Mi jefe, Mi dueño

Contigo

Volvieron a su rutina, ir al trabajo, las reuniones, la relación de ambos ya era normal para los demás, ninguno los había visto besarse, preferían mantener la intimidad para ellos solos.

Pasaron tres meses.

Natalie quería ir a un parque, un poco alejado de su casa, así que convenció a Nick...

El parque era hermoso, había naturaleza por donde se caminara, los árboles eran grandes y se alcanzaba a divisar flores que los adornaban.

 —Ven, allí hay un lago, es hermoso —lo tomó de la mano y lo llevó hasta ese lugar.

El lago tenía un árbol al lado, por el cual pasaban algunos rayos del sol.

 — ¿Por qué querías venir aquí?

 —Es un lugar hermoso, no te parece.

 —Sí, lo es —hizo una pausa —Había algo que hace rato quería decirte, pero necesitaba el momento indicado.

 — ¿Qué pasó? —A Natalie le pareció extraño.

 —Te casarías conmigo —hubo un silencio entre ambos —Te aseguró que te haré feliz.

Las lágrimas bajaban por los ojos de Natalie, quien no sabía que decir, después de limpiarse las lágrimas varias veces y Nick quedarse estático, al fin respondió.

Lo miró a los ojos.

 —Sí —y se lanzó a abrazarlo —las lágrimas no paraban de salir, hasta que Nick la alejó un poco, la beso y se perdieron en ese exquisito beso.




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