Mi ladrona

Capítulo 4: Regreso a la manada

Ángel P.O.V

Lo único que siempre he querido en mi vida es encontrar a mi Mate, eso es lo que realmente me interesa, después de que mi padre, el Alfa de la manada, me abandonará cuando tenía quince años para criar a una humana, mi único objetivo es encontrar a mi compañera para poder dirigir mi manada.

Cuando mi padre se fue yo no fui capaz de hacerme cargo de la manada sólo, así que el Beta de mi padre se está haciendo cargo hasta que yo esté listo. Estudié más de lo normal, he hecho de todo para poder estar listo y dirigir mi manada; cuando cumplí los veinticinco años me sentía preparado para dirigirla, pero el Beta de mi padre me dijo que sería mejor que consiga primero un trabajo para poder ayudar a la manada y eso fue lo que hice.

Tuve la oportunidad de trabajar en Inglaterra en una empresa con mi Beta Marcos, aquí soy Vicepresidente y Marcos es mi secretario, ya llevamos casi diez años aquí, todas las semanas envío dinero a mi manada, pero ya estoy ansioso por volver.

—Oye Ángel, ya me voy, mi vuelo sale en unas horas y quiero estar temprano —Mi Beta entro a mi oficina para informarme que ya se va.

—Sí, está bien, cuídate Marcos —digo para pararme de mi silla y darle un abrazo amistoso.

—Recuerda que no puedes ir para allá hasta el miércoles —Ese día tenemos que ir a una reunión, pero él irá hoy para averiguar algunas cosas.

—Tranquilo, vete en paz.

Marcos se fue y yo mire el calendario en mi celular. El lunes habrá Luna Roja.

Tenemos que ir —Mi lobo John me estaba rogando para que vayamos devuelta a la manada-—Hay Luna Roja pronto y quiero a mi Mate, ahora mismo —John puede ser algo caprichoso.

—Cálmate John.

¿¡Cómo quieres que me calme Ángel?! Nuestra Mate está allá a fuera, esperándonos y nosotros aquí.

—John, estamos aquí para ganar dinero y enviarlo a la manada ¿Recuerdas? —Intento razonar con él.

Sí, recuerdo que dijiste eso ¡Hace más de veinte años!

—Fue hace como diez años —Es imposible razonar con él.

No importa eso ahora, lo importante es nuestra Mate, la manada necesita más a su Luna que el dinero.

—John cálmate por amor a la Diosa Luna.

La Diosa Luna lo que debería hacer es darnos una Mate, una a la que le gusten los niños, para tener muchos cachorritos.

—No voy a volver a hablar contigo de eso —Corte la comunicación con mi lobo, desde hace años me ha estado molestando para que deje de trabajar y busque a mi Mate.

Al terminar el día y llegar a mi apartamento me di cuenta de que estoy sólo, no hay nadie que me recibiera, siempre lo hace Marcos, pero....

Marcos conseguirá a su Mate y luego ¿Qué? Cuando lleguemos estaremos solos, justo como ahora, tenemos que encontrarla Ángel.

De mis labios sale un bufido molesto pues sé que tiene razón. Camine hasta mi computadora y busque los vuelos para volver a mi ciudad natal, ya era domingo y la Luna Roja es mañana, tenía que tomar un vuelo hoy en la noche.

¿Qué haces?

—Reservo un vuelo.

¿Para qué? —John a veces puede ser un poco lento

—Para tomarle fotos —respondí con sarcasmo.

¿Vamos a volver? Dime que sí, Ángel, para eso estás reservando el vuelo ¿Verdad?

—Sí, genio, para eso lo hago —Luego de un rato tengo todo listo—.Bien hay un vuelo disponible en cuatro horas.

Pues vámonos ¿Qué esperas?

—John no podemos ir —Recién me acuerdo de algo importante.

¿Y eso por qué?

—No podemos irnos así como si nada, tenemos trabajo ¿Recuerdas?

¿Y eso qué? Tienes como un mes acumulado de vacaciones, úsalos.

—Está bien.

Aparte el vuelo y salí del apartamento, salí sin maletas, eso era lo de menos, ya habían pasado diez minutos y aún no pasaba ningún taxi, de mi cuerpo empezó a salir vapor, sé lo que John quiere.

—John, no me voy a transformar —dije deteniendo el vapor que salía de mi cuerpo.

Hace mucho que no lo hacemos, además debemos llegar temprano, toma un riesgo por primera vez, hazme caso por primera vez.

—No lo haré, es muy arriesgado —Sentencie—; y además ahí viene un taxi.

[...]

Y aquí me encuentro, en mi ciudad natal, después de horas en el avión, al fin llegue, ahora me voy a dirigir a la manada antes de que caiga la noche, en una hora máximo comenzará a anochecer.

Llegué al espeso bosque que divide mi manada del territorio humano, a cinco kilómetros al sur se encuentra el territorio de mi manada y veinte kilómetros al norte, el territorio humano.

Vamos al norte —sugirió mi lobo, el vapor comenzó a emanar de mi cuerpo-

—¿Estás loco John? A esa dirección está el territorio de los humanos.

Lo sé, pero debemos ir para alla, tengo un buen presentimiento.

—Definitivamente estás loco.

Por favor, nunca hacemos lo que yo quiero hacer, sólo iremos, echamos un vistazo y volvemos, podemos hacerlo antes de que caiga la noche.

—Está bien, por esta vez haremos lo que tú quieras.

Inmediatamente termine de decirlo, mi cuerpo se comenzó a transformar, ahora John tenía el completo control. Comenzó a trotar en una velocidad normal y cada paso que dábamos se hacía más fuerte el olor a humano. Habíamos avanzado unos kilómetros y de repente John se detuvo.

—¿Qué pasa John?

¿No te da el olor?

En ese momento me dio el olor más dulce de todos, olía a fresas, pero era imposible, aquí no debe haber árboles de fresas. Aun así el olor era tan exquisito.

Mira es una chica —Mi lobo me sacó de mis pensamientos y me percaté de que efectivamente hay una chica, bueno una mujer joven— No desprende olor a lobo, ni humano.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.