No es por ser mala onda, pero de verdad es el nombre que no se me ha quedado grabado, aparte es algo raro. Como dije, me sonaba como una haba, pero sé que es algo así, no quería hacerlo sentir mal, así que creo lo mejor es preguntarle directamente como es que se llama, y si tiene otro nombre mejor, no creo que se me quede grabado el que usa, ni por que Emma anda hablando de él se me queda.
—¿Puedo preguntarte algo? —le pregunte al chico que para mí era, por una extraña razón, Haba, lo mire y el solo asintió— ¿Cómo es que te llamas? —me miro algo confundido.
—¿En serio? Llevamos dos días hablando y viéndonos y no te sabes mi nombre... —vaya, creo que le llego que no me supiera su nombre, seguro que él tampoco se sabe el mío.
—Perdón, tengo mala memoria aparte con ciertos nombres... y, siendo honestos, tu nombre es medio raro —dije metiendo una papa a mi boca.
—¡Mi nombre es de lo más normal del mundo!
—¡No es cierto! Para que sepas, yo asocie tu nombre a una haba.
—¡¿Una Haba?! ¿En serio? —este chico tiene un leve problema de ira.
—¡Pues si! Una haba... por eso me acuerdo, pero sé que no es tu nombre, eso lo tengo claro, pero de verdad, no lo recuerdo.
—Estoy indignado —comió de su pizza— me duele saber que NO te sepas mi nombre.
—Tienes un nombre raro, no es mi culpa.
Mire a mi lado, todos nos estaban viendo, era raro tener todas las miradas fijas en ambos, al parecer el chico haba también se percató de que ambos éramos el centro de atención, les hizo una mala cara y ellos solo rieron.
—Me llamo Abel, no "Haba" grábatelo niña.
—Abel —analice su nombre, la verdad si era algo raro—Quién rayos se llama Abel...
—¡Yo me llamo así!
—Sabes, ahora que lo pienso mejor, tu nombre puede decirse de varias formas, por ejemplo, Abe, Aba, Bel y esas son más fáciles de acordar que Abel.
—¡Pero no suenan cool! Abe suena igual a un ave, no quiero que la gente piense en qué soy un pájaro, ni una Haba ni una... ¿Bel? ¡¿Qué rayos es eso?!
—Mi tía tenía un perro que se llamaba Bell —dije algo desinteresada, recordando a ese perro, era muy lindo, lamentablemente se murió.
—¡Oh me recuerden en la cara de un perro!
—Dios que dramático eres Belli —al escuchar eso, miré al responsable de que Abel se enojara más, solté una pequeña risa, la verdad Belli era muy bueno, tal vez así le llamé a mi futuro perrito.
—¿Cómo me dijiste?
—Belli —repitió nuevamente Daniel lo más normal que pudo.
—¡No me llames así!
—Haba y Belli sin duda son buenos —mencioné mirando al chico de mi lado, volvimos a reírnos de Abel.
—Los odio, de verdad los odio, ya no me agradan.
—Relájate Belli —expresó Daniel con una gran sonrisa, una sonrisa muy linda.
—¡Cállate Dani!
—Cállate tu Belli.
—Bueno ya dejen de pelear —dijo Emma defendiendo al chico Haba, eso no me sorprendió pues, le gustaba y era obvio que lo defendería— Y Dayana deja de molestar a Abel por favor, ya no eres una niña.
Tomen nota, siempre van primero las amigas que los ligues.
Las amigas estarán para ti en todas las ocasiones que necesites, sin embargo los novios o en éste caso los ligues, te pueden dejar en cualquier momento.
—Oh vamos... soy la más joven de aquí, tengo solo diecisiete años. Creo que puedo divertirme.
—Dayana creía que eras más calmada. Como en la primera salida andabas todo el tiempo en silencio y en el celular pensé que ni hablabas.
Esas palabras que provenían de Abel me hicieron dar cuenta que esto estaba bastante mal.
No puedo llevarme bien con ellos, esto estaba mal, se me estaba olvidando que ellos eran famosos, en cualquier momento se pueden ir y me sentiré triste y sola si me encariño con ellos, ya había pasado mucho por esto, no podía sufrir nuevamente por que se alejen de mí de la noche a la mañana.
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Ya tan rápido era lunes nuevamente, después de la salida con mis amigas, todo lo que restaba del día y los demás días me la pasé realizando mis estúpidos proyectos, por más que avanzaba no terminaba, era tan pesado, en cierto punto yo tenía culpa, ya que, quería que fueran perfectos, los profesores me mandaron a revisar algunos detalles para que así fuera un diez cerrado.
Odiaba tanto la escuela.
De verdad que no sé qué haré ya no puedo con tanto estrés y luego dejaban tareas, tenía que hacerlas ahí mismo en la escuela para que la señorita no las dejara al final como siempre y se le juntara.
No entiendo por qué hay personas que pueden pasar la materia sin entregar nada, tenía una amiga en los primeros cuatrimestres que no entregaba nada, más que tareas y su rúbrica toda mal hecha, sin embargo, pasaba las materias con ocho, pero en los exámenes le iba bien, y en mi caso no era así, con mucha suerte llegaba a sacar ocho punto cinco que subía a nueve, pero siempre era ocho.
—Oh vamos Dayana admite que las clases del profesor Carlos son tan aburridas.
—¡No lo son! Son las más interesantes, no solo estas sentado apuntando, el profe si hace la clase entretenida.
—¡Qué gran mentira! Fuera de lo didáctico, es aburrido.
Le di un leve empujón, no iba a permitir que hablara mal de las clases de ese profesor, eran las mejores, hizo que amara mucho esa materia, no creo dedicarme a eso con exactitud, pero no sería una mala carrera.