Mi Lista De Canciones Tristes

Capítulo 48

La verdad no entiendo como mi vida en la escuela cambio tanto.

Hace apenas unos meses era una chica cualquiera en esta institución, de repente comencé a ser vista y medio reconocida por ciertos compañeros, pero ahora era la persona más conocida y odiada de la escuela.

No sé en qué momento cambio todo tan de repente, y esto era algo nuevo para mí, nunca había sido tan reconocida en ningún lugar.

Cuando llegue a la escuela, en los primeros días después de ese video, todo era una mierda, todas las chicas de la escuela me miraban con mucho odio, mi video se había vuelto viral en todas las redes sociales, y muchas fans de aquí no lo tomaron tan bien.

No fue la mejor semana, pues aparte de las miradas y comentarios sobre mí, me llegaban incluso a tratar mal, me aventaban luego basura, me excluían en los equipos... no me callo tan bien eso, porque siempre me importaba encajar en los lugares, y ahora mismo en la escuela no encajaba para nada, me excluían.

Las redes sociales dejaron de servir para mí, pues borre todo y solo tenía para las llamadas, hasta mi número había sido filtrado y tuve que cambiarlo para que no recibiera más mensajes y llamadas diciéndome que era una interesada y otras cosas más groseras.

Siempre que acababan mis clases, Max venia por mí al salón para así irnos ya, él era el único junto con Axel que me trataban bien y me defendían de todas las personas, aun con su protección, seguían insultándome.

Tenía varias llamadas de Daniel, en estos días jamás me había visitado, después de aquel día, no se contactó conmigo para nada, hasta apenas dos días me llamo, dos llamadas para ser exacta.

Estaba enojada con él.

Mire una última vez mi celular, con la esperanza de que Daniel me hablara, pero nada. Eso hacía que me enojara mucho más con él.

—¿Qué? ¿esperando a que uno de tus novios te haga caso?

—Creo que no, ya se quedó sin ninguno —dijo riendo la chica.

—Solo están los dos amiguitos, del otro salón, que idiotas.

Agarre mi mochila y con la cabeza cabizbaja me levante, no quería pelear o que me siguieran diciendo cosas.

—Dime Dayana —me empujo— ¿Estás sola?

—No lo estoy...

—Yo te veo sola, no creo que Daniel este contigo después de enterarse de que le pusiste los cuernos más de dos veces.

—Ustedes no saben nada...

—Si lo sabemos, como reacciono en aquella entrevista dice mucho. Está decepcionado de ti, y ojalá encuentre a alguien mucho mejor que tú.

Volvió a empujarme haciendo que perdiera el equilibrio un poco, salieron del salón y a los minutos entro Max para irnos.

No le dije nada de lo sucedido, porque sabía que iría a pelear, llevaba dos llamadas de atención en este cuatrimestre, una más y le cancelaban los exámenes, y ya íbamos a comenzar con los finales, esta semana fue de puro repaso.

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Al llegar a mi casa, subí rápidamente a mi habitación. Como no tenía nada mejor que hacer empecé otro libro, en estos días leer me ha ayudado mucho.

Para mi mala suerte mi lectura se interrumpió ya que, tocaron la puerta. Seguro era mi madre diciendo que baje a comer o que hago algo, pero como tengo mis ánimos hasta abajo, sé que no hare nada y ella también lo sabe.

—¡Mamá dije que no quiero ver a nadie, eso te incluye!

Le grite, pero no hubo ninguna respuesta alguna de mamá, aún seguía muy enojada con ella después de que me ignoro por semanas, iba abrir la puerta para así comenzar a gritarle que se vaya, quería desahogarme.

Pero me ganaron en abrir la puerta, mire a un Abel abriendola mirándome.

Estaba tan enojada con él y sus amigos, no quería verlos.

—¿Qué haces aquí?

—Dayana... —se acercó— Se que tal vez estés molesta... pero... —lo interrumpí.

—¿Molesta? ¡Dios Abel! Estoy más que eso, ¡me abandonaron!

—Lo sé, pero nosotros queríamos venir... lo juro, pero no se dio la oportunidad, aparte nunca nos respondiste.

—Me viene valiendo lo que paso, al parecer nunca fui importante para ustedes.

—Dayana sé que pasaste por algo feo, lo lamento mucho, y también por no haber venido antes, pero necesito hablar de algo contigo.

—No quiero hablar de nada contigo.

—Es sobre Daniel.

Al escuchar ese nombre mi corazón se partió, estaba tan decepcionada de él, creí que el sería el primero en venir conmigo, pero no fue así, ni una llamada me hizo, hasta después de dos días se dignó a marcarme.

—No quiero...

—Te manda esto —me entregó la pulsera que le había dado, al tenerla en mis manos un nudo se formó en mi garganta— Dayana, él se va a ir... de nuevo.

Lo mire ¿Cómo que se va? Sin decirme nada...

—Que...

—Su papá se lo va a llevar él se siente culpable por lo que pasó ese día, no sé bien que está sucediendo, pero no quiero que se vaya.

—¿Por eso nunca me habló?

—Te mando mensajes, pero no los vistes.

—¡No iba a verlos por qué me tiraban mierda! Podía haberme marcado.

—Dayana son muchas cosas, pero aún no es tarde, debes de ir hablar con él. Capaz tú puedas hacer que cambie de opinión.

Quise llorar, no podía dejarme. No ahora, si estaba furiosa con el pero no por eso debía irse.

No me negué a la idea de que Abel me llevará pensé que iríamos a la casa de Joan, pero no fue así, fuimos al aeropuerto.

Entramos y pude ver luego luego al chico que había robado de mi corazón, me acerqué a él con pasos furiosos, pude ver que estaba a un lado de un señor, se parecían mucho supongo es su papá.

—Daniel... —al verlo sentía como me desvanecía.

—Dayana, que haces aquí —se levantó y apreté mis puños para no llorar, no quería llorar frente a él, miro a mi lado que se encontraba Abel— ¿En serio?

—¿Por qué te vas?

—Debo hacerlo Dayana.

—Pero por qué... qué pasará con nosotros... dijiste que no me dejarías sola...




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