Mi jefe, Mi dueño

Una relación un poco más especial

A la mañana siguiente:

Tenían que ir a trabajar. En el camino a la empresa, no articularon palabra alguna, no lo necesitaban, se sentían felices el uno al otro.

Al llegar, todos los miraron. Ninguno pareció sorprenderse de verlos llegar cogidos de las manos. De alguna manera, habían notado cierta cercanía entre ellos dos.

—Subamos por las escaleras —y lo miró.

 —Por primera vez usa el ascensor, no estás cansada — Natalie lo retó.

 — Eso mismo digo, vamos por las escaleras —mostró una sonrisa pícara —o vas a perder el poco trasero que tienes — y se mordió el labio inferior.

Natalie comenzó a subir las escaleras bajo la mirada de Nick y los demás, que no les habían quitado la mirada.

Llegaron al tercer piso. María, la secretaria, al ver que Natalie y Nick, llegaban por las escaleras, esbozó una sonrisa burlona. Saludaron a Maria y se dirigieron a la oficina.

Tenían trabajo que hacer, comenzaron a revisar los documentos. Parecían dos compañeros de trabajo solamente, sin embargo, ellos sabían que ese momento se convertía en un momento especial, por el simple hecho de que estaban juntos.




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