Las clases de repaso siempre eran tan aburridas, solo consistía en ver lo que habíamos visto, para mi suerte, y eso que no llegaba a pasar mucho, esta vez no necesite poner atención.
Pues ya lo había estudiado unos días antes y me sabia sobre los temas que habíamos visto este periodo.
Terminaron las dos largas horas de puro repaso, y cuando pude me salí del salón en busca de mi querido amigo de estudio, solo nos separaban unos salones, así que, para mi suerte, al caminar me lo encontré saliendo de su salón.
Me acerque a los dos chicos que iban platicando, me pare frente a ellos haciendo que me vieran.
—¡Dayana! Holaaaa.
—Tú, me debes una explicación.
—¿Qué explicación? —se notaba confundido.
—Resulta que una de mis historias se ha publicado y yo ni siquiera sabía.
El me miro algo sorprendido y nervioso, era obvio que él había sido, tenía el poder de mi celular, se lo confíe al muy idiota cuando creábamos la estúpida lista de canciones para que el llorara y yo me riera de su sufrimiento.
—Bueno am... en mi defensa yo... yo no fui el de la idea.
—¿No?
—No, yo solo publique los últimos 4.
—¡Y no lo niegas!
—Pues no, para que negarlo si ya me descubriste.
—Eres un... eso no estuvo bien Maximiliano.
—Tienes bastante apoyo, deberías estar feliz. A la gente le gusta tu contenido.
—¡Pero lo hicieron sin mi consentimiento! Esa historia es algo... personal.
—Una disculpa Dayana, de verdad, pero sabíamos que no te animarías en publicar un libro tuyo.
—¡Pues no! Nadie lo leería. Espérate —me quede en silencio un momento— Quién fue el otro.
—Yo no dije nada...
—Lo acabas de decir Maximiliano, quien fue.
—No te puedo decir... a parte como si no te dieras una idea.
—Lo sabía —claramente era Daniel.
—No entiendo de qué hablan, pero si lo quieres golpear y no puedes, con gusto lo hago por ti.
—No hace falta Axel, no ahora yo ya me voy y tú —lo mire mal— No me hables, estoy enojada contigo.
Caminé en dirección a las escaleras ignorando cualquier palabra que salía de la boca de Max, y vaya que eran muchas, incluso venia detrás de mí, pero se detuvo al momento de que un profesor lo regaño por querer correr.
Llegué a la salida ya quería irme de aquí la verdad, estaba algo cansada y ese pequeño rato de confusión que me hicieron pasar aquellas chicas no ayudó mucho, en toda la clase empecé a sacar conclusiones, no entiendo del todo como es que subieron dichos capítulos sin darme cuenta, ni siquiera me llegaban las notificaciones.
Pero aún debía hablar con el otro posible responsable, que era claro que era el, ya me lo había confirmado Max.
Para mi sorpresa, él estaba afuera de la escuela, recargado en la pared, el traía su celular en mano, así que no notó cuando yo llegue a su lado. Trate de parecer una persona que realmente estaba enojada ante él, pero por dentro estaba tan jodidamente feliz de que estuviera aquí.
—Yana —me miro con una sonrisa, pero se le borro cuando me miro bien— ¿Pasa algo?
—Pasa que alguien se puso de acuerdo con Maximiliano para subir una de mis historias sin MI permiso —me crucé de brazos y el solo apretó los labios relamiéndolos.
—Yana...
—¿Fuiste tú el de la idea?
—Yo... bueno sí, yo fui el de la idea
—¡Por qué!
—Tienes talento, mucho y sé que no te animarías a subirla, sé que no te gusta ser la sombra de dos escritoras populares, y ahora sumándole que conoces a tres actores, sé que te sientes menos.
Mis hombros que se encontraban algo tensos, más que nada por mis exámenes, sentí como es que decaían poco a poco al escuchar lo de mis amigas.
Y era la pura verdad, me sentía orgullosa de ambas, pero a veces si me sentía mal cuando las personas no me conocían y me hacían a un lado, muchas veces soñé en ser igual de famosa para así poder estar a su altura y viajar como ellas lo hacen.
Me sorprende que Daniel supiera eso de mí, según yo, lo disimulaba bien.
—Pero eso no les da derecho de subirla... —murmure.
—Lo sé, pero realmente no lamento haberla subido, quiero que la gente conozca tu talento y no te vean como la amiga de personas famosas, cuando tú también tienes la oportunidad de ser alguien.
—Daniel... es que no se si pueda dejar que alguien lea lo que escribo... capaz este todo mal...
—Me dejaste leerla a mí, y la verdad era muy buena.
—Es diferente, estabas insistiendo mucho, no tuve opción —mire el suelo— Aparte, sé que no me vas a juzgar como otras personas...
—Me alegra saber que sepas que jamás te haría algo así —sonreí ante su comentario y vi que se acercó a mi— Se que no estuvo bien, y tienes todo el derecho de borrarla así que es tu decisión y la voy a respetar.
Lo mire con una mueca, muy en fondo mío quería que el mundo conociera mi historia, pero me daba vergüenza y miedo que no tuviera apoyo, por eso jamás me anime a subirla, pero ahora mismo, no sé ni que pensar.
No he visto ni cuanto apoyo es que tiene.
—Hoy dos chicas se acercaron a mi... a pedirme una foto y me preguntaron cuando actualizaba... así que creo la dejaré un tiempo, a ver qué es lo que sucede.
—Es la mejor decisión que tomarás Yana —sonrió— Y yo te apoyaré en todo lo que necesites.
—Pero aún sigo molesta por qué publicaste eso sin mi permiso y arrastraste a Max contigo.
Dije volviéndome a cruzar de brazos y el solo comenzó a reír.
—Eso lo puedo arreglar —se acercó a mí y yo me alejé, quería que mi drama durará un poco más.
Aún recuerdo la última vez que me hizo enojar, me compro un helado de vainilla y me encanta ese helado así que lo perdone rápidamente. Cuando él se enojaba conmigo. Que pasaba muy rara vez, yo le compraba papas como una ofrenda de paz.
—No creo.
—Te has enojado mucho conmigo así que creo ya sé que hacer.