Pero algo interrumpió mi comida, era una llamada de un número desconocido, lo mire y no sabía si responder pero que tal y era una emergencia, mi mamá me dijo que respondiera cualquier número, si no era nadie conocido debía colgar.
—¿Bueno? —dije con el teléfono en mi oreja.
—¿Dayana? —esa voz se me hizo familiar, pero no la distinguía bien.
—¿Quién eres?
—¡Soy yo! Tu querido Abel, el chico Haba ¿me recuerdas? ¿Cómo has estado?
—Eh... bien y tú.
—Qué bueno, yo igual—se quedó en silencio— Oh sí, claro —soltó una risa— ¿Esta mi Dani contigo? Es que no se ha comunicado conmigo ni con Joan, no sabemos si las fans lo han secuestrado.
—Si, chico Haba, está aquí conmigo.
—Bueno si ya nos llevamos con los apodos creo debo llamarte Daya o Dayan... Yana... ¿Cuál te gusta más?
—Como tú quieras, elige.
—Sabes que mejor te diré Haba igual, es lo justo.
—Aja...—dije riéndome— Que original mi querido Abel.
—Déjame, ammmm un sinónimo de Habas...—escuche como sonaba un teclado ¿En serio estaba buscándolo? —Habichuela si así te llamaré.
—Es mejor que Haba, fuiste más original, felicidades.
—Gracias mi Habichuelita. Bueno entonces a lo que estábamos, ¿Dani está contigo?
—Sip
—Me lo pasas por favor.
—Eh... bueno no está a mi lado, está jugando.
—¿Jugando?
—Ajam con mi sobrino, en los columpios.
—Oh... bueno supongo que es importante jugar, está bien dile que me llame cuando esté libre.
—Claro que si
—Bueno te dejo, adiós, cariño.
Me colgó y reí, me agrada mucho este tipo, es muy buena onda.
Yo seguía comiendo, mientras observaba a Daniel riendo con mi sobrino, se veían demasiado lindos los dos.
Agarre mi celular y les tome un vídeo, es solo para recordar. Me gustaba ver a Daniel así, feliz sin preocuparse por las fans o por actuar de una manera correcta, es lo que pude observar con anterioridad, ahora era libre.
Miré mi celular y tenía mensajes de mis amigas, preguntando dónde estaba, con una sonrisa les mandé las fotos que nos habíamos tomado los tres juntos, por alguna extraña razón Derek es muy fan de las fotos.
Cuando se las mandé, ellas comenzaron a mandar mensajes a lo loco, y las entendía por completo, ni yo me la creía que estaba con Daniel.
Emma
No inventes Dayana, debes estar bromeando
Isa
La verdad requerimos detalles mujer
Se ven bien bonitos juntos
Después de unos veinte mensajes de ellas gritando en palabras, fueron los últimos que me aparecían, unas cuantas risas se me salieron al leerlos y como se perdían por tantos mensajes, apagué mi celular y encontré a un Derek frente a mí con una gran sonrisa.
—¿Quieres jugar? —lo miré tiernamente y me levanté, el comenzó a correr a dónde estaba Daniel con una gran sonrisa.
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Estábamos jugando atrapadas, era divertido ya que Derek se enojaba cuando lo atrapábamos, yo también me enojaba cuando me atrapaba Daniel, mejor dicho, me ponía nerviosa, porqué cada que me tocaba mi brazo me invadían los nervios, lo disimulaba con mi enojo.
Me quedé parada en uno de los tubos del columpio, ya me había cansado, pues mi condición física no es muy buena, lo más rápido que había ido era por que se me hacía tarde a una clase, y eso casi no pasaba.
Caminé cuando vi que Derek estaba caminando hacia mí. Pero me sorprendieron cuando me agarraron por la cintura.
—Atrapas —dijo riendo y se fue corriendo.
Suspiré y comencé a corretear a Derek hasta que logré agarrarlo, al final nos acostamos en el pasto ya agotados. Sentí unos pequeños brazos abrazándome, hace tiempo que no me abrazaba, mejor dicho, hace tiempo no lo veía.
—Eres la mejor, tía.
Sonreí y sentí mucha felicidad, me gustaba cuando me decía ese tipo de cosas, me hacía sentir especial, y vaya que eso no pasaba.
A veces solo pensaba que Derek era el único que de verdad me quería y apoyaba en todo, por eso lo quería mucho y me aguantaba todos los malos tratos de mi tía, solo por verlo a él.
Ya habíamos dejado a Derek en su casa y Daniel se ofreció a llevarme a la mía, no estaba tan lejos de la de mi tía asíue nos fuimos caminando.
En el camino íbamos riendo sobre lo de hoy. Había sido divertido la verdad.
Llegamos a mi casa, pero el me detuvo antes de que entrara en esta.
—Me la pasé increíble hoy —lo miré con una leve sonrisa.
—Me alegra mucho que te hayas divertido.
—Espero podamos repetirlo, me agrada tu sobrino.
—¿Ese monstruo? ¿En serio?
—En serio —dijo riendo— Ese "monstruo" hizo que pudiera pasarla bien.
—Me alegra mucho que te la pasaras bien Dani...el —dije rápidamente, creo que en la casa de mi tía le había dicho Dani, y es que solo se me salió— Perdón...
—No hay problema —sonrió— Bueno creo ya me voy, descansa —se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.
—Igual descansa —sonreí.
Se dio la vuelta y dio como unos tres pasos, pero se detuvo, lo mire confundida, ¿se le abra olvidado algo? Que yo sepa no traía nada, oh bueno capaz se olvidó algo en la casa de mi tía, ni loca vuelvo a ir a esa casa con él.
La mejor opción es llamarle a Edwin y que él venga, no quiero pisar esa casa nuevamente, eso siempre digo y vuelvo a ir.
—Dayana... disculpa por lo que haré —se acercó nuevamente a mí, iba a preguntar por qué debía disculparlo, pero no pude.
Sus labios estaban pegados a los míos, cuando reaccione ya se había separado de mí, no entendía que había pasado... ¿me había dado un beso? Pues si tonta, o no se estaba aún en shock, mirándolo.
—Daniel... —dije por fin al verlo con una sonrisa y algo ruborizado.
—Perdón... yo... lo lamento Dayana, de verdad —menciono nervioso y agarrando su cabello.