Capítulo 53: Sueños rotos

Lucy W.

Son las 6 de la mañana, el clima cada vez es más gélido e implacable, en un par de horas necesito estar lista para lo del examen, lo primero que viene a mi mente es Tino por ello le marco a su celular pero él no contesta, seguro aún debe de estar durmiendo ayer tenía el rostro demacrado por el cansancio emocional que estábamos atravesando. De seguro ya me devolvería la llamada en cuanto vea las notificaciones en su celular me digo a mí misma.

Tocan la puerta de la habitación.

-      Adelante papá – respondo al reconocer su forma de hacerlo.

-      ¿Estás lista? – pregunta observándome desde el umbral, viene a paso lento y se sienta en el borde de mi cama – necesitas empacar tus cosas, hable con el director Marshall, regresaras a tu antigua escuela desde mañana.

-      ¿Qué? – respondo incrédula ante aquel decreto – no voy a dejar Brokemond, no puedo hacerlo.

-      Hija, esta decisión ya está tomada, ya nada tienes que hacer aquí.

-      Eres consiente de que no voy a dejar a Valentino

-      Así es – musita colocando su mano en la boca – te espero abajo, trata de ser breve – indica antes de salir por la puerta.

Mi pecho se oprime al saber que me iré, aquí están todos mis recuerdos hermosos junto a él, por mi mente pasan sus besos, sus promesas de amor, nuestros momentos juntos con la manada. Al menos nos veriamos por las tardes digo tratando de consolarme, definitivamente tenía que empezar a organizarme para buscar un tiempo entre mis estudios y mis visitas a Brokemond, cuando fui enviada a este lugar él hizo todo lo posible por estar a mi lado, seria ingrato no corresponderle de la misma manera, amaba a Valentino con toda mi alma no importase el lugar donde nos encontráramos sabía que nuestros corazones estarían conectados a pesar de todos los obstáculos.

Durante el camino vuelvo a llamarlo, mi corazón brinca al oír su voz, si embargo está suena a la vez un tanto apagada.

-      Iré más tarde, yo te llamare Lucille, adiós.

Su respuesta fue tan cortante, ¿Qué le estaba sucediendo? me preguntaba sin razones para ver en él esa actitud.

Llegamos al laboratorio y me encuentro con el hombre que más odiaba en estos momentos, esta junto a Marco. Se acerca y saluda a mis padres con total descaro y cinismo, pretende ser muy correcto cuando en el fondo es un monstruo.

-      Hola Lucille – no respondo a su saludo, por el contrario, voy y me recuesto en uno de los asientos de la sala de espera.

Una enfermera llama por mi nombre y me orienta hacia una habitación en la cual me extraen algunas muestras, cierro los ojos al sentir el pinchazo de la aguja, que todo sea una confusión por favor rogaba para mis adentros.

-      ¿Es todo? – expreso con la mirada puesta en ese hombre.

-      No, aún hay algunos asuntos que debo discutir con David – responde con su voz grave intentando amedrentarme, conmigo no iba a poder.

-      Entonces discútalo con él – contesto de manera impulsiva.

Voy avanzando por el pasillo mientras mamá llama tras de mí.

-      Lucy, ¿A dónde vas?

-      Necesito aire fresco, no te preocupes estaré afuera de las instalaciones hasta que todo esto termine.

Acepta mi decisición y corro a toda velocidad, reviso mi celular y no hay ningún mensaje ni llamada de Tino, pensé que al menos estaría conmigo en estos momentos.

-      Hola – saludan a mis espaldas, giro la cabeza y me encuentro con Claudio, no lo había visto desde aquel lamentable suceso.

-      Hola – respondo con todo el ánimo decaído.

-       Pasaba por aquí en mi auto hacia la universidad, te vi sentada en la banqueta de este parque, no debe ser fácil lo que está pasándote.

-      Ya estas enterado – mueve la cabeza indicando que sí, se sienta junto a mí y guarda las llaves del vehículo dentro del bolsillo de su abrigo.

-      Preferiría que no se lo comentes a mi tío, me entere de casualidad durante una conversación en la mansión, supongo que ya hará oficial la noticia cuando salgan los resultados, la verdad me da gusto que al final seamos parientes, es increíble como cambian las cosas ¿no? – pausa su conversación y se lleva una mano a la boca como referencia a la indiscreción que cometió -  perdón, olvide que tú y mi primo ahora son novios, por cierto ¿dónde está?

-      Él está ocupado, ahora tiene otros asuntos que atender.

-      Es cierto, lo olvide, mi más sentido pésame por lo de tu abuela – me abraza para consolarme despues del hecho - pensé que estaría aquí contigo después de todo, supongo que debió ser terrible para él enterarse de que en realidad son familia.

-      Aun no hay nada dicho Claudio – respondo con determinación a cada una de sus malintencionadas palabras.

-      Tienes razón, fue inapropiado de mi parte, de todo corazón deseo que los resultados sean favorables para ustedes, tengo que irme o llegare tarde, hasta pronto Lucille – me da un beso en la mejilla y se va en dirección de su auto para ponerlo en marcha, me levanta una mano y lo veo desaparecer entre el tráfico vehicular.

De regreso al lugar escucho a mi padre y a Massimo Dalmazzi, ellos se ponen de acuerdo sobre cómo manejar este asunto con total discreción en cuanto tuvieran las pruebas, solo una cosa podría agradecerle a este hombre y esa es que hasta el momento no había hecho nada en contra de ellos.

-      Solo quiero una cosa – viene hacia mí y escucha atento a mi pedido – lléveme a donde están enterrados mis padres, quiero conocer sus tumbas.

Accede y los sigo en el auto de papá, recuesto mi cabeza en el cristal de la ventana mientras trato de imaginar cómo eran mi madre y mi padre, en cómo se conocieron, eso jamás lo sabre, ellos estaban muertos. El día gris acrecienta aún más la melancolía que llevaba por dentro, nos dirigimos hacia el este, justo entre los limites yacía uno de los cementerios de la ciudad. Bajo del auto y voy junto a ellos mientras mis padres aguardan en la entrada mi regreso.