Mi jefe, Mi dueño

Así también te ves hermosa

Nick llegó al bar. Como siempre había mujeres delgadas y con ropa provocativa. No estaba para eso. Se dirigió a la barra, se situó cerca de una mujer que tenía la cara recostada sobre la barra.

 —OIGA, no se me acerque —estaba demasiado borracha.

Cuando él la vio, se sorprendió, ¿qué hacía ella ahí?, además tan ebria.

 —No lo voy a hacer —la enfrentó.

 —EEEHH —se levantó de la silla.

No se podía mantener de pie, cuando iba a caer se agarró de la camisa de Nick. Lo miró a los ojos:

 —Idiota —y le pegó un puñetazo en el pecho, sin embargo, no tenía fuerzas.

 —Pago la cuenta de la señorita —se dirigió al barman.

La levantó en brazos y se dirigió al auto. Ella pataleaba, sin embargo, su fuerza había disminuido. Abrió la puerta y la acomodó en el asiento trasero.




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