Mi lindo demonio

3

Hoy era un día soleado y muy caluroso, estábamos más o menos a 35 grados pero se sentían como si estuviéramos a 45 grados.

-Tengo mucho calor, tu... cierto en el infierno esta más caliente- Lo observo y el estaba en el sillón donde leo y por lo que veo se ah vuelto el lugar donde siempre está y parecer ser que es su favorito

-Eso no es nada a comparación de aya abajo

-Tienes razón- Volteo por la ventana y tengo una maravillosa idea que me salvará de este insufrible calor. -¿Quieres ir a la alberca?

-Te acompaño pero no me voy a meter

-Como quieras- Me dirijo hacia la puerta qué da para el closet y elijo un traje de baño, cuando lo tengo puesto solo me pongo un short de mezclilla por encima y salgo del closet.

-¿En serio te pones traje de baño?

-Pues es lo normal ¿No?- Agarro bloqueador y una toalla para empezar a bajar por las escaleras e ir al patio donde queda la alberca

-Si yo fuera tu me metería con lo que trajera puesto para estar más cómodo- Me sigue mientras vamos bajando

-Pero como no eres yo te jodes- Abro la puerta corrediza que da hacia el patio y salgo de esta para ir hacia una mucama y pongo ahí mis cosas.

Empiezo a ponerme bloqueador por todo el cuerpo pero no llego hasta mi espalda así que recurro a Ax.

-¿Te importa ponerme en la espalda?- Le ofrezco el envase con bloqueador

-Pues no tengo de otra- Agarra el envase y me pongo de espaldas para que pueda ponerlo bien. Hace mi cabello para un lado y cuando siento su tacto se me eriza la piel y es una sensación que nunca había sentido con nadie. Empieza a poner el bloqueador por toda mi espalda y me gusta su tacto, el como lo hace lento y sin tanta fuerza, como quisiera que esas manos hicieran más que acariciar mi espalda... ¿Pero qué estoy pensando? No, no, esta mal pensar en eso.

-Terminé- Me volteo para verlo de frente y me da el envase

-Gracias- Agarro el envase y lo pongo en la mesa qué esta entre las 2 camas y saco un libro que traje.

-Mejor si me voy a meter, hace mucho que no hago ésto.- Empieza a quitarse la camisa y... oh-por-dios, que digo el es del infierno así que oh-por-lucifer... suena mejor oh por dios.

-¿Tus alas no te van a pesar con el agua?

-Las puedo esconder- Las alas empiezan a hacerse chicas y más chicas, más chicas hasta el punto de desaparecer por completó.

Doy un asentimiento y empiezo a leer el libro o eso intentó, el se tira de un clavado al agua y cuando sale de lo profundo... parece alguien sacado de uno de los libros que leó. Trato de concentrarme en la lectura pero con el sin camisa y mojado, no creo, corrección, no lo estoy logrando.

-Una pregunta niña- Aparto la vista de el libro y pongo toda mi atención en él -Cuando lees, ¿se te van los ojos o porque miras tanto hacia acá?- Maldigo en mi mente porque me ah atrapado mirándolo pero es que ¿Quien no se podría resistir a un chico guapo, alto muy alto, cuerpo ni tan musculoso pero tampoco tan flaco solo es perfecto.

-Es que mis ojos se van hacia el movimiento...- Es la excusa más tonta que eh oído y dicho en toda mi vida. El solo se ríe y sigue nadando.

Rato después decido meterme a la alberca pero hay un pequeño problema... no sé nadar.

-Vamos niña... solo deja que tu cuerpo y el agua conecten- Ax me daba ánimos para que me sumergiera en el agua pero por alguna razón me daba miedo.

-No puedo...me da miedo- Movía los pies en el agua mientras veía que se creaban onda en movimiento en ésta.

-Si nunca vences tu miedo nunca y no lo intentas jamás sabrás si hubieras podido y créeme no es la mejor sensación y recuerdo eso.- Vio que aun no estaba convencida así que propuso algo -Metete, yo te voy a agarrar- Me le quede viendo entre si confiar o no en el.

-¿Y si me dejas caer?

-No lo haré.

-Esta bien- El se acerca a mi y yo empiezo a meter mi cuerpo en el agua mientras que el me sostiene de la cintura

-¿Estas segura que comes? No pesas nada niña- Dice mientras sostiene más su agarre en mi cintura y cuando ya estoy completamente en el agua pero aun con las manos agarradas de la orilla

-Si peso, peso 40

-No pesas ahora deja de agarrarte de ahí

-¿Que tal si me dejas de agarrar?

-Que no va pasar niña ahora suéltate o haré que te sueltes- Me solté de la orilla y voltee hacia el rápidamente y me agarre de su cuello para no hundirme. -Vez te dije que no te iba a soltar- Lo miro y nunca había estado tan cerca de él y puedo notar lo largas que son sus pestañas, sus ojos color negro, su dentadura perfecta, sus cejas pobladas y negras al igual que su pelo de color negro y algunos mechones caen sobre su frente... no se que me hace el que quiera saber más sobre él. -Entonces ¿vas a querer nadar o no?

-Claro...

Toda la tarde estuvimos en la alberca intentado que yo nade y digo intentando porque parecía perro nadando. Ya eran las 5 p.m. y seguíamos en la alberca pero de repente el me dejo un momento para que yo me enseñará a flotar sobre el agua, grave error, de inmediato me hundí y el fue rápido a llevarme a la superficie pero lo extraño es en la pose que quedamos, yo a horcadas sobre el, con las piernas al rededor de su cadera y el con las manos abajo de mis muslos para poder tener un agarre firme. Lo miraba a los ojos y después a los labios, el también lo hacía y era raro, poco a poco nuestras caras se iban acercando hasta el punto de quedar a pocos centimetros de distancia pero...

-¡Pizza!- Escuche el timbre y un grito de el repartidor qué ya había llegado y en un mal momento. Nos separamos y fuimos rápido por una toalla y yo fui a la entrada por la pizza. Abrí la puerta y ahí estaba el repartidor, jodido repartidor.

-Perdon la tardanza- Dije un poco apenada y le di el dinero para que el me diera la pizza.

-No se preocupe señorita... aquí esta la pizza- Me dio la caja de pizza y después me dio las gracias y se fue.




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