Después de viajar un poco de tiempo. Llegaron a una cabaña, por los alrededores había flores de todos lo colores, al lado de la cabaña había un árbol de flores amarillas.
—No había visto esta cabaña, es muy bonita —dijo con una sonrisa.
—Hace poco la compré, es para nosotros dos.
Natalie se abalanzó sobre él dándole un fuerte abrazo, era el mejor día de su vida, con la persona de la que se había enamorado.
Nick también estaba feliz, le gustaba ver una sonrisa en Natalie.
Entraron en la cabaña, se sentía acogedora, la ubicación de los muebles la hacía ver amplia, entraron en una habitación allí había una cama matrimonial, Natalie se sentó a un lado, la cama no era ni muy suave ni muy dura.
Nick se acercó y colocó un beso en la frente de Natalie, ella en cambio, colocó sus brazos tras el cuello de Nick y le dió un beso tirándolo a la cama.
Natalie no podía esperar más, se subió sobre él, y se fue quitando el vestido bajo la atenta mirada de Nick. Bajo el vestido llevaba un babydool de color rojo, los ojos de Nick se encendieron en lujuria, la acercó y comenzó a besar sus pechos, esos que tanto le gustaba.
Natalie estaba dichosa, el día tomaba un rumbo cada vez mejor.
Nick se subió sobre Natalie y se empezó a quitar la ropa, Nick le empezó a chupar cerca de la oreja y Natalie sentía un cosquilleo por todo su cuerpo, cada vez anhelaba más tenerlo dentro de ella.
Cada que Nick la penetraba, salía un gemido de la boca de Natalie y Nick se excitaba aún más.
Cuando Nick llegó al orgasmo, comenzó a lamer y chupar el clítoris de Natalie, ella gemía y su cuerpo se contraía dándole una vista espectacular a Nick que aumentaba las cosas metiendo un dedo dentro de ella, Natalie se sentía sin fuerzas, pero su cuerpo se seguía contrayendo.
Natalie quedó exhausta, era el mejor oral que le había dado y fue en el día más especial, ella no podía de la felicidad.