Mi ladrona

Capítulo 34: La boda (Parte 1)

—Seguro estás cansado, ve a arriba y duerme —Le sugiero a Antoni, el chico solo asintió y luego de dar las gracias subió a por las escaleras.

—¿Y bien Lala, qué haremos? —pregunta Alexis y yo no supe que responderle.

—No lo sé —Admito sinceramente. Me senté en el sillón y suspire tomándome la cabeza con las manos.

—No podemos dejar que se casen —dijo mi loba con tono lastimero e indeciso.

—Riana tiene razón —Comento Alexis, no me sorprendió el hecho de que puede escuchar a mi loba—. Si ellos se casan y Natalia se vuelve Luna, no habrá vuelta atrás, no solo esta manada y el pueblo de los humanos corren peligro, me atrevería a decir que miles de seres tanto mágicos como no mágicos corren peligro.

—Pero no tengo el derecho de impedir esa boda —Mire a Alexis—, Ángel la eligió a ella, la eligió como su Mate, como la Luna de su manada y yo...

—Tu eres la legitima dueña de ese puesto, fuiste criada por el Alfa de esa manada, tus padres biológicos eran los mejores científicos, sin contar que tu padre biológico era el tercero al mando de esa manada, tienes la aprobación del actual Alfa, tu Mate es el futuro Alfa y no mencionemos tus poderes que son únicos, tu eres la única capaz de impedir esa boda.

Hay que partirles la madre a esos malditos —El comentario de Riana me hizo sonreír.

—Alexis hay una boda que impedir.

[...]

—Este es el mapa del pueblo y aquí están los planos de cada edificio.

De mi habitación traje todo lo que necesitábamos para poder ubicarnos bien, Antoni estaba con nosotros señalándonos donde estaba cada guardia y cuáles son los puntos ciegos. Solo somos tres personas y si queremos que funcione no pueden haber errores.

—Sigo preguntándome como y porque tienes todo esto —Alexis me mira con desconfianza fingida y yo me encogí de hombros.

—Soy una ladrona Alexis, la mejor en realidad, por ende conozco el pueblo al derecho y al revés —expliqué brevemente buscando comida.

—Yo tengo una duda —Expresó el menor de todos.

—¿Qué pasa Antoni? —preguntó Alexis quien se había vuelto en buen amigo de Antoni en las últimas horas.

—¿Cómo hiciste para sacarme del hechizo de Natalia? —Ambos hombres me miraron esperando una respuesta.

—No sé, yo solo te mire a los ojos —Repase lo sucedido en mi mente sin darle mucha importante.

—¿Sabes lo que eso significa Lala?

—Que tienes la cura para el hechizo de Natalia —respondió Antoni por mí.

—¿Y voy a estar mirando a todos los que estén en el hechizo?

—No creo que sea necesario —Alexis camino hacia a mí y me miro a los ojos—, déjame ver los ojos de Riana —Hice lo que me pidió—, mmm quizás —Murmuro.

—¿Qué? ¿Qué tiene? —pregunto Antoni acercándose a nosotros.

—¿Ya te comunicaste con tu lobo? —preguntó esta vez Alexis.

—No —Confeso Antoni, se le notaba la tristeza.

Alexis asintió y comenzó a buscar algo en la cocina, donde estamos todos; mire a la ventana y mi estómago gruño, tengo hambre, creo que ya es medio día, mi loba y yo estamos de acuerdo en buscar algo para comer.

—¿Confías en mi verdad? —Cuando fije mí vista en Alexis tenía un cuchillo en la mano.

—¿Qué vas a hacer? —pregunte alarmada cuando vi como el tomo mi mano derecha y en la otra tenía el cuchillo.

—Un experimento —respondió simple—, Antoni acércate —El menor se acercó con cautela.

Chille de dolor cuando el metal frio del cuchillo traspaso la piel de mi dedo, la sangre comenzó a fluir, pero lo que más me impacto no fue que Alexis me cortara, fue lo que dijo.

—Tómatela Antoni.

—¡¿Qué?! No voy a hacer eso, no soy un vampiro —Antoni negó rápidamente y yo intente zafarme del agarre de Alexis.

—Hazlo —Demandó Alexis.

—Alexis ¿Qué diablos te pasa? —pregunté histérica a punto de usar la violencia.

Vi como Antoni me dio una mirada de disculpa y acercó sus labios a mi herida abierta, chupo la sangre por unos instantes y luego se la trago. Saque mi mano de su boca completamente asqueada y mirando con furia a ambos licántropos, mi herida comenzó a cerrarse.

—Antes de que arremetas contra mí, puedo explicarlo —dijo de forma calmada.

—Layla, lo siento —Se disculpó Antoni.

—Está bien Antoni, no es a ti a quien quiero golpear —Fije mi vista en Alexis.

—Te dije que lo puedo explicar.

—Pues explícalo —Suspire y me calme un poco— ¿Por qué hiciste eso? ¿No se supone que no puedes lastimarme?

—No, no puedo lastimarte y no lo hice, esa cortadura no puede hacerte daño. El punto es que me surgió una idea y la ejecute.

—Explícate —Exijo.

—Tus padres experimentaron contigo desde antes de nacer y durante toda tu vida tomaste pastillas para eliminar tu parte licántropo, sin embargo eso no funciono, creo que la razón es que te volviste inmune a las pastillas —Alexis dejo el cuchillo en la mesa—, lo que hace Natalia es similar a lo que hacen las pastillas por ende pensé que tu sangre podría tener el antídoto para el hechizo.

—Pero Christopher me dijo que yo tengo la cura contra la licantropía —dije recordando nuestra conversación.

—Eso es imposible, no existe esa cura, la Diosa Luna nunca permitiría que existiese algo para que dejemos de ser licántropos; quizás existan fármacos para dormir a tu parte lobo, pero es imposible eliminarla por completo, incluso Natalia, ella tiene su parte lobo solo que está dormida.

—¿Entonces me cortaste e hiciste que Antoni bebiera mi sangre solo para confirmar tu teoría? —pregunté aún indignada.

—Fue lo que se me ocurrió —Me acerque a donde Alexis y le di un golpe en la cabeza.

—¡Pudiste preguntar!

—Lo siento, Lala —Se disculpó y bien que debía disculparse.

—¿Oye y Antoni? —pregunté al darme cuenta de que hace minutos que no había hablado, de hecho se me olvido que estaba con nosotros.




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