Mi Luna De Plata (primera Temporada)

Capítulo 43: Promesa de vida

Tino D.

Por un instante tuve esa sensación de un mini infarto al ver su rostro devastado por la impresión, ¡Lucille eres tremenda!, me digo a mí mismo al saber que solo fue una tetra de su parte para desviar sus emociones. Se que es totalmente una locura haber adquirido esta propiedad pero no me arrepentia de nada de lo que he hecho hasta este momento, ella aun desconoce que soy el heredero absoluto de la fortuna de mi abuelo asi que se siente muy apenada por mi.

A pesar de todo mis intenciones eran hacerla feliz y lo había conseguido, sabía perfectamente que no sería fácil que lo aceptara, pero al menos tengo el consuelo de que pasare grandes momentos junto a ella aquí en este lugar, jamas olvidare su carita llena de sorpresa y emoción al verlo por primera vez.

-      Ya casi anochece – digo besándola tiernamente sobre el sofá.

Me ve a los ojos y aun con la poca luz que queda del atardecer puedo ver ese quédate en su mirada, vuelvo a tomar sus labios y esta vez el beso se vuelve más apasionado, no dejo de pensar en que estamos solos y en esta situación cualquier cosa puede suceder, sigo perdido en sus labios, en el sabor de sus besos, de un momento a otro es ella quien toma mi mano y la sube hasta uno de sus pechos para que la acaricie.

-      Lucille, es hora de irnos – desisto con gran dificultad, no puedo volver a sobrepasarme con ella aun cuando sea la causante de iniciar este juego entre nosotros, soy yo quien debe controlarse para no pasar el limite.

-      Tienes razón, lamento haber hecho esto, no sé qué me paso – dice avergonzada al saber que la he rechazado, toma su abrigo y camina hacia la entrada.

No quiero que nuestra relación se base solo en sexo, lo que siento va más allá, no es falta de amor por el cual no quiero estar junto a ella, en realidad es lo que más quiero en este momento y es que todo en ella me vuelve loco, su cuerpo, su cabello, su olor, todo de ella me fascina, voy a sonar como un completo idiota pero la amo demasiado como para atreverme a tocarla y profanar su pureza.

La dejo en casa de su abuela después de despedirnos, aun esta algo pensativa reflexionando tal vez en lo que acababa de suceder entre nosotros, no quiero volver a abordar el tema ya que es un poco difícil para ambos.

-      Por fin mañana todo terminará y ya no tendremos que pasar más momentos amargos ni tristes, quiero que sepas que te amo por sobre cualquier cosa – beso su mejilla y al tocar su rostro una lagrima moja mi mano.

-      Hoy fui la mujer más feliz del mundo – vuelve a sonreír para mi - estaré esperándote aquí y cuando regreses romperemos todo lo que nos ha hecho infelices, una nueva vida empezara para nosotros.

-      Así será amor mío – deposito un casto beso sobre sus labios y emprendo mi marcha de regreso a Boston.

Mi plan contra Irina ha ido rindiendo frutos, enviarle flores una semana entera a su casa bastó para atraerla de nuevo a mis pies, lo que no sabe es que solo será aplastarla como una sucia cucaracha. Le aviso durante la salida que pasare a su casa para recogerla, no puede estar más contenta la muy arpía.

Tengo la ubicación donde estará esperándome Linny y la manada, solo es cuestión de manejar bien mi control emocional para no arrastrar de los pelos a esa bruja.

-      Buenas tardes, busco a Irina – en la puerta me recibe el ama de llaves, me invita a pasar al recibidor para esperarla.

Ella baja muy arreglada por supuesto mientras mantiene su fría y penetrante mirada sobre mí, en la escena aparecen sus padres a quienes mi visita termina por sorprenderlos.

-      Cielo, ¿acaso no le dijiste a tus padres que tú y yo volvimos? – volteo a verlos - lo se fue un absoluto desastre lo que paso en aquella reunión y entiendo que deben sentirse molestos por eso, les ruego me perdonen por lo sucedido – esto será como matar dos pájaros de un tiro, le prometí a Max disculparme y eso es lo que estoy haciendo ahora – si ustedes me permiten Irina y yo tendremos una cita, la llevare a cenar.

Su cara es la más estúpida que he podido ver en mi vida, la he dejado sin argumentos para defenderse y ahora esta acorralada frente a la noticia de que la noche a la mañana es mi “novia”, la idea le fascina por eso no se atreve a desmentirme frente a ellos.

-      No quiero que vuelva a suceder nada como lo del otro día, ¿me ha escuchado? – repite el hombre de escaso cabello.

-      Pierda cuidado, la tratare como ella lo merece – si claro como una vil rata que es lo que es.

Salgo de su mano montando un gran espectáculo digno de una película de romance, al salir de su casa me pregunta si lo nuestro iría en serio.

-      Sabia muy bien que cambiarias de parecer, me encanta que tengas claro que la que te conviene soy yo.

-      Por supuesto querida – intenta besarme y la detengo antes de que lo haga – primero quiero que vengas conmigo a un lugar muy especial para mí.

-      ¿Quieres darme una sorpresa? – sonríe fascinada ante la idea.

-      Te juro que vas a llevarte la sorpresa de tu vida.

Le abro la puerta para que suba en mi auto y lo hace, he calculado cada paso y no voy a arruinarlo estando tan cerca. Nos alejamos cada vez más de la ciudad, de vez en cuando me mira preocupada para preguntarme a donde vamos, para mantenerla tranquila solo le digo que estamos cerca de nuestro destino.

-      ¿Para qué me has traído aquí? – se pregunta observando el inhóspito lugar.

-      No lo adivinas – digo tomándola de su odioso cabello para después sujetárselo con fuerza – hoy recibirás tu merecido – sonrío con aires de triunfo – te advertí que dejaras de meterte con Lucille y no me hiciste caso, ahora afronta las consecuencias.

Caroline sale de entre uno de los árboles y se impone frente a ella.

-      ¿Intentaras hacerme daño a través de una niña bruja? – se burla de ella y de pronto su mirada se vuelve oscura, a través de esta le lanza una especie de ataque para quitarla de su camino, ella lo esquiva y se lo devuelve con gran técnica y rapidez.




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