Mi ladrona

Capítulo 29: Al fin, todo queda aclarado

Me siento intranquilo, siento que algo anda mal, siempre tengo esa sensación cuando dejo a Lala con sus padres en su laboratorio subterráneo, pero esta noche de luna llena me siento especialmente inquieto, miro a la luna con mis bolsas en la mano.

—¿Por qué me siento así Diosa Luna? —pregunte a mi deidad— ¿Algo anda mal? —Sentí los rayos de la luna bajar de intensidad y fruncí mi ceño, acelere mi paso y aún a distancia de la casa pude olerlo.

Es humo —Aseguro mi lobo, corrí a la casa y en menos de segundos estaba en dirección al laboratorio.

Me transforme antes de llegar y el fuego me dio la bienvenida, corrí sin importarme como las llamas quemaban mi pelaje, solo me importaba Layla y sé que ella está adentro. El fuego bajo de intensidad y vi a varios conocidos encerrados en sus jaulas, todos ellos eran parte de los experimentos de los Smith, rompí las cerraduras para que pudieran salir.

—¡¡Fuera!! —grite en un gruñido y los vi entrar en las llamas para poder salir del laboratorio, escuche un chillido a la distancia— ¡¡LAYLA!!

Corrí en dirección al grito de ayuda y al llegar la imagen que me recibió me dejo paralizado. Layla rodeada de unas mujeres, por su olor sé que son brujas, Layla está gruñendo y lanzando zarpazos a todas las que se acerquen demasiado. Tiene las garras y colmillos afuera, estoy sorprendido, ni ha cumplido el año de edad, ella no debería poder transformarse.

Deje de pensar tanto y corrí en dirección a uno de los enemigos empujándola contra la pared, las demás brujas no me esperaban. Me acerque sin dudarlo a Layla para comprobar que este bien, ella sin decir palabra alguna se aferró a una de mis patas delanteras, podía sentirla temblando, está aterrada.

—Lala, tranquila, ya estoy aquí —Le dije por nuestra conexión mientras lamia su rostro.

Mi único objetivo es sacarla con vida de aquí, Layla subió a mi espalda, ahí está más segura, me puse en pose de ataque para defender a mi vida, gruñía seguido para alejarlas, ya que me estaban comenzando a acorralar.

Cuando de repente, escucho aullidos y yo respondo al aullido, es Christopher y Miguel, los tres nos ponemos a luchar contra las diez brujas, uno de sus olores se me hacen familiar y ya recordé el porqué, es Karina, bueno... Natalia. Siento a Layla gruñir y estar a punto de lanzarse a ella cuando la detengo.

—Fue ella —musito con rabia.

—¿Qué fue lo que paso Lala? —pregunté sin dejar de moverme y fijando mi vista en mi ex Mate.

—Ella mato a mis padres —Me detuve y busque con la mirada los cuerpos de los científicos, los encontré entre unos escombros.

—Yo me encargaré Lala —dije sintiendo la rabia recorrer mi cuerpo.

—Vaya, vaya, pero si es el pequeño Alexis —Su voz no ha cambiado nada, solo que ahora está impregnada con sentimientos negativos, le lance una mordida de advertencia, para que no se acercara—. Entrégame a ese engendro, Alexis.

—Eso ni lo sueñes, no te la voy a entregar —dije en un gruñido y lance otra mordida, vi como retrocedió.

—No te entendí nada, pero voy a suponer que no quieres entregármela —Asentí dándole la razón.

Vi cómo se desapareció de mi vista y advertí a Lala, para que tenga todos los sentidos abiertos. Sentí como Layla me apretó el pelaje y lance una mordida arriba de mí, atrape el brazo de Natalia entre mis dientes y colmillos.

Le mire a los ojos, viendo como habían cambiado y ella vio los míos notando también su cambio, ya no quedaba nada de mis orbes verdes, ahora estando transformado tengo unos ojos negros por completo siendo únicamente rojos en mis filosas pupilas, haciendo contraste con mi pelaje gris y blanco, que ahora está chamuscado por las llamas.

Me sentí mareado y ella aprovecho para cortarme en una de las patas delanteras, plañí de dolor y me aleje, agite mi cabeza y pude ver como las paredes estaban por colapsar. Vi como Natalia volvía a arremeter contra mí, me prepare sintiendo la sangre bajar por mi pata.

Tenemos que sacarla de aquí —dijo mi lobo y yo asentí.

Cuando Natalia se acercó lo suficiente agarre el mismo brazo y la lance contra una pared, sin darle tiempo a que se recuperara, dirigí mí vista a los otros dos lobos transformados que estaban luchando contra las brujas.

—¡Miguel! —Le llame y el Alfa de la llamada atendió mi llamado con rapidez— Hay que salir de aquí.

—¡Corran! Yo los alcanzo —Escuchamos decir a Christopher.

Ambos corrimos para salir de allí, mis patas estaban heridas y me dolían al correr, pero no iba a detenerme, antes de alejarnos escuché la voz de Natalia.

—¡ALEXIS! —Cuando salimos me detuve.

—¿Y Christopher? —pregunte a Miguel.

—Creí que venía detrás de nosotros —Apreté la mandíbula dispuesto a entrar otra vez, pero me recordé que tenía a Layla en mi espalda.

—Lala, tienes que bajar e irte con el tío Miguel —Le dije, pero ella no quería.

—No te quiero dejar solo —Fue su respuesta.

—Vamos nena, tienes que irte con el tío Miguel —Con dificultad Layla se pasó a la espalda de Miguel.

—Te esperamos aquí —dijo Miguel, pero yo negué con la cabeza.

—No, tienen que irse, Natalia va detrás de Layla y no se va a detener —Le dije a Miguel, mire a Layla quien está sucia de humo y sangre.

—¿Tú también me dejaras sola? —pregunto mi Lala, me acerque más a ella y le limpie el rostro con mi lengua.

—Yo siempre estaré contigo bonita, siempre, y nos volvemos a encontrar, pero ahora tienes que irte con Miguel ¿Entiendes? —La vi asentir lentamente y agarrarse con fuerza a la espalda de Miguel.

Se empezaron a alejar y cuando casi los perdí de vista, aullé, aullé por Layla, porque estaba seguro que no la vería en mucho tiempo. Con decisión entre una vez más al incendio, ya se estaba controlando, pero varias estructuras se caían detrás de mí. Al llegar vi a Christopher rodeado de las brujas que habían sobrevivido.




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