Mi ladrona

Capítulo 24: Alexis (Parte 1)

Comencé a correr como si me persiguieran, aunque en realidad no lo estaban haciendo.

Al final me decidí por la derecha ya que por ahí venia el aire, y comencé a correr cuando vi luz, era poca, pero suficiente para mantenerme esperanzada. Mis manos se estrellan contra una superficie de madera, de ahí viene la luz, viene de los bordes, lo que me hace pensar que es una puerta.

—Por favor no te mueras —Suplico a mi teléfono, pero es en vano.

Con el último rastro de luz de mi teléfono busco una cerradura y la encuentro en una esquina, pero está trancada; mi celular murió y lo deje en piso para que no se vaya a caer con mis próximos movimientos. Intento empuja con mi hombro la puerta y esta empezó a ceder, golpeo intercalando mi hombro izquierdo con el derecho, pero aún sigue sin abrirse. Recuerdo las palabras de mi padre.

«Controla tu respiración, brazos a la altura del pecho, levanta tu rodilla, gira la cadera y extiende la pierna con fuerza.»

La planta de mi pie derecho impacta con rudeza la superficie de madera, un ruido se hace presente cuando veo como la puerta cae. Temo que hay alguien cerca y que me encierren otra vez, así que tomo mi teléfono y me dispongo a irme; antes de caminar hacia el único sendero disponible veo como las bisagras de la puerta estan rotas, yo no pude haberlas roto, no sin la fuerza de Riana, lo que significa que alguien las aflojó para que yo pueda salir.

—Christopher —musito esperando que fuera él quien lo hizo.

Solo hay una opción: ir hacia adelante y eso fue lo que hice. Camino por un pasillo poco iluminado, fui a la derecha, luego a la izquierda y di unas vueltas más, extrañamente reconocía estos pasillos, me parecían familiares.

—Joder, pero si esta es la casa de Ángel. Tiene una casa enorme.

Y no hay duda de ello, reconozco este pasillo, creo que si giro a la izquierda... ¡Sí! Este es el pasillo para ir a la habitación de Ángel. Camino con cautela, pero al parecer no hay nadie, llegue a la puerta de la habitación y no tengo la más remota idea de que hacer.

¿Entro?
¿Voy directamente a la oficina de Chris?
¿Y si esta con Natalia?

Toda mi valentía se esfuma y me invade la inseguridad. Pienso en tocar, pero... no lo sé ¿Tengo el derecho para entrar? Ángel me rechazo, yo ya no pertenezco aquí. Su actitud hacia mí la última vez que nos vimos fue muy dolorosa y si lo vuelvo a ver ahora no podré soportarlo sin Riana.

¿Qué se supone que debo hacer?

[...]

Me encuentro frente a otra puerta, una que no dudo en abrir, me adentro en la oficina de Christopher observando que todo está igual que la última vez.

Luego de que no entrar en la habitación de mi ex Mate, pase por la cocina y una vez más verifique que no hay nadie en esta casa, es como si todos se esfumaran, aproveche que estaba en la cocina y me lave las manos, limpiando la sangre que ya se había secado de mis nudillos, volvieron a sangrar solo que con menos intensidad, si Riana estuviera conmigo ya se habrían cerrado.

Aprovechando que estaba en la cocina comí algo, encontré algunas frutas que se fueron de inmediato a mi boca, como esta manzana que me estoy comiendo en la oficina de Chris. No puedo perder más tiempo, la nota me decía que debía hacerlo rápido.

—¿Y qué diablos se supone que haré aquí? —Me cuestiono al no saber qué hacer, si Riana estuviera aquí al menos me diría su opinión— Riana ¿Me oyes? —Suspiro, aún sin respuesta.

Me acerque al escritorio y a diferencia de la última vez solo hay un papel, como curiosa que soy, lo leí.

Layla, tienes que buscar a Alexis, solo él te puede ayudar a detener lo que Natalia está haciendo. En la pared lo encontraras.
Christopher.

Vine buscando respuestas y tengo más preguntas.

¿Quién carajos es Alexis?
¿Por qué rayos lo necesito?
¿Qué quiere decir que lo encontraré en la pared? ¿Acaso no es una persona, será un arma?
¿Qué tiene que ver Natalia en todo esto? Hasta donde sé, ella solo es una perra que robo a mi Mate, aunque se haya dejado robar.
¿Qué tiene que ver conmigo?
¿A caso también tiene que ver con mis padres y los experimentos que hacían?

Estoy muy confundida y también... sola.

Una vez más esa brisa choca con mi pelo, esta oficina es cerrada, no tiene ventanas ni conductos de aire y yo cerré la puerta cuando entre. La brisa venía de... ¿La pared? ¿Alexis es aire?

Me acerco a la pared, esta no tiene ninguna decoración, solo parecen muchas piedras acopladas una sobre la otra, interesante. Pongo la mano sobre una de ellas y la empujo levemente, no se mueve, así que con mis dos palmas empujo la pared con fuerza, al darme cuenta de se estaba derrumbando, empuje aún más y luego me aleje.

Las rocas caen al piso rompiéndolo levemente y casi me caen encima de no ser porque me aleje. Un viento proveniente de la abertura que hice, logró hacer que mis bellos se ericen, trago en seco al darme cuenta de que tenía que ir para allá.

Pero ni loca entró con esta vestimenta. Salgo de la oficina y camino decidida a la habitación de Ángel, si esta con Natalia tendrá que irse porque tengo que bañarme y ponerme ropa adecuada. Aunque diga esto, tengo miedo de encontrármelo, aún no superó lo que me hizo.

Antes pensarlo abro la puerta perteneciente a la habitación de mi ex Mate, sé que si lo pienso me iba a retractar. Me sorprendo al ver que estaba vacía, miro al piso y veo las líneas incongruentes que hicieron mis garras, tengo que investigar sobre eso también.

—¿Ángel? —Mi voz salió temblorosa, carraspee para darle potencia— ¿Ángel? —Casi como un grito salió esta vez, pero no hubo respuestas, no sé si alegrarme o no.

Bien... lo que sea que voy a hacer, tengo que hacerlo rápido.

[...]

Me encuentro otra vez en la oficina de Christopher, con ropa mía que alguien trajo de mi casa. Luego de bañarme y quitar la suciedad de mi cuerpo y cabello, me percate de la ropa familiar que había en la cama.




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