-Murmure cansada, sentí la mirada de tres pares de ojos zulúes.-Fueron unos días complicados, no sabía que hacer la verdad.
- Esta bien Ada entiendo que esto debió ser algo estresante para ti. Pero ahora Ariel tiene que convivir con nuestra familia.-Dijo el serio, yo asentí. Luego miro serio a Alexander. – Pero muchacho, que el pequeño halla aparecido no quiere decir que tu no debas cumplir con tus obligaciones.
Alexander palideció por un instante. ¿De qué obligaciones hablaba?
- Padre de eso hablaremos más tarde.- Dijo con serio. Ambos hombres asintieron como si se comunicaran telepáticamente.
- Bueno hijo, yo me llevare a mi nieto a mi oficina para presumir lo por Skype
A tu tío Francisco. Claro si no te molesta Ada.-Dijo en forma amable Martin.
- No claro que no es ninguna molestia. Pero él come a la una de la tarde, si usted quiere…-No termine de explicar el horario de comida de Ariel, ya que Martin me interrumpió.