Hace ya unos cuantos días que no había tenido tanta comunicación con mis amigas, y como en estos momentos no me sentía del todo bien, desde lo del estúpido video que me mostraron en mi escuela, me he sentido algo decaída, pero sumándole mis problemas con mis padres, me sentía peor.
Solo quería distraerme, y creo que mis amigas eran la mejor opción, así que debía de mandarles un mensaje para ver si venían a mi casa.
Aunque tardaron un poco en responder, pero al final lo hicieron.
Hola chicas, se que ando algo desaparecida pero es que ya ven que la escuela
Y pues quería ver si querían venir a mi casa para hacer una pijamada o algo así.
Emma
Holaaaa, si yo me apunto para hacer una pijamada
Isa
Yo también quiero hacer una pijamada, quiero estar más contigo Dayanita.
Va entonces en mi casa
¿Hoy pueden?
Emma
Si podemos, como eso de las 8 ¿Esta bien?
Claro que si a las 8 esta bien, pero las dejo chicas.
Me voy apurar con mis proyectos
e salí del chat sin esperar alguna respuesta más, me conocía y si me quedaba ahí más tiempo, iba a perder todo en las redes y era lo último que quería
Así que me decidí en acomodar mi habitación, ya que tenía un gran desastre, ropa tirada por todos lados, basura de golosinas que llegaba a dejar botadas por cualquier lugar, mi escritorio, ahí podía ir a Narnia si quisiera
0:53 ━━━○━━━━━━━━━━━ 04:01
Iba a salir de mi habitación ya que estaba olvidando un pequeño detalle que era el permiso de mis padres, en este caso solo el de mamá ya que papá se había ido y regresaría posiblemente en unos días, así que estaba tranquila por esa parte.
Hable con mi mamá al terminar, ella estaba recostada en el sillón, al final termino accediendo, quería conocer a mis amigas y ver si no eran viejitos que quisieran secuestrarme, en el caso de Emma claro, ya que mi mamá conocía un poco a Isa.
Cuando subí nuevamente a mi habitación, termine de escombrar mi escritorio, agradecía que, hasta ahora, no me saliera ningún roedor, me daría un gran infarto.
Escuche que tocaron la puerta y tuve que bajar para poder abrirles a mis amigas, cuando las deje pasar, fuimos a ver a mi mamá para que ella comprobara que Emma no era un viejito roba órganos.
Subimos a mi habitación y ellas comenzaron a dejar sus cosas.
—Estoy emocionada —dijo Emma sentándose en mi cama— ¿Qué haremos?
—No sé qué se haga exactamente en una pijamada.
—Hablar de chicos, es lo que se suele hacer, por favor hay que hablar de chicos, yo quiero hablar de chicos, quiero hablar de Abeeeel.
—Y yo quiero información sobre sus relaciones —dije con una sonrisa, pues la verdad que si quería saber de qué me había perdido estas semanas.
—Dayana nos debe informar qué onda con sus chicos, hemos estado tanto tiempo separadas así que, si hay chisme, digo, por si no hay nada que hacer, podemos platicar.
—A mí me gusta esa parte de platicar —menciono Emma.
—¿Chicos? —les comenté cuando ya estaban mis pensamientos algo claros, estaba algo sorprendida, ahora resulta que tengo más de uno, según yo no tenía ninguno— ¿Qué chicos?
—Dayana, como si no supieras, pues el tal tipo esté... —chasqueo sus dedos pensando el nombre de aquella persona, yo solo la mire algo mal—El chico este de tu escuela... Maximiliano y Dani, quien más podría ser mujer.
—Creo que debemos ir a cenar —me levanté para no decir nada al respecto, era lo que menos quería hablar, ese tema en estos momentos no me venía nada bien, tomando en cuenta de que hace unos días se podría decir que llore por uno de esos dos chicos— Vamos.
Bajamos y mientras bajábamos las escaleras podía escuchar unas risas por su parte, no me agradaba que se rieran de mí, si supieran lo que me hizo ese idiota no estarían así de felices, aunque no me hizo nada ahora que lo pienso, como sea.
Llegamos con mi mamá a la cocina que no tardó mucho en llegar una gran pizza, conocía a mi madre y sabía que no se iba a tomar la molestia de cocinar algo.
Mientras cenábamos, mi mamá hablaba con mis amigas, mientras que yo me encontraba pensando, ¿seré yo la chica que dice Daniel? Algo en mi claramente no quería serlo, pero otra en mi decía que era demasiado obvio.
Después de cenar subimos a mi habitación, por suerte mía, comenzamos a platicar sobre como me había ido en mi escuela, ya que habían encontrado un examen en mi escritorio, era mi nueve, le había sacado una copia ya que estaba orgullosa de esa calificación.
Me sentía tan bien poder hablar con tanto orgullo y felicidad sobre mis calificaciones.
—Sabíamos que ibas a sacar buenas notas pequeña Yana. Estoy muy orgullosa de ti.
—Estamos... Yana eres increíble —chillo Emma.
—Gracias amigas, por confiar en mí, nunca creí poder sacar eso.
—PERO LO HICISTE.
—No tienes que agradecer, o sea eres capaz de hacer todo, terminaste tus proyectos en tiempo y forma... eso es muy bueno Dayana...
—Si, bueno sobre los proyectos, tal vez no me enorgullezco mucho por que como sea recibí algo de ayuda, pero la mayoría de las cosas las hice yo... —me detuve al ver las caras de mis amigas, analice bien todo lo que había dicho y la había regado, dije algo que no debía.
—Y se podría saber ¿Quién te ayudo?
—¿Ah...? Pues, Max... ¿Qué no recuerdan qué nos quedábamos en la escuela? Todos los días, ahí hacíamos nuestro s proyectos.
—No no no, alguien debió ayudarte, alguien externo, Maximiliano tenía sus propios pendientes como para ayudarte —tragué saliva, la regué.