Mi libertad.

VI. Regreso a casa.

VI. Regreso a casa.

 

 

 

***

 

 

 

Nabih.

 

Sentí la mirada curiosa de Akali sobre mi, así que, dejando de lado mi búsqueda, conecté su mirada con la mía, interrogando la razón de su creciente curiosidad sobre mí con ella. Akali se sonrojó, su sonrisa nerviosa y la inmediata negación me hicieron enarcar una ceja, con una media sonrisa.

Regresé mi vista a la multitud, buscando una cabeza de cabello verde, después de todo, ¿Qué tan difícil puede ser encontrar una cabellera teñida de verde, y otra de rojo?. Entonces, a lo lejos, los ví, mirando de un lado a otro, buscando el lugar del que les había hablado. Sonreí y comencé a agitar la mano en alto, llamando tanto la atención de mis hermanos como la de otras personas que nada que ver.

— Oye, oye, tienes que saber lo que hizo Liam con las chicas— dijo de repente Nisam, sonriendo divertido, señalándolo con el dedo pulgar. Lo miré interrogante, estrechando la mano de la chica de cabello de fuego para que no la apartara— Bueno, primero ellas estuvieron preguntando cada dos por tres por ti, además estaban siendo súper empalagosas con Liam, y a mí me ignoraban— frunció el ceño y desvió la mirada con una mueca disgustada, él odiaba que lo ignoraran—. Entonces Liam hizo lo que nunca creímos que podría hacer: ¡las mandó a volar!— exclamó, soltando una fuerte carcajada que llamó la atención de varias personas a nuestro alrededor.

Reí, y miré sorprendido a Liam— ¿Es en serio?— pregunté, divertido. 

— Fueron un fastidio— aceptó con un leve encogimiento de hombros. Reí recibiendo la atenta mirada de la chica. 

Mierda, si. Tengo que presentarla a mis hermanos... Pero en verdad no quiero hacerlo. Suspiré—. Chicos, les presento a Akali— di un paso hacia un lado, dejando de ocultarla tras mi cuerpo. Ellos se sorprendieron al verla, o, bueno, más bien, al ver su triste y casi lamentable estado—. Akali, ellos son Liam y Nisam— los presenté. 

Ella los miró con una gran sonrisa falsa, y estiró su mano para que ésta fuera estrechada por ellos—. Un pla— no terminó debido a que Liam la jaló del brazo para abrazarla protectoramente, alejándola de mí con brusquedad. Fruncí el ceño ante su acción, molesto.

— ¿Hiciste llorar a una desconocida?— preguntó, comenzando a enojarse.

Rodé los ojos, le dí una fuerte palmada en la cabeza, y le hice liberar a la chica haciéndole una llave—. Obvio no, tonto. Es una larga historia— expliqué a medias, soltando su mano y dando un paso atrás. Él me miró, con el ceño fruncido mientras se sobaba la mano, incrédulo.

— ¿Él te hizo algo?— preguntó a Akali en un fluido italiano, ignorando mis palabras totalmente. Bufé. 

La chica rió—. No. Él sólo me ayudó— respondió, pero sólo pude comprender la primera y la última palabra.

Liam me miró, entrecerrando los ojos—. Ay, ya déjate de idioteces, Liam— regañó Nisam, con sus brazos cruzados.

— Tiene que regresar a casa y no quiere discutir con su mamá acerca de lo que pasó, pero su maquillaje la delata. ¿Puedes arreglarlo?— pregunté.

Liam se encogió de hombros, rindiéndose—. Claro, pero tenemos que ir a la casa— accedió.

Miré a la chica—. ¿Vienes?— interrogué, pues no quería que pensara que la íbamos a secuestrar o algo así. Noté su mirada dudosa, y ya me preparaba para su negativa, pero, para mí sorpresa, simplemente asintió.

— Bien, entonces, vamos— dijo Nisam, sonriéndole a la chica. Fruncí el ceño, otra vez.

Ese tipo de antes, es un idiota por no saber ver a esta mujer.

 

[…]

 

— ...¡Jahz!*— exclamó Liam, dejando de lado el maquillaje que había usado. Tomó un espejo de mano, y se lo pasó a la chica.

— Wao...— murmuró, mirándose de diferentes ángulos— Quedó hermoso, Liam. Gracias— sonrió con ternura hacia mi hermano, quien simplemente asintió mientras sus mejillas tomaban un tono rojizo. 

Bufé—. Calma, hermanito~ — musitó Nisam en mi oído, dándome un par de palmadas en el hombro mientras reía.

— Vete al diablo— gruñí, quemando con la mirada a mi hermano, quién se dió cuenta al cabo de unos segundos en los cuales apreciaba la belleza natal de la chica.

Se encogió de hombros, y me sacó el dedo de la mitadcon gran disimulo.

Maldito.

— ¿Quieres que te llevemos a casa?— preguntó amablemente Nisam a mi lado, sonriendo con comprensión.

— No, creo que ya he causado muchas molestias por hoy— se negó, levantándose y haciendo una mueca de dolor.

Los tacones estaban lastimando sus pies.

Di media vuelta y cogí las llaves de mi motocicleta, la cual, al parecer, había llegado en la tarde. Tendré que comprar un auto después.

— Vamos, Akali, yo te llevo— dije con algo de brusquedad, y sin darle tiempo a refutar, la tomé de la mano y la saqué de ahí.




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