Capítulo 34

Seguimos leyendo un buen rato, pero para mí mala suerte mis ojos ya no daban para más, había leído todo el día y debía tomarme un pequeño descanso.

Dejamos a un lado el libro y me senté en la cama frotándome mis ojos.

—¿Estás bien? —asentí y lo miré con una sonrisa se veía tierno todo despeinado— ¿Quieres papas?

—Si, no estaría mal un break —reí.

El asintió y salió de mi habitación, mire al chico Haba que estaba dormido, creo va por el 5to sueño esté chico. Sonreí al verlo dormir tan tranquilo.

Daniel ya había tardado en subir así que decidí bajar para ver es lo que estaba sucediendo, pero al escuchar la voz de mi papá sabía que había agarrado a Daniel.

—¡Papá! —llegué con ellos y mi papá estaba con una sonrisa.

—Hola mi niña —me dio un beso y mire a Daniel de reojo, estaba nervioso.

—¿Qué hacían?

—Estábamos hablado ¿Verdad Daniel?

—Si... claro, tu papá me invitó a cenar.

—Genial.

Pudimos librarnos de mi papá y subimos nuevamente a mi habitación, pero él se detuvo en la puerta mirando su celular, lo mire confundida, su expresión cambio por completo.

—¿Sucede algo? —negó con la cabeza y entramos a la habitación.

—¿Te molesta si respondo?

—No, claro que no.

Me senté en la cama y él se fue a mi escritorio. Dudo en llamar, pero al final termino marcando.

—Hola mamá... Estoy, con Abel... ¿Chica?... Mamá... ¿Qué?... Foto... No mamá segura no era yo... No mamá... Pero que importa si se hizo eso viral es mi vida... Mamá no te... Déjame hablar... ¡Qué importa eso!... Solo te fijas en mi estúpida carrera... —vi como Daniel comenzaba a alterarse, incluso pude notar que quería llorar del enojo, me levanté y me puse a su lado— Solo piensa en mí una maldita vez... Ya me cansé mamá.... No pelearé... Ya... Mamá por favor... —escuche como su voz se cortaba y me partió el corazón escuchar y verlo así— Tengo que irme...

Colgó el teléfono y lo dejo en mi escritorio, puso sus manos en su rostro recargado en la mesa, no sabía que hacer exactamente.

Agarré su espalda y él no me volteo a ver, escuché unos sollozos, ya estaba llorando, odiaba que llorarán las personas frente a mí, cuando lo vi la primera vez me partió el alma.

—Dani... —trate de que sus manos bajarán de su rostro.

—No me llames ahora mismo así por favor.

—Perdón... —acaricie su espalda— ¿Quieres hablar?

Hubo un silencio por un momento, pero el por fin me volteo a mirar, lo mire preocupada, realmente quería hacer algo, pero no sabía que hacer exactamente.

—Creo que debes saber lo que pasó... —trago saliva y miro una lámpara que tenía en mi escritorio— Se filtro una foto de nosotros dos juntos... no sale tu rostro, pero si el mío, dice mi mamá que se mal interpreta mucho, que según ella no quiere nada de esos escándalos.

—¿Te metí en problemas?

—No, claro que no. Me da igual que digan de mí, como sea es mi vida privada pero no quiero que te metan en todo esto. En eso estoy de acuerdo con mi mamá.

—Tu mamá te dijo algo verdad... sobre mi...

—Si... —bajo la mirada, esto me preocupa— Pero eso no importa.

—Si importa Daniel —me senté en sus piernas agarrándole su rostro con mis dos manos— Me importa por qué te hizo sentir mal.

Me miro después de estar evitando mi mirada por fin pude verlo directamente a sus ojos, se notaban tristes.

El solo apretó sus labios y negó con su cabeza, no entendía que pasaba con él y su mamá. Siempre se pone así cuando habla de ella.

—Entiendo si no quieres hablar de eso... se que no hemos llegado a ese grado de confianza —solté su rostro, ahora me sentía mal yo, me dolía que no confiara en mí, pero respetaba que no me lo dijera, también no llevábamos mucho tiempo conociéndonos —Pero puedes confiar en mí, cuando estés listo —me levanté de sus piernas, pero el me detuvo haciendo que volviera a sentarme en él.

—Si te tengo confianza Dayana... pero esto es...

—Es algo que no puedes contarme por qué claramente tienes miedo de que lo ande diciendo a todo mundo.

—No es eso... sabes que confío en ti y sé que no harías eso.

—No importa, cuando puedes contarme algo de tu vida por qué tú sabes muchas cosas de mí y yo no sé nada de ti, no es justo Daniel.

—Sabes cosas de mi...

—Las cosas que he descubierto sola, y por ende me has tenido que contar, pero quiero que me cuentes tus problemas con tu mamá... no sé qué suceda, pero cambias por completo, me duele verte así y no poder saber que hacer o que decirte.

—Solo puede estar conmigo...

—No Daniel, la primera vez lo pase... sabía que no tenías confianza en mí, acabábamos de conocernos esa vez, pero ahora mismo Daniel... siento que es tonto que me quedé callada, no sé qué hacer o como ayudarte y eso me pone mal, quiero que confíes en mí como yo lo he hecho contigo.

—Ya te dije que si confío en ti...

—Pero no lo suficiente.

—Yana...

—Dime Dayana, las personas que confían en mi me dicen Yana —me levanté nuevamente y me fui a mi cama ignorando a Daniel.

Se que no debo ponerme así por eso, es algo de él, pero aun así me duele, o sea nos hemos besado como 5 veces y no puedo contarme algo que a él claramente le afecta.

Quiero saber más del chico que me gusta, si me gusta ya lo he aceptado, no podía seguir negando que no sentía nada por él, y es por eso que me preocupo, odio verle la cara cuando sale el tema de su mamá o cuando ella le habla, le hace mal algo y no entiendo que es ese algo, quiero ayudarlo, de verdad quiero estar con él como él siempre ha estado conmigo, pero no puedo apoyarlo si no sé qué sucede.

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Los tres tuvimos que ir a cenar, en mi caso estaba aún enfadada y eso hizo que yo no hablara en la cena, pero mis padres me habían enseñado modales, y no me levante hasta que ellos se iban a ir.