Mi ladrona

Capítulo 32: A casa

Alexis P.O.V

Culmino besando su nariz.

—¿Me puedo quedar? —pregunto arreglando un mechón de pelo tras su oreja.

—¿A dormir? —Ladea su cabeza haciendo la pregunta, tiene una bella sonrisa en el rostro— Yo no tengo problemas con eso —Se encoge de los hombros en un acto desinteresado.

La sujeto con más fuerza y me tire en la cama arrastrándola conmigo. Nuestras risas se mezclan mientras nos acomodamos en la cama. Nunca pensé que se convertiría en una mujer como la tengo al frente de mí; antes era tan pequeña y frágil, pero a la vez independiente y astuta, ha pasado por tanto y yo no pude protegerla, no estuve en su primer día a clases, ni en los momentos importantes de su vida.

—¿Qué pasa? —Sus ojos me muestran tanta curiosidad como cuando era una niña que dependía de mí.

—Perdóname —Fue lo único que pude pronunciar fijando mis ojos en los suyos.

—¿Por qué? —Su ceño se frunció y yo sonreí con tristeza.

—Por no estar contigo, por no cuidarte, por todo —La estreche contra mi pecho y ella se acurruco en mí.

—Está bien, te perdono —Mi lobo sonrió satisfecho y también se acomodó en mi interior—. Oye ¿Y ahora qué? —Lo pensé por unos segundos.

—Ahora vas a dormir —Bese su pelo— y mañana nos iremos de aquí, iremos a tu casa y mandaremos al diablo a todos los demás, a Ángel, Natalia y a todos —Le apreté un poco más contra mí.

—Me parece bien, pero —Me aleje un poco para verle— quiero hacer pagar a Natalia por todo lo que me ha hecho.

—Quieres venganza —Afirme.

—No, quiero arrancarle la garganta y hacerle lo mismo que le hizo a mis padres —Sonreí y asentí con la cabeza.

—Me parece bien, nos iremos mañana temprano, solo tengo una duda ¿Cómo la vas matar?

—Yo me encargare, tengo todo planeado —Alce una ceja.

—Mentir no es bueno, pero está bien, mañana nos encargaremos.

Espere a que estuviera dormida para poder dormirme.

No la perderemos de nuevo —Aseguro mi lobo antes de que ambos caigamos en el mundo de los sueños.

[...]

Layla P.OV

—Esto es imposible —digo. Ya era de día y estábamos por irnos de aquí, cuando al salir de la casa, nos dimos cuenta de que todo estaba desolado, no solo la casa estaba vacía, no había nadie en toda la manada.

—¿Dónde están todos? —Ambos nos encontramos impresionados, no hay ni un alma en todo el lugar, las casas están abiertas de par en par, pero nadie las cuidaba. Veo la mandíbula de Alexis apretarse.

—¿Qué pasa? —pregunte, paso sus manos por su rostro y su pelo en, lo que supongo, un acto de frustración.

—¿Hay otro pueblo cerca? —Comencé a sentir sus emociones, preocupación y un poco de miedo.

—Sí, a unos veinticinco o treinta kilómetros —Lo escuche suspirar.

—Es muy probable que Natalia haya hechizado a toda la manada y si lo hizo su próximo objetivo es el pueblo que queda cerca.

Esa maldita perra, no se pudo conformar con todo lo que nos hizo —Mi loba está furiosa y yo comparto sus sentimientos.

—Ven acá —Me acerque más a Alexis y el tomo mis manos—. Estoy seguro que quieres matarla y yo también quiero hacerlo, pero para eso tienes que controlar tus poderes —Yo solo asiento con la cabeza y mi loba presta atención—. Tienes algo particular que ningún otro licántropo tiene, puedes transformarte parcialmente.

—¿Cómo así? —No pude evitar preguntar.

—Puedes sacar tus garras y colmillos sin tener que transformarte completamente, eso te da ventaja y agilidad, pues todos tus sentidos serán como si estuvieras transformada cuando en realidad no estés.

—Entiendo.

—Bien, ahora tienes que tomar una decisión Lala —Le mire—, podemos irnos de aquí, a otro país o continente, ellos piensan que estamos muertos, así que no nos buscaran, estaremos solos tu y yo.

Esa es una buena opción, Ángel que se vaya al diablo y nos quedamos con este bombón —Me dijo Riana.

—O si quieres podemos ir y tomar venganza de Natalia, liberar a toda la manada y bla bla bla —Me miraba fijo a los ojos—. Lo que tú decidas está bien para mí.

—Yo... no lo sé —Confieso sinceramente.

—Ok, no tienes que decidir ahora, por mientras vamos a la casa donde te criaste con Miguel ¿Vale? —Asentí con la cabeza.

Cuando estoy con Alexis no tengo la necesidad de estar siempre a la defensiva, puedo estar tranquila. Caminamos hasta la salida de la manada y me arregle la mochila que traía en mi espalda ¿No creerán que nos fuimos sin llevarnos comida, verdad?

—Como yo no me sé el camino, tendrás que guiarme —Le escucho decir mientras se quitaba los zapatos que le había tomado a Ángel.

—Ok, pero ¿Qué haces?

—¿Cómo crees que llegaremos? —Me quede pensando unos segundos.

Le vi sonreír para luego ver como se transformaba, se transformó en segundos y pude observar a un lobo gris, su pelaje cambiaba de matices alrededor de todo su cuerpo siendo de diferentes tonalidades de gris y blanco y negro. En sus ojos ya no queda una pizca de blanco, son completamente negros pero manteniendo sus filosas pupilas rojas del mismo color que los de mi loba. Se coloca al lado mío y puedo notar que es más grande que Ángel.

Pase mi mano por su pelaje, comprobando que de verdad tenia a este ser majestuoso al frente de mí, algunas cicatrices se notaban aun con el pelaje, pero no dejaba de verse increíble. Alexis o bueno.... su lobo, se acostó en el piso para que yo pudiera subir, no dude en montarme en él. Cuando se paró me sorprendí de lo alto que estaba.

Sostente —Escuche una voz familiar en mi mente—, soy Ismael, el lobo de Alexis, te he extrañado Layla —Sonreí y acate su orden.

—Hola, Ismael, yo también los extrañe.

Me sujete de su pelaje e Ismael comenzó a correr, y debo admitir que nunca había estado a esta velocidad y aun así sentirme segura. Le indicaba el camino a la casa donde me crie y al llegar quede sorprendida. La casa estaba abierta, y olores de lobos y humanos se mezclaban, algunos familiares y otros no tanto.




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