Capítulo 34
Ada
Me levante más temprano de lo que pensaba levantarme. Eran las siete y media de la mañana y yo acostada mirando el techo .Pensando en que hacer.
Ni una llamada de Carlos.
Sé que el seguramente ya se ha olvidado de nosotros .Con todas las cosas con las que me ayudaba me llevaba al trabajo, cuidaba de Ariel, se iba a la universidad y volvía lo cuidaba y se iba a trabajar. Y a l noche se desvelaba estudiando y hablando conmigo.
Ahora debe estar feliz sin cumplir tantas obligaciones, sin tener que preocuparse de mí y de Ariel.
No quería pensar que fuéramos una carga para él. Pero él o me escribió ni siquiera me llamo en estos días. Miro a mi lado y estaba Ariel durmiendo.
El mayor miedo que tengo es fallar le a mi hijo, tengo miedo de que pierda a su padrino y a su papa porque su madre se comporta como una pubertad de 15 años, que no sabe con cual chico quedarse.
Miro hacia un costado y pienso como era todo antes de estar con Alex.
Escondida entre mis libros y mis apuntes .Encerrada en la biblioteca para que el grupo de Camila no me molestara, hasta que un día Alexander irrumpió en mi vida. Para bien o para mal me cambio. Ya no me escondo de mis problemas, los afrontó sola conseguí un trabajo, acepte las decisión de mis padres al echarme de casa. Me puse a trabajar desde que salí de mi casa. Cuando tuve a Ariel no tarde ni una semana en volver a al trabajo (Las cuentas del hospital no se iban a pagar solas).
Si, al principio no sabía cómo cambiarle los pañales. Todo era tan difícil y complicado, las noches en que Ariel lloraba yo me acostaba en su cuna a llorar con él. Pensé que era mala madre que no sabía cómo cuidarlo. Pero mi abuela fue mi ángel guardián me ayudo tanto, creo que si no hubiera sido por ella no hubiera podido salir adelante. Ella me enseño a ser fuerte y creo que si sigo acá acostada compadeciendo me de mi misma no lograre nada.
Debo enfrentar mis problemas. El primero será llamar a mis padres, llevo dos años sin hablarles o verlos y el segundo problema es decidir con quién quiero estar. Aclarar mis sentimientos.
Pero primero lo primero. Agarro mi celular son las ocho en punto, algo temprano, busco su nombre en la lista de contactos. Tengo un nudo en la panza, tengo tantos nervios no se qu pueda pasar.
Respiro onda y suspiro.
Y marque su número. Sonó un bip y otro y otro. Hasta que el contestador dijo.
- Hola soy Mónica no te puedo atender estoy de vacaciones con mi marido. Te llamare cuando vuelva.
Era la voz de mi mama, seguramente no están en casa. No dejo ningún mensaje, llamare más tarde. Ruedo los ojos, ahora me toca tratar de resolver el otro problema.
Pero es tan difícil la verdad prefiero enfrentarme a mis padres, ante que a mis sentimientos.
Escucho un quejido al lado mío Ariel se estaba levantando .Sus ojos pasearon por toda la habitación hasta que me miro a mi.
- Hola amorcito.- Le dije dándole un beso en la frente.
Él sonrió y tomo un mechón de mi pelo y comenzó a jugar. Le doy un beso en la frente.
Dios, tengo que decidirme. No quiero seguir en esta duda, aparte no quiero que mi niño sufra.
***
Son diez menos cuarto, estaba lista al igual que Ariel. Le puse un jeans azul marino, una remera azul de algodón con el dibujo de un alce .Y un tapado marrón claro que hace juego con sus zapatillas. Se veía muy tierno, mi hijo sin duda es muy hermoso.
Yo estaba vestida muy parecida a él, con un jeans azul, una remera del mismo con el dibujo de unas manzanas rojas y tenía un tapado negro que hacían juego con mis zapatillas Nike.
Mientras Ariel jugaba en el suelo con sus peluches. Acomodo el bolso con las cosas de él. Más ropa por las dudas, galletas, mamadera, el termo con agua caliente, repelente aunque estamos a finales de julio y sigue haciendo frío nunca está de más llevar repelente. También guarde pañales y toallas húmedas. Me molesta ver a los niños sucios así que si Ariel come algo lo limpia al segundo, si soy muy obsesiva pero bueno.
Cuando termine de guardarlo todo busco mi celular que deje cargando toda la noche.
Ni una llamada de él. Solo un mensaje de Alex que estará aquí en unos minutos.
Me siento junto a Ariel.
Cuando la puerta suena voy rápido a abrir. Allí estaba el con un jeans azul marino y una remera blanca de mangas cortas su cabello negro peinado con ese flequillo de lado, tenía una campera de cuero bien bonita y sus ojos brillaban como dos zafiros.
-Hola.-Dice primero él, saludando me con un beso en la mejilla.
- Hola Alex.-Dije de forma amable.
El entro y alzó a Ariel quien se abrazaba y se daban besos. Me da mucha ternura como Alex trata Ariel con mucho cariño.
Tomo el bolso y me lo coloco en el hombro lista para salir. Miro a Alexander que se toma una selfie con Ariel ambos sonríen, sus ojos azules brillan de alegría. Sé que le hace bien a mi hijo estar con Alex. Al igual que me hace bien su compañía.
Los dos se voltean a verme contentos.
- Ven aquí, Ada una selfie en familia - Dice Alexander.
Me acerque a ellos y deje el bolso en el sillón. Abrace a Alex que sonreía a la cámara del celular.
Familia, si somos una familia Ariel es algo que nos une a los dos, es nuestro hijo somos padres. Eso nos hace una familia.
Los tres contentos sonriendo a la cámara, luego ponemos a Ariel al medio y ambos le damos un beso en la mejilla. En el aire había una sensación de calidez y de amor.
Luego de las selfie y de que me la pasara. Nos vamos al día de campo.
En el auto escuchamos canciones de todo tipo desde Ozuna hasta Luciano Pereira.
Alexander me sorprendió, porque había comprado una sillita para que Ariel fuera más seguro en el auto. Recordé que la que tenía estaba en el auto de Carlos fue un regalo suyo.