Haber dicho en alto que no estoy esperando bebé alguno, se me hace realidad y una dolorosa realidad, por cierto, recuerdo ese sentimiento que sentí al descubrir que no había embarazo y quise estar en su lugar engendrando un bebé del hombre que amo. No sé nada de ella porque los problemas aquí en la casa no me permitieron conversar con mi amiga. Me hago una nota mental para llamarla y preguntar como está, a decir verdad me siento una mala amiga, ya que ella me necesita mucho al igual que Íker y es ahora que quisiera partirme en dos y estar aquí y con Viky al mismo tiempo. En fin, más después la llamaré. Ahora que siento el abrazo de Íker y saber que se sentía emocionado pensando que podría volver a ser padre me desestabilizó desarmando mi corazón en mil pedazos. Lo abrazo fuerte, al igual que él y como, hubiese querido que esos resultados fuesen diferentes y reflexiono que por algo pasan las cosas, quizás aún no era el momento adecuado para traer un bebé a este mundo. Me dejó limpiar las lágrimas que habían salido de mis ojos.
—Lo siento. — me disculpo—. Tú estabas ilusionado.
—Tranquila, amor, ya te dije que podremos practicar mucho. — bromea.
—¿Estás muy emocionado por eso? — inquiero acariciando su pecho sugerentemente.
Sonrío al sentir que su respiración se hace más rápido, me siento poderosa por provocar esto en él.
—Claro que me emociona hacerte el amor todos los días y por eso estaba reflexionando en que quizás sería bueno que tú y yo no sé, viviéramos juntos.
—¡¿Qué?! — me incorporo de un salto—. No te entiendo.
—Bueno, en que, mejor dicho, que trasladamos tus cosas a mi habitación para que estemos juntos y compartir más y que podamos poner en práctica lo del bebé.
Me tenso de inmediato, no quiero volver a ilusionarme y me cuestiono.
—¿Y si no puedo tener hijos? — exteriorizo mi preocupación.
—No pienses en esas cosas, verás que cuando menos esperes estaremos esperando un bebé y si fuese el caso que no pudieras no pasa nada mi amor, visitaremos a médicos. Ahora hay muchos métodos y tratamientos para embarazarte, pero primero deberíamos pedir alguna opinión profesional. — sugiere—. No te atormentes ahora mi amor, en todo lo que quieras voy a estar contigo, pero respóndeme, ¿si quieres pasar tus cosas a mi habitación? — cuestiona mirándome esperanzado y ansioso.
¿Acaso podría ser más lindo?.
Y más que todo, ¿Cómo podría negarme?
—¿Y qué dirá tu padre y tu nana? —inquiero preocupada.
—Nada, ellos estarán felices que lo nuestro está haciendo más formal, además tú eres la mujer con quien quiero compartir todos los días de mi vida.
Sonrío muy ilusionada.
—Te amo Íker, mucho y si quiero formalizar lo nuestro, ¿Cómo se llamaría?, ¿mudarme contigo? —pregunto algo confundida—. Sí, vivimos en la misma casa.
—Se llamaría. — pone un dedo en su mentón haciéndome el que piensa —. Mudarte conmigo ya que vivimos en la misma casa, pero en diferentes cuartos, tipo como vecinos, ahora ya formalizaremos todo compartiendo cama.
—Entonces ya no seremos vecinos, porque si acepto compartir cama contigo. —sonrío y lo beso.
Me quedo en mi cuarto arreglando las cosas y recuerdo llamar a mi amiga, a lo que me contesta la escucho triste.
—Hola, ¿estás bien amiga? — cuestiono preocupada.
—Si Pau, tranquila, acabo de llegar festejando el cumpleaños de un compañero. Leo estuvo conmigo, ya sabe que estoy embarazada. —hace silencio—. Se lo dije cuando estaba de viaje — comenta.
—¿Por qué se lo dijiste así?, debías esperar a que regrese. — le reprocho, más me tranquilizo y le digo que esté tranquila y que me cuente que pasó.
—Quería que se enterara amiga, sin embargo, se enojó diciendo que no era su hijo.
Fruncí el ceño, ¿pero qué le pasa?.
—¿Y por qué dijo eso?.
¡Qué idiota!...
Empieza a contarme sobre todo lo que le había dicho de su pasado y los problemas de su familia. Y que efectivamente el bebé no sea de Leonardo. Mi pobre amiga está que no sabe qué hacer con las dudas instaladas en su pecho. También me habla que su padre la había buscado y que había llegado con hijos incluidos, mi pobre amiga está muy estresada. Conversamos un poco más y después de un momento colgamos.
Por la puerta entra Íker dándome un beso a modo de saludo. También me cuenta que Leo había venido a preguntarle sobre Isis y si estaba bien él sobre lo que pasó. Que recién llegaba de viaje, me imagino que después de dejar a mi amiga se vino a preguntar como estaba su amigo. La amistad de ellos me recuerda a la mía con Viky y que siempre hemos estado la una para la otra. Yo solo espero que mi amiga y Leo solucionen todos sus problemas.
Al día siguiente pasamos mis cosas a su habitación y desde esa noche compartimos cama y dejamos de ser vecinos, ahora tal y como prometió estamos practicando para ver si me embarazo y me decepciona saber que nada.
Hicimos una cita con el médico para ver si hay algún problema conmigo, ya que me da miedo no poder embarazarme y jamás ser madre y esa idea me aterra.