Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 36

Capítulo 36

Ada.

Un ruido molesto taladraba mis oídos, Dios que es eso. Abro los ojos con fatiga y veo como la alarma suena, agg levantarse temprano un domingo creo que es lo peor que me puede pasar. Eran las nueve de la mañana, Alex vendría a las doce a buscar a Ariel.

Me levanto con toda la pereza del mundo. Y bostezo.
Me miro al espejo que está al frente mío y la verdad parezco una bruja, con el maquillaje corrido y los pelos para cualquier lado.

Ariel dormía a mi lado abrazado a su osito. Le di un beso en la frente y me levante con dirección al baño.

Cuando escucho que golpean la puerta.

oggg quien mierda me viene a joder a esta hora un día domingo.

Me pongo un pantalón holgado negro y  me ato el desastre de mi pelo en un moño despeinado. Ni me preocupo por sacarme el maquillaje, la horrible persona que viene a tocar la puerta se merece verme con zombi.

Camino hasta la puerta y la abro. Quede de piedra al verlo parado allí parado, mi corazón empezó a latir tan fuerte que tenía miedo de que se me saliera del pecho.

¿Sera posible que mi corazón explote con solo verlo?

Es el con su cabello castaño, esos ojos cafés tan hermosos. Y sus hoyuelos esos perfectos pósitos a los costados de sus cachetes.
Tan bello es Carlos.

No resisto el impulso de saltar a sus brazos   y colgar me dé  el, como un koala  en su torso. Sus brazos rápidamente abrazan mi  espalda y me aprieta contra él.

Él estaba aquí, está aquí. No resisto más y agarro sus cachetes y junto mi boca con la suya. Como lo extrañaba, extrañaba esa sensación de amor que él me daba. Lo amo.

Un beso dulce y suave, pero que tenía mucho significado. Era una manera de mostrarle cuanto lo extrañe .Y mostrarle que no lo volveré a dejar.

Cuando nos separamos lo miro a los  ojos.

- Perdona me, por no haberte dicho que volvía a ver al papa de Ariel y que era mi jefe. Perdón por a ver dudado de mis sentimientos hacia vos.-Dije entre sollozo, él estaba en todo su derecho de rechazarme y de enojarse conmigo. Pero tenía la ilusión de que me perdonara.

Él sonríe  de una forma que me hizo pensar que yo era todo para él, me di cuenta de que me había perdonado.

- Te perdono Candy, sabes que sos mi todo. Estos días fueron una verdadera tortura sin estar con vos .Rompí celular para evitar llamarte. Yo si quería hacerlo pero sabía que  necesitabas tiempo.-Dice el apenado pasando se la mano por el pelo.

Lo vuelvo a besar esta vez con varios picos en la boca y alrededor de la misma.

El creo que se cansó de sostener me dé la cintura y se sentó en el sillón  conmigo arriba de sus piernas. Empecé a besarlo con más intensidad.

- Si en ese tiempo, pensé lo que tuvimos y lo que tenemos. Pensé en todo lo que pasamos y me di cuenta de que te amo sos mi felicidad. Si con Alex tuve una historia.-Dije mirando lo a los ojos.- Y gracias a él, tuve a Ariel. No te voy a decir que lo voy a dejar de ver por qué es mi jefe y el papa de mi hijo. Seremos  una familia con Alex, pero el único vínculo que nos une es el ser padre de Ariel. Voy a dejar que Ariel y Alex tengan una relación de padre e hijo. Pero eso no va a cambiar lo que siento por vos, me devolviste las alegrías y las sonrisas. Me devolviste las ganas de amar. El día en que me hablaste en la cafetería

Vi como los ojos de Carlos se llenaron de lágrimas, estaba a punto de llorar. Y yo llore con él. Ya las peleas y los malos entendidos se habían acabado, ya solo nos quedaba ser felices.

- Ada, desde que te conocí supe que serias lo más importante y cuando conocí a Ariel algo en mi me hizo clic. Me diste una familia, hiciste realidad un sueño que ni siquiera sabía que quería.-Dijo el sonriendo, beso mi frente y seco mis lágrimas con sus dedos.-Sé que Ariel deberá pasar tiempo con su padre biológico, pero no quiero  que piense que yo no soy importante o que no lo quiero. No seré su padre biológico, pero yo a él lo quiero como si fuera mi hijo.-Dijo Carlos con lágrimas.

 Este hombre me reconstruyo el corazón con sus palabras. Me hizo sentir la mujer más afortunada del mundo. Me gane la lotería con este chico.

- Te amo Carlos. Sos el papa de Ariel, me ayudaste a cuidarlo y hasta compramos una casa sin escaleras para evitarme tener accidentes.-Ambos reímos.-Lo único que quiero decir es que sos  lo mejor que nos pasó a mí y a Ariel.

Él me toma de las mejillas apretando mis cachetes  y me besa de vuelta. Dios como extrañé estos hermosos labios.

- Sabes estuve con un humor de perros toda la semana y ahora que te tengo acá, soy la persona más feliz del mundo .Estando contigo me olvide de todo. Te amo Ada y lo voy hacer toda mi vida. Te voy amar  toda  la vida.

Lo abrace por el cuello y llore escondida entre sus brazos.

- Te amo Carlos.

- Te amo Ada.

Nos fundimos en un nuevo beso.

Con toda la alegría y energía. Que tenía me había olvidado de que tengo la cara como un zombi y que mi aliento debe ser horrible.
Pero la manera en que Carlos me abraza y besa .Me doy cuenta de que a él no le importa y menos a mí.

Pongo mis manos en su cabeza y muerdo su labio, haciendo que él se ría. El dejo de lado mis labios y bajo hasta mi mentón dando besos suaves, llego a mi cuello en donde los besos eran tan ricos que me hacían  sentir cosquillas en mi interior. Puse mi mano es su cabeza y lo atraje a mí. Su cara bajo directamente hasta mi pecho, agradecí el  no tener sostén. Sus caricias eran mágicas.
Solté un leve gemido mientras sus manos  masajeaban mis pechos. No sé en qué momento le saque su buzo gris y su remera y lo deje desnudo de la cintura para arriba, el me quito mi piyama dejando me igual que él. Empecé a bajar mis manos hasta su cinturón, sabía lo que quería  y él quería lo mismo.




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