Mi ladrona

Capítulo extra (Parte 2)

Todos los licántropos mayores de edad que no habían encontrado a su Mate se reunieron en el salón principal de la manada, pues la Alfa debe dar un discurso para que se dé inicio a la Luna Roja. La Alfa, nuestra querida Layla... ella esta... cagada de nervios.

—Buenas noches —Saludo la Alfa a algunos al entrar al salón.

—Oh, hola, Alfa —Los licántropos respondieron al saludo de forma amistosa, pues realmente se llevaban bien con Layla.

—¿Cómo se encuentra esta noche, Alfa Layla? —pregunta uno de los jóvenes contemporáneos en edad a la susodicha.

—Sinceramente, Lucas, estoy muy nerviosa —confesó a aquel castaño de ojos azules al que se había vuelto cercana.

—Usted es una excelente Alfa, estoy seguro de que le ira bien, tanto en el discurso como encontrar a su Mate —El oji-azul le sonrió.

—Lucas, ya te he dicho que puedes tutearme, no tengo problemas con eso —Layla empujo amistosamente el hombro del castaño, quien se sonrojo levemente por ese acto.

—Pero usted es la Alfa, tenemos que respetarla —aseguró inclinando un poco la cabeza en señal de sumisión.

—Ya te he dicho que no me molesta, si de ahí para adelante no quieres hacerlo, es tu problema, Lucas —La Alfa se encogió los hombros—. Ya debo ir ¡Deséame suerte, Lucas!

—¡No la necesitas, Layla! —El castaño vio cómo su Alfa se perdía entre la multitud para subir al escenario.

—¿Acabas de tutearle a la Alfa? —La voz irreconocible de su hermano mellizo proveniente de atrás le erizo la piel.

—¡Por la Diosa! Loki, no me asustes así —Su madre es fanática de la mitología nórdica, así que decidió ponerle así a uno de sus hijos.

—¿También le llamaste por su nombre? —Su otra pregunta retórica hizo que su mellizo rodara los ojos.

—Sí, lo hice, fue de forma inconsciente —Se excusó el castaño, que a diferencia de su hermano, tiene los ojos más claros.

—Me pregunto que pensara Alexis sobre tu atrevimiento —Comento caturronamente el mayor de los mellizos y el de ojos más oscuros.

—Cállate, Loki —El menor empujo a su hermano y este se rio.

—Oh mira, tu crush ya va a dar el discurso —dijo burlonamente.

—Ella no es mi crush.

—Hermano, ambos sabemos que te gustaría ser su Mate.

—¿A quién no? —Su pregunta hizo que Loki ría.

Los hermanos siguieron su conversación, mientras que Layla se preparaba mentalmente para dar el dichoso discurso, esta que tiembla, su loba por otro lado se encontraba de lo más tranquila, claro, como no es ella la que tiene que hablar...

—Tranquila, Layla, todo saldrá bien —Aseguro.

—Claro, no eres tú la que va a dar la cara —Bufo.-

—¿Esta esta Alfa? —pregunto una joven.

—Eso creo —Confeso sonriéndole a la chica.

Layla subió al escenario y todos los espectadores giraron a verla, era muchos, todas las personas que no habían encontrado su Mate y pasaban la mayoría de edad se encontraban reunidos. Y entre toda la multitud solo buscaba a alguien, pero no aparecía, suspiro dispuesta a dar lo mejor.

—Buenas noches, licántropos y licántropas de la manada "Loba blanca" —Luego de que Layla se convirtió en Alfa, cambiaron el nombre de la manada en honor a la loba en la que se convirtió al vencerá a Natalia.

Miro al público esperando tener la atención de todos, vio como Lucas le sonreía y levanta su pulgar para darle seguridad a Layla, ella le devuelve la sonrisa y busca a Alexis entre todos los licántropos, pero no lo encuentra, tampoco distingue su olor, suspira dispuesta a comenzar.

—Esta es la primera Luna Roja que se celebra desde que me eligieron como Alfa de esta manada y me alegra ser su líder, ustedes se han convertido en mi familia, en la que siempre quise tener —Layla sonrió enternecida y la misma sonrisa se dibujo en rostro de todos los la escucharon—. Esta noche les invito a todos a que se tomen un descanso y dejen llevar por sus instintos, si la Diosa Luna así lo quiere esta noche encontrarán a su Mate. Y si no lo logran esta noche, no hay porque preocuparse, vienen más noches y más Lunas Rojas.

Con la mirada puesta en la multitud intentó buscar a su ex-guardián, una vez más, no tuvo éxito.

—Se siente extraño no estar conectada a él —Confesó la loba en el interior.

—Sinceramente —dijo para el público— no soy buena en esto de dar discursos —Soltó una risa nerviosa y varios sonrieron—, así que lo único que les puedo decir es —Hizo una pausa—: pásenla bien, suerte encontrado a su pareja destinada y emm diviértanse —Culminó sin saber realmente que decir, algunos aplaudieron y otros silbaron, cuando comenzaron a salir Layla volvió a subir al escenario—. Casi se me olvida —Todos voltearon a verla— no se alejen mucho —Advirtió.

Toda la manada que estaba presente sonrió y está vez sí aplaudieron todos. No sería Layla si no les advierte o les dice algo como si fuera su madre, estaban agradecidos de tener una Alfa como esta, una que se preocupe por todos, una que todos los días va a las casas a preguntar si necesitan algo, esa es su Alfa y no la cambiarían por nada.

La luna llena brilla en el cielo despejado y paulatinamente se va volviendo roja, hasta llegar a un rojo intenso, un rojo hermoso, un rojo de amor. Los presentes comienzan a salir, algunos en grupo y otros solos, se empiezan a dispersar mientras que Layla habla con Clarise.

—¿Puedo saber porque no te incluiste en el discurso? —pregunto mirando con un poco de desaprobación.

Clarise es una especie de amiga, se han vuelto cercanas en los últimos meses y ayuda a Layla con las tradiciones de la manada, pues es mayor que ella por más de una década, pero se ve igual de joven que Layla.

—No sé a qué te refieres, Clay —contesto desinteresadamente, llamándola por su apodo.

—Sí, lo sabes Lay —Puso sus brazos como jarras—, en todo el discurso nunca te incluiste, siempre hablaste para ellos, pero no para ti ¿Es que no tienes pensado buscar a tu Mate hoy?




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