Después de caminar unas cuantas calles, llegamos a un restaurante, no era uno de lujo, pero era uno medio, entramos a este y yo solo lo comencé a observar, era muy bonito, pero mi vista se dirigió rápidamente a una de las mesas del fondo, rápidamente me acerque a él para poder abrazarlo ya que, estaba llorando
—Axel —me senté a su lado y el me miro—¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
—Me... me, me terminó
Abrí mis labios para decir algo, pero el me abrazo y comenzó a llorar en mi hombro, claramente le recibí el abrazo y trataba de consolarlo.
No me había sorprendido tanto eso, todo lo contrario, me alegre de que por fin terminara con ella, su relación era muy toxica por su parte, no dejaba que Axel hiciera cosas de un adolescente, se enojaba si lo veía conmigo y con Max, también cuando bebía o se iba de fiesta con sus amigos.
—¿Que paso? —llego Max junto a Daniel, al verlo Max se preocupó, ya que venía risa y risa con Daniel.
—Lo terminó su novia —cuando dije eso, Axel comenzó a llorar con mucha más fuerza, incluso me su abrazo comenzó a sentirse más fuerte.
—Lo lamento hermano —se sentó a su lado y puso su mano en su espalda— Siéntate Daniel —él le hizo caso y se sentó frente a mí, pobre esto ha de ser muy incómodo para él, eso le pasa por venir de metiche.
—Odio todo —se separó de mi— Llevó media hora aquí...
—¿Por qué te ha dejado? —pregunté así de repente, quería enterarme bien del chisme.
—Pues es que yo... yo estaba viniendo para aquí y la vi con un sujeto y yo, yo le pregunte que quien era y de repente paso tan rápido porque me dijo que era su nuevo ligue y que... al parecer llevaban un mes saliendo y que, que me había citado para terminar conmigo
Y es por eso y más cosas que odiaba a esa chica, me hacía tan mala cara cada que estaba con mi amigo, no me sorprende que lo haya engañado todo este tiempo.
—Pidan su comida yo, yo... No —volvió a llorar—No tengo dinero para pagar, yo había, había pedido mucho, pero, pero... ya... ya me, me la comí —soltó unos cuantos sollozos y abrazo a su amigo
—Chicos creo que es mejor que se vayan... ya dejaremos la comida para otra ocasión —dijo Max viéndonos.
—¡Noooo! Yo quiero a Dayana conmigo —lo soltó y me abrazo a mí.
—No, tú lo que quieres es a tu mejor amigo —trato de jalarlo para separarlo de mi—Maldición Axel suéltala.
—¡Déjame!
—Axel... —mencioné ya algo incómoda, me estaba asfixiando.
—Que la dejes, debe irseee —lo jalo con más fuerza.
—La vida no me quiere —me soltó para poner su rostro en la mesa y comenzar a llorar nuevamente— Odio todo. Necesito ir con Kell, él me va a ayudar.
—NI LO PIENSES —dijo Max de repente—Vamos a mi casa.
—No Max, quiero ir...
—Váyanse, estará bien —nos miró— Yo me encargo de él.
—Dejare que se vayan si me llevas., necesito verlo.
—Aja.
¿A quién quería ver? No lo iba a saber ya que Max nos estaba corriendo, la verdad preferiría estar con mi amigo, uno que de verdad valora mi amistad que estar con Daniel.
Pero la suerte no estaba de mi lado.
—Lamento lo de ahí adentro —murmuré ya estando a fuera del dichoso restaurante.
—No importa —miro sus manos, que al parecer se estaba tronando los dedos— ¿Quieres ir a comer? O tenías planes...
—Yo, emmm —okey, vamos Dayana piensa en una excusa— Debo ir a casa, prometí cuidar a mi sobrino —como tal no era mentira, si yo quería podía llegar a la casa de mi tía y cuidar a mi sobrino.
—Oh... —mencionó algo desanimado— Si por supuesto, tienes ya compromisos, si quieres te acompaño al metro.
Asentí y comenzamos a caminar nuevamente, no entiendo por qué rayos esto es tan incómodo, tal vez sea por mi culpa, cuando lo vi sentí ese gran golpe, lo que había dicho en esas estúpidas entrevistas había vuelto las cosas muy incomodas entre nosotros, aunque sea solo de mi parte, porque supongo él no sabe que la vi y que me afecto, pero así fue y no puedo simplemente olvidarlo.
—¿Cómo estuvo tu viaje? —dije para poder romper este maldito silencio tan incomodo.
—Bien, algo cansado, soportar más de dos días a este Abel es realmente un reto.
—Me imagino que no fue tan fácil —el asintió y sonrió.
¿Por qué había extrañado su sonrisa?
—No lo fue, estaba todo el tiempo ahí hablando con Emma y luego ni me dejaba poner atención en clase, ni me dejaba dormir porque quería estar platicando sobre Emma.
—¿Vas a clases en línea?
—Si, no es algo que me guste, pero debo de hacerlo, no podría grabar y todo eso que hago luego si estoy en una escuela presencial.
—¿No es feo? Digo, no puedes hacer nada divertido, solo estar sentado en un solo lugar y ni si quiera hacer amigos.
—Si lo es, quisiera ir a un colegio, pero desde pequeño me acostumbraron a tomar mis clases en línea, siento que, si me metiera a una escuela, me costaría demasiado encajar. Por eso ya no me quejo.
—Mmmm —ahora entendía por qué me había dicho que no tenía muchos amigos de su edad—Daniel... ¿Quisieras cuidar a mi sobrino conmigo? Tal vez no sea lo mejor, pero... podrás distraerte.
—¿Yo? —asentí— Si por supuesto que si —una sonrisa se formó en su rostro.
Creo que todo el ambiente incómodo que nos rodeaba se esfumó cuando llegamos al metro, ya estaba todo mejor y me alegraba sentir eso nuevamente, siempre que estábamos juntos, yo me sentía muy segura a su lado.
—¿Cuántos años tiene tu sobrino?
—Siete años. Aunque... —me quede en silencio al recordar a mi familia, en especial a mi tía—Digamos que luego mi tía es algo grosera... y no se diga de mi primo.
—¿De verdad? Bueno, yo creo que podría soportarlo.
—Si... sabes que, mejor no te llevo directamente a esa casa, has de tener mejores cosas que hacer
Si me arrepentí, no era buena idea presentarle a mi familia, menos empezando por mi tía, ella era tan chismosa. Siempre anda criticando a todo el mundo, incluyendo a su nieto, que horror de tía tengo, no le deseo a nadie tener una tía así.