Mi jefe el padre de mi hijo[1]

Capítulo 46

Capítulo 46

Ada.

Mientras mi abuela cocinaba .Una gran cantidad de comida para todos los aquí presentes.

Yo mordida mis uñas, estoy nerviosa y asustada. ¿Y si lo lastima?
Alexander le daba todos los datos de Camila, al detective. Un sujeto de unos 40 años, anotaba todo con prisa, al parecer no era la única ansiosa.

- Y ustedes ¿Creen que se trate de esta chica?-Pregunta el detective.

- Si estamos seguros, mando una nota, la que le mostramos y  Camila es la única que le decía Babosa a Ada- Explico Alexander al detective. Mi mama puso una de sus manos sobre mi hombro tratando de calmarme.

- Bien tratare de seguirla .Y Fijarme con quien habla .Pero necesito que no se acerquen a ella. Puede ser que esté trabajando con alguien.-Dijo el detective.-Porque en la forma en la que entro  por la ventana y el modo en que secuestro al niño parece ser un trabajo de un profesional.-Nos explicó el detective.

Miro a Julieta quien me mira preocupada y me hace señas para que la siga, dejo a todos hablando con el detective y sigo a mi amiga hasta la pieza, en donde cierra la puerta para que nadie nos escuche..

- Amiga tengo varias cosas para decirte.-Dice ella asustando me.-Primero la rusa me cae como una patada al culo. Segundo  tu ex es un idiota y me gusta su boca es tan igual a Ariel. Y tercero yo no voy a quedarme de brazos cruzados .Esperando que el detective de cuarta encuentre a nuestro Ariel.

La miro con una pequeña sonrisa en los labios.

- Respondo a lo primero, no me cae tan bien la rusa .Alexander y Ariel  son muy parecidos. Tienes razón, no me puedo quedar acá mientras  alguien más busca a mi hijo. Y tengo muchas ganas de buscar a Camila y arrancarle todos los pelos de la cabeza.

Estaba enojada, ahora que se en donde vive .La iré a buscar y por la mirada en la cara de Julieta sé que ella también la quiere encontrar.

Tanto ella como yo .Queremos que Ariel vuelva a casa y no queremos seguir perdiendo el tiempo.

- Bien, luego de la comida nos vamos. - Dijo Julieta.

- ¿Y por qué no ahora?- Pregunte.

- Tu abuela está haciendo empanadas. Ni locas me las pierdo.-Dijo ella cruzando los brazos sobre su pecho. La miro totalmente indignada.

- Pero Ariel es más importante – Digo enojada.

- Esta bien vamos.-Dijo ella rodando los ojos.

Ambas salíamos de la pieza. Cuando nos tropezamos con Clarisa.

- ¡Ups!-Dije cuando la ayude a levantarse.

Ella nos miró con cara de pocos amigos. Al parecer la rusa tiene mal temperamento.

- No importa, estar bien.-Dice ella, pero su cara no dice lo mismo.- ¿Ada a donde está el baño?- Me pregunto.

- Al lado. – Respondí señalando la puerta del baño.

Ella camino meneando sus caderas.

- Dios como la odio por ser malditamente sexi. ¿Cómo alguien tiene ese cuerpo de forma natural?- Susurro Julieta.

- Juli ¿Qué cosas dices? –La regaño.

Me vuelvo a mi cuarto y me cambio. Casi me olvida que iba a salir en pijama. Me puse un jeans  azul, una remera negra y unas zapatillas Nike azules. Ate mi pelo en  una coleta alta. Y me puse un buzo de cuello largo  color Rosa bien abrigado.

- Wow Ada, parece que te fueras al polo norte.-Se me burla Julieta.

- Es que hace frio, no todas podemos andar de panti medias y pollera cuando hace 10 grados.-Dije rodando os ojos.

- Es un don y una maldición.- Me respondió aun riendo.

Busco una pequeña mochila. En donde guardo un buzo para Ariel y una manta polar. Igual guardo mi billetera por las dudas.

- ¿Lista?- Me pregunto Julieta.

- Si amiga, hay que encontrarlo.-Dije  colgando me la mochila al hombro. Mi corazón martillea en mi pecho y mis manos sudan.

Decidimos salir por la ventana de la pieza de Ariel. Para que nadie nos viera y nos detuviera.

Corremos lo más rápido posible hasta la calle principal y con el auto de Julieta manejamos hasta la casa de la zorra de Camila.

En el trayecto notamos que las casas por que las que vamos son más bien comunes y no tan lujosas como me hacía pensar que eran.

Nos detenemos frente a una casa de madera muy hogareña de color Amarillo. La casa de Camila estaba a dos casas más adelante, nos estacionamos  antes para que no sospeche  que la encontremos.

Caminamos hasta la casa de la zorra. Era una casa modesta de color blanco.

Pero acá me enfrento a un gran problema,  que tendría que a ver pensado mejor, lo que estoy haciendo. Que estúpida y si por mi culpa lastiman  a Ariel.

¿Por dónde empezamos? ¿Qué hago? No puedo entrar por la puerta así nomás. ¿Y si tiene más gente con ella? Estoy empezando a creer que fue una terrible idea irnos sin decirle a nadie.

Miro a Julieta que tiene las mismas dudas que yo.

- Yo dijo que entremos de frente mal a la casa y busquemos a Ariel.-Dijo Julieta de forma brava. Así es ella  impulsiva y valiente  y yo con piernas de gelatina tratando de pensar que hacer.

- Como me molesta que hables así.- Digo rodando los ojos.- Pero si  hagamos eso.- Le digo con seguridad, o espero a ver sonado así.

Estábamos frente a la puerta .¿Que hacemos ahora? Mientras yo meditaba como proceder, Julieta con una patada karateka  tira la puerta de un golpe.

- ¿Qué demonios Julieta?-Dije  riendo me.

-¿Qué? –Dice ella confundida por mi regaño.

Antes de poder decir le algo más, noto algo  muy raro. La casa está en completo silencio como si no hubiera nadie adentro. Las cortinas estaban cerradas, la casa tenía un aire tétrico.

- Te parece si yo busco arriba y tu acá abajo. -Me  dijo Julieta señalando la escalera.

- Esta bien-Le conteste .Aunque algo en mi cabeza gritaba “No se separen “.Pero era muy tarde Julieta ya había empezado a caminar hacia arriba.




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