Mi ladrona

Capítulo 9: Robo Fallido

Su aroma es muy fuerte lo que indica que está cerca, pero no sé cuál era su rostro y eso complica un poco las cosas.

—Alfa —La voz de mi Beta me hizo reaccionar— ¿Qué pasa?

Mire a mi Beta y después mire todo a mi alrededor intentando localizarla, hasta que vi a una persona que me es familiar, está dentro de un vehículo, en el asiento del conductor del otro lado de la calle, con la mitad de su brazo afuera; es la misma chica del bosque y es la misma que desprendía ese irresistible aroma fresas.

Sus ojos están fijos en mí y me gusta esa sensación, su mirada interrogante y a la vez amenazadora recorría mi cuerpo; no puedo evitar soltar un suspiro, mi lobo ruega por marcarla y ella lo sabe de alguna forma me miraba como si supiera la lucha interna que estoy teniendo ahora mismo.

Una sonrisa ladina se posó en su rostro y ve a las personas que vienen al frente de nosotros para atacarnos, luego me miró a mí y ladeó la cabeza, como si me preguntará qué es lo que voy a hacer. Volví mí vista en dirección a mi Beta y le dije con una sonrisa lobuna:

—Hay que lucirnos.

Layla P.O.V

Cuatro simples humanos contra dos hombres lobos.

¿Quién gana?

—Le dije que retirara a sus hombres, pero no me hizo caso y ahora los tiene en el hospital y casi al borde de la muerte —Una sonrisa orgullosa se posó en mis labios—. No puedes hacer nada porque las cámaras de seguridad grabaron todo y ahí se ve claramente como los otros dos hombres simplemente actuaron en defensa personal.

Hablas como si ya sabías lo que iba a pasar —En su voz se puede notar un atisbo de molestia.

—Un mago nunca revela sus secretos — Y con esas palabras colgué mi teléfono y arranque en dirección al bosque.

Ángel P.O.V

Luego de acabar con los cuatro hombres que venían atacarnos noté como ella habla por teléfono y luego el vehículo arranca y para entrar por un camino que, al parecer va en dirección al bosque.

—Marcos te encargas de la reunión como representante de la empresa —Le dejé mi teléfono y los objetos que llevaba, ni siquiera escuché su respuesta.

La seguí hasta que me adentre por completo en el bosque, el vehículo iba lo suficientemente rápido como para tener mucha ventaja, pero lo suficientemente despacio como para no perderla de vista, como si me estuviera invitando a seguirla.

—¿¡Qué estás esperando para ir tras ella!?

—Oh al fin apareciste —Me burlo de mi lobo, al tiempo que sentía como mis huesos se iban transformando y mi ropa quedaba hecha trizas en el suelo.

Sé que ella se dio cuenta de que me había transformado, noté como aumentó la velocidad y yo le caí atrás, fue fácil alcanzarla. Mi altura estando transformado me permitía correr a su lado y mirarla; íbamos a la misma altura, ella aceleró y yo igual, sin previo aviso freno su vehículo en una esquina y bajó de él.

Me acerque a ella hipnotizado, y ella me mira asombrada por mi tamaño, los latidos desenfrenados de su corazón, podía escucharlos claramente al igual que puedo oler su nerviosismo, pero también me percaté la decisión su mirada.

Levanta su mano derecha y la inclina con cautela en mi dirección, di otro paso hacia ella y con los ojos le permití tocarme, sus dedos se enterraron en el pelaje oscuro de mi cabeza y al instante corrientes eléctricas recorrieron todo mi cuerpo y un gruñido se escapó de lo más profundo de mi garganta, sé que ella está sintiendo lo mismo.

Acaricia mi pelaje con suavidad y yo disfruto de esa sensación, su mano se mueve y comienza a rascarme detrás de la oreja, cierro los ojos y... ¡Oh! Por la Diosa Luna, me encanta que me rasquen ahí, creo que es por ser mitad lobo. Me senté en el suelo y pude escuchar su risita al ver cómo se movía mi rabo.

—¿John puedes calmarte? Esto es humillante —Ruego a mi lobo, pero él no me está escuchando.

Su mano se detuvo y mis ojos se abrieron, la observe mirar por donde habíamos venido y su voz meliflua resonó en mis oídos.

—Aquí no es seguro —Su mirada se dirigió al resto del bosque— ¿Crees ser capaz de seguir mi ritmo? —Su voz sonó retadora y coqueta, gruñí en respuesta.

Creí que se iba a subir al vehículo de nuevo, pero no, comenzó a trotar en dirección al bosque, por un lugar donde no había camino para vehículos ladeé mi cabeza, así será más fácil seguirla. La alcancé en pocos pasos, mientras ella trotaba yo sólo caminaba rápido, hasta que empezó a aumentar la velocidad y yo también, comenzó a correr realmente rápido, pero soy un hombre lobo puedo correr más rápido que ella, iba a su ritmo sin ninguna dificultad, esquivando los árboles al igual que ella, para hacer una humana es bastante rápida.

Esta parte del bosque me es familiar, sin embargo no recuerdo de donde, esta parte la tengo registrada en lo más profundo de mis recuerdos, tal vez cuando era un niño y corría en la espalda de mi padre debido a que aún no me había transformado, escuché agua caer y me detuve, ella lo hizo igual.

—¿Quieres ir al agua? —pregunta, me coloque al frente de ella de tal forma que se pueda subir en mi espalda y ella entendió lo que le quise decir.

Guiado por mis instintos comencé a correr en dirección al sonido del agua, corro realmente rápido y ella se aferra a mí, mi lobo gruñe por excitación y rogué a la Diosa Luna que ella no se haya dado cuenta.

Layla P.O.V

Me di cuenta de cómo su lobo gruñó por excitación, es algo inevitable para ellos, en realidad estoy sorprendida del autocontrol que tiene, según el libro que leí desde que los hombres lobos encuentran a sus Mate quieren marcarle y hacerla suya, muchas veces no tardan ni veinticuatro horas, pero supongo que tomando en cuenta los acontecimientos anteriores tal vez esté un poco resentido porque le robe la billetera.

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